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NARRA GRACE:

Esto es el colmo. Le he marcado a Ray no sé cuántas veces y no se digna a contestar.

¿¡Qué rayos está haciendo!?

Decido dejarle un último mensaje de voz antes de desistir en marcarle.

— ¡Raymond! ¡Contesta! ¡No encuentro a Owen! ¡No sé dónde está! ¡Por favor ayúdame! —mi voz suena tan mal que no soy capaz de ni reconocerla, siento que en cualquier momento la poca cordura que me queda desaparecerá dando lugar a un ataque de ansiedad.

¿Dónde está Owen? Christopher busca por todas partes, ganándose miradas extrañas y confusas de los demás que se encuentran en la fiesta.

En un punto decidimos ir al patio de enfrente. Íbamos saliendo por la puerta principal de la casa cuando Christopher me llama la atención: — ¡Allí están!

Veo a donde sus ojos observan y no me gusta nada lo que miro. Sin pensarlo corro hasta allá, son solo unos metros los que nos separan, debo de llegar antes de que se la lleven. Escucho como Christopher grita a mis espaldas llamándome, sin embargo ya nada puede detenerme.

Creo ver a Owen siendo cargada dentro de una camioneta negra con vidrios polarizados por... ¡por el mismo tipo que quería llevarme hace unos días con él! Hay dos personas en la camioneta, uno manejando y otro quien se encarga de ayudar al pelinegro a subir a mi amiga al carro, también hay dos chicos más detrás de éste.

Me faltan solo unos metros más, unos cuantos pasos más para llegar pero cierran la puerta de la camioneta deslizándola, sin que yo pueda hacer nada aún.

— ¡NO! ¡ESPEREN! —grito, como si acaso eso fuera a detenerlos de que secuestraran a mi mejor amiga. — ¡ESPEREN! ¡OWEN!

Llego a la puerta trasera, impactando mi cuerpo contra ésta sin haber podido frenar mi velocidad y veo como está a punto de arrancar la camioneta pero no me importa, aunque esté en movimiento debo de treparme de alguna forma y sacar a Owen de allí.

Jalo la manija de la puerta hacia afuera, esperando a que abriera pero ésta estaba con seguro. Rápidamente empiezo a golpear la ventana furiosa repetidas veces, subiendo al escalón que hay para subir a la camioneta pero el carro se pone en movimiento haciendo un ruido horrible con las llantas, sacándome así un susto. Todo sucede en cuestión de segundos, tan rápido que apenas soy capaz de percatarme de lo que sucede. Siento como alguien me toma de atrás por la cintura y me lleva con él hacia atrás, cayendo los dos al suelo, apartándome de la camioneta.

Veo como el auto avanza alejándose cada vez más de nosotros. Fue Christopher quien me tiró al césped.

— ¿¡QUÉ RAYOS TE PASA!? ¡ERA LA ÚNICA FORMA DE LLEGAR A ELLA! ¿¡AHORA QUÉ VOY A HACER!? —no podía pensar con claridad, estaba muy asustada y preocupada por Owen, ¿Qué harían con ella?

— ¿¡CÓMO SE TE OCURRE AVENTARTE ASÍ!? ¡PUDISTE HABERTE LASTIMADO! ¡ES MÁS, ELLOS PUDIERON HABERTE LASTIMADO! ¡TE PUDIERON HABER LLEVADO CON ELLOS! —responde con mucha ira interrumpiéndome, veo como su respiración se vuelve agitada y su pecho sube y baja exageradamente.

Nadie nunca había llegado a gritarme así en mi vida, tal vez mi madre en alguna ocasión cuando me regañaba de pequeña. Sentí un poco de miedo hacia él, pero fue suficiente como para que retrocediera un poco inconscientemente. Las personas nos miraban extrañados sin embargo no hacían nada. Mis ojos empezaron a cristalizarse, después de todo comencé a sentir culpabilidad de que se hayan llevado a Owen.

El carro se aleja cada vez más de nosotros como alma que lleva el diablo, pero observo como toca el claxon para que la gente –que por cierto son adolescentes de la fiesta- se aparte de su camino y no atropellarla ya que estos chicos abarcan toda la calle.

S U M E R G I D A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora