¡¡¡ [ +18 ] !!!, ***ALERTA || Contenido +18***, ¿Ah, verdad? No se crean, sí hay unas partes pequeñas subidas de tono pero... ¿nada del otro mundo? (>///O) Ya sabrán ustedes. Disfruten.
NARRA GRACE:
Allí estaba él, de espaldas a mí. ¿Qué es lo que tenía que ni siquiera lo había visto aún a los ojos y ya me sentía a su merced?
Se encontraba sentado, manejando el yate, sin percatarse de mi presencia aún.
Solté un suspiro. Vi con detenimientos sus rubios cabellos peinados casi naturalmente, su ropa... un traje azul marino oscuro perfectamente planchado e impecable, sus zapatos negros, rechinando de limpios y brillantes...
—Grace... —dijo, al mismo tiempo en que se volteaba para luego ponerse de pie.
Entreabrí mis labios. Quería decir algo, pero las palabras no salían.
Christopher sonrió dulcemente.
—Feliz cumpleaños —su tono había sido tan suave, que pareció ser una caricia dirigida a mí.
—Gracias —curvé mis comisuras, débilmente.
Parece que él lo notó, puesto que aquella sonrisa suya se desvaneció lentamente, y empezó a dar pasos hacia mí, pausado e inseguro.
Quise dar un paso hacia atrás, para mantener mi distancia, pero Christopher, al darse cuenta de lo que trataba de hacer, que era huir, se adelantó y cerró la puerta de la cabina con su mano en un rápido movimiento, dejándome sin escapatoria, entre su cuerpo y la salida de la cabina.
—Por favor, escúchame —suplicó, viéndome directamente a los ojos.
Traté de apartar la mirada, pero él me tomó del mentón delicadamente, indicándome que lo viera.
—Lo que viste... tiene una explicación...
—La besaste —lo interrumpí, mi voz me falló. Sentía las lágrimas avecinarse, no quería recordar esa escena.
—¡Ella se me abalanzó! —continuó, tratando de evitar que llorase —. ¡No lo hice porque la deseara!
Me mantuve en silencio unos segundos. No sabía qué hacer o decir al respecto. ¿Le creería?
—Mi padre, el Rey del Mar, y el de ella, el "Rey" de las criaturas abisales, junto a nuestras madres, quieren planear una boda para sus hijos —continuó, al ver que no decía nada —. El futuro Rey del Mar necesita de una Reina después de todo. Mis padres tomaron medidas desesperadas por conseguirme pareja y así poder reinar como se es debido —hizo una pausa, viendo como mis lágrimas se resbalaban por mis mejillas —. Lo que no saben ellos, es que yo ya tengo a mi Reina—sonrió, mientras me secaba una lágrima con su pulgar.
—Ella te besó... —murmuré. Christopher me miró confundido, parece que no me había escuchado muy bien —... entonces yo tendré que besarte mil veces más —sentencié, viéndolo con determinación.
El rubio me miró, sorprendido, para luego sonreír con dulzura.
—¿Eso harás? —me preguntó, riendo levemente.
Asentí, completamente seria, secándome las lágrimas. Y en eso, me aventé a sus labios, agarrándolo desprevenido.
Pude sentir cómo se tensó al principio, para luego corresponderme, poniendo sus manos en mi cintura, acercándome más a él.
Puse mis manos detrás de su nuca, mis piernas flaqueaban.
Nos separamos por falta de aire. La respiración de Christopher se tornó pesada y agitada, al igual que la mía.
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S U M E R G I D A
Teen Fiction¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...