NARRA OWEN:
—¿Qué es lo que harás? —le pregunté a Grace, sentada en su cama, mientras ella caminaba en círculos por su cuarto, sumergida en sus pensamientos.
Wells se había ido hace un par de minutos, dejándonos solas.
Mi amiga se llevó las manos a su vientre.
—Tenerlo... ¿qué más podría hacer? —dijo, con algo de nerviosismo en su voz.
—¿Qué es lo que le dirás a tus padres?
—No se los diré... No ahora.
—Grace... piénsalo bien —me incorporé de la cama, caminando hacia ella —. No estás lista para ser mamá. ¡Eres una adolescente que está a punto de entrar a la adultez!
—¡¿Qué diablos quieres que haga?! ¡¿Que lo aborte?! —refutó, repentinamente encolerizada —. ¡Es MI bebé!
—¡No, no quise decir eso! —me restregué la palma de la mano contra mi rostro, desesperada —. ¡No estás considerando más opciones! ¡Puedes darlo en adopción!
—Estás de broma... —musitó Grace, mirándome como si fuese yo una extraña para ella.
Es verdad. Ahí fue cuando lo recordé.
Ese bebé no sería normal. No sería humano.
El bebé podría ser como Chris, un tritón.
Negué con la cabeza. Ambas habíamos guardado silencio.
—No se lo diré a mis padres —aseguró mi amiga.
Y antes de que pudiera contestar algo, prosiguió:
—Tampoco lo daré en adopción y mucho menos lo abortaré —escupió, como si la sola idea le repugnara —. Me iré de aquí.
—¿Qué? —la miré, con confusión.
—Me iré de este lugar. Mientras dure mi embarazo no puedo permanecer aquí. Mis padres se darían cuenta. Además, no sabemos si más personas como James podrían estar allá afuera y quisieran hacerle daño a mí o al bebé.
—¿Qué excusa le darás a tus padres? —reí con sorna, como si algo así fuera en realidad a ser sencillo.
—Les diré que iré a la universidad de Seattle, junto a Raymond —dijo, después de unos segundos de meditarlo.
—¿Y dónde estarás realmente?
—No me iré de California —aclaró —. Viviré en la casa que Chris nos consiguió.
—Esto... Esto es demasiado qué procesar —admití, tumbándome boca arriba sobre la cama de mi amiga, soltando un suspiro.
—¿Qué pasará con la universidad? —inquirí.
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S U M E R G I D A
Teenfikce¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...