NARRA GRACE:
¡JA!, ¿de verdad creyeron que evadir a nuestros padres con mentiras iba a resolver todo? ¡Pues están equivocados! El rostro de Owen -hinchado y magullado- nos delató en el proceso. Ni yo misma sabía la razón del por qué su cara se encontraba en aquellas condiciones, pero al final me lo contó todo. Una rabia se apoderó de mí, y unos deseos enormes de golpear a Nick hasta matarlo me embargaron, y ni hablar de los subalternos de Ethan, quería molerles el cerebro a golpes y patadas.
De haber sabido que Nick seguía molestando y haciéndole la vida imposible a Owen desde antes habría mandado a mi primo Raymond a que la defendiera, junto a mis demás primos, aunque tal vez los amigos de Nick les ganarían en experiencia al pelear.
¿Quieren saber la otra mentira del millón que les contamos a nuestros padres y a los de Owen por su rostro magullado? ¿Quieren saberlo? Bueno... Aquí les va: "Owen, por intervenir y tratar de separar a unos adolescentes borrachos en la fiesta, peleándose, la golpearon por accidente". ¿Qué pasó con el vestido de Owen y por qué vestía ropa deportiva de hombre? "Uno de aquellos borrachos derramó su vaso con licor sobre su vestido y el dueño de la casa le dio ese cambio de ropa suyo como en señal de disculpa por tantos problemas". ¿Somos buenas para justificarnos, cierto?
Odiamos mentir, pero por nada del mundo les diríamos la verdad a nuestros padres.
Raymond no se había tragado el cuento. No tendría porque, él tiene evidencia en su propio celular con los mensajes de voz que le dejé. Él sabe perfectamente que algo pasó aquella noche, y sé que no lo dejara así, pero por ahora tengo que evitar este tema a toda costa. Raymond no le diría nada a mis padres, él no es así. Es peor. Tratará de sacarme la verdad, pero tendrá que esperar, yo decidiré si tiene que saberla o no.
Un día había pasado desde aquello. Ya no volvimos a ver a Christopher o a Ethan; bueno, no es como si quisiera volver a toparme con éste último, a pesar de que se disculpó nos hizo pasar por muchos problemas y no se lo dejaré pasar tan fácilmente.
Las cosas con mis padres no están muy bien, siguen demasiado molestos conmigo, especialmente mi madre, que es la que NO quería dejarme ir a la fiesta para empezar. "Se los dije", "era una mala idea", y otras cosas le empezó a decir a mi padre aquella mañana en que volví. Mis primos solo observaban el show, y mis tías no se quedaban atrás con el sermón. Mi abuela, en cambio, no me regañó, no me dijo nada, siguió hablándome como siempre lo hace, cosa que le agradezco.
NARRA OWEN:
Me encontraba encerrada en mi habitación, acostada boca arriba en mi cama con la mirada perdida en el techo, pensando en un millón de cosas. Aún me dolía un poco el pómulo, y los moretes en mi cara aún no se iban. Mi tobillo ya se encontraba mejor.
Mis padres son muy sobreprotectores conmigo. Mi madre es la de los regaños. Creo que jamás la había visto tan enojada antes como hace un día.
Me levanté con cuidado y caminé a mi ventana. El sol impactó en mi rostro al retirar las cortinas de tela. Se sentía bien. Cuanta tranquilidad. Me gusta estar en mi casa, pero más me gusta salir a divertirme con Grace, tal vez a caminar o a comer algo por allí, pero ahora que estaba castigada me sentía como la princesa Rapunzel encerrada en una torre.
La primera noche cuando regresé a casa lloré. Sucedieron tantas cosas aquel día que simplemente no podía dejarlo pasar así como así, debía de desahogarme. Aún podía escuchar los disparos detrás de mí, las manos del subalterno de Ethan sobre mi cuerpo, y a Nick... El dolor en mi cara...
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S U M E R G I D A
Ficção Adolescente¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...