.。.:*☆ 14 - Parte 2 ☆*:.。.

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—Pregunta —me insistió Christopher, con confianza. Ambos nos encontrábamos en una banca frente a una gran fuente.

—De acuerdo... —empecé a ordenar todo en mi mente, antes de soltar palabra alguna, ¿por dónde empezaría? —Cuando secuestraron a Owen... Yo... No quería que fueras a entregarte, me oponía y tú, ¿qué es lo que me hiciste? ¿Por qué no recuerdo nada de lo que pasó después de eso, mas que yo tratando de detenerte?

—Sabía que preguntarías esto —murmuró sonriendo —. Como explicarlo... ¿Has escuchado, tal vez en los cuentos de hadas, sobre sirenas que hipnotizaban a piratas o a marineros con su voz? ¿Con su canto?

—Sípero, no en un cuento, dudo mucho que algo tan siniestro venga en un cuento infantil —contesté, sin poder soportar la risa.

—Cierto —concordó, riendo.

Claro que había visto en películas que sirenas hipnotizaban a piratas y marineros con su canto para que las siguieran y al final ahogarlos a todos. ¿Por qué Christopher está diciendo esto? ¿Acaso... él puede hacer esto también? ¿Hipnotizar?

Un escalofrió me recorrió por la espina dorsal, pero de solo imaginarme al rubio cantar todo miedo que empezaba a presentar se evaporó en el aire. De verdad que no podía imaginármelo. Fui tan obvia de que la sola idea de pensar en él cantando hizo que soltara unas carcajadas.

Christopher me miró extrañado —. ¿De qué te ríes? —preguntó con una amplia sonrisa.

—Es que... ¿Ustedes pueden hipnotizar a las personas con su canto? No pude imaginarme a ti cantando —me toqué el vientre, tratando de controlar mi risa.

—¡Auch! —exclamó el rubio, tocándose el pecho justo donde se encuentra el corazón, con ambas manos, fingiendo dolor —. Eso sí dolió, pero permíteme decirte que te equivocas.

—¿No cantan? —ahora mi expresión era de confusión.

—No. En realidad sí podemos "hipnotizar", mi especie cuenta con ese don, es más bien algo que tenemos desde nacimiento, es parte de nosotros. Solo basta con susurrar unas palabras y quedarás "hipnotizada" —dijo con simpleza.

—¿Así de sencillo? —dije, enarcando una ceja.

—Sí. No funciona entre nosotros mismos. Solemos usarlo para cazar nuestra comida cuando estamos en el mar, así nuestra presa nada justamente hacia nosotros, nos evita muchos problemas y garantiza nuestra supervivencia.

—¿Funciona con humanos? —pregunté curiosa, ¡que tonta! Claro que funcionaba, sino ¿cómo me había hecho dormir para entregarse él solo la vez que estaba tratando de impedir que se entregara?

—Claro, aunque el Rey del Mar lo tiene prohibido. No quiere que absolutamente nadie hipnotice a los humanos. Aunque, tuve que quebrantar esa regla contigo —me miró con cierta ¿nostalgia? —Es muy difícil saber cuando un humano es hipnotizado por alguien como yo.

Christopher hablaba y lo único en lo que podía pensar ahora era en la remota idea que se me acababa de ocurrir en cuanto me dijo eso: Aunque, tuve que quebrantar esa regla contigo... Es muy difícil saber cuando un humano es hipnotizado por alguien como yo. 

¿Estaré yo siendo hipnotizada por él? 

¿Y si todo lo que me ha ocurrido últimamente se debe a las cosas que Christopher me obliga a hacer? 

¿Cómo sé que no está controlándome ahora mismo? 

¿Cómo sé que soy yo la dueña de mis acciones y pensamientos?

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