[ +18 ] ADVERTENCIA - Contenido adulto(?
¡Gracias por leerme! ¡Disfruten!
***
NARRADOR OMNISCIENTE:
—¿Qué pasó aquí? —dijo Mako, mientras entraba a la habitación de hospital donde yacía Wells internado —. ¿A dónde fue Owen? Creí verla pasar corriendo al final del pasillo... —confesó el castaño, dirigiendo su mirada al albino, reparando por primera vez en su aspecto —. ¿Y a ti qué carajos te pasó? Tienes cara de haber visto un fantasma; te ves terrible —agregó, con una sonrisa burlona decorando su rostro.
Wells no respondió, sólo permaneció allí, nefelibato, sentado en la camilla con la mirada fija en la puerta, por donde por cierto, había salido Owen huyendo segundos atrás.
«¿Qué demonios acabo de hacer?» Era la pregunta que le carcomía la conciencia ahora mismo. «¡¿Pero qué demonios acabo de hacer?!»
Wells golpeó su frente con una de las palmas de sus manos, dejándola allí por un tiempo, con los ojos abiertos de par en par. Su corazón bombeaba presuroso en su pecho que incluso sentía sus latidos en las orejas. Por un segundo olvidó cómo respirar y una sensación de estarse hiperventilando lo embargó.
«No.» Pensó, firme.Debía de ser fuerte. Lo hecho, hecho estaba. No podía retractarse ahora de lo que hizo, de nada serviría.
Le confesó a Owen lo que sentía por ella. En estos momentos sólo quedaba esperar.Pero, ¿esperar a qué? ¿A una respuesta? ¿Que no fue suficiente y clara la réplica de la joven con tan sólo salir corriendo de allí?
—¡Maldición! —vociferó Wells, golpeando el colchón de su camilla a puños cerrados, logrando sobresaltar a Jess quien recién entraba a la habitación.
—¿Pero qué demonios? —soltó un grito silencioso la rubia de la impresión.
—Muy bien, suficientes maldiciones por hoy, estamos en un hospital, ¿recuerdan? —intervino Mako —. Por favor, más respeto por los pacientes...
—¿Qué ocurre, Wells? —se acercó Jess hacia el albino, con expresión afligida.
—Parece que es algo relacionado con Owen —soltó el castaño desde el sofá.
—¡Cállate el jodido hocico, Mako! —gritó el alto, perdiendo los estribos.
—Eureka —susurró el susodicho.
—Bien, es suficiente —intercedió Jess —. Dime de una buena vez qué es lo que sucedió, Wells.
—Sólo... Váyanse y déjenme en paz —replicó entre dientes.
El ceño fruncido de la rubia se ablandó y se acercó un poco más al albino, con intenciones de quererlo ayudar.
—Por favor, dime qué es lo que pasó —dijo, con voz suave —. Tal vez pueda ayudarte.
—No hay nada que puedas hacer. Por favor, déjenme solo —insistió, arisco.
—¿Estás seguro?
Jess, al ver que el alto no tenía intención alguna de responderle nuevamente, soltó un suspiro y decidió salir de la habitación junto a Mako.
De pronto, la chica le escuchó murmurar algo, que pudo escuchar a la perfección:
ESTÁS LEYENDO
S U M E R G I D A
Novela Juvenil¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...