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NARRA GRACE:

— Nos adelantaremos entonces. —le dije a Ray, al mismo tiempo en que bajaba del auto junto a Owen.

¡Por fin era viernes! Hora de la fiesta. Lástima que tuvimos que venir acompañadas de Ray.

Owen lucía un provocador vestido negro pegado a la piel, algo ajustado, que le llegaba mucho más arriba de las rodillas, de manga larga pero descubierta en la parte de los hombros y un poco de la espalda, no saben cuánto tuve que hacer para convencerla de que se lo pusiera, con unas zapatillas de tacón corrido del mismo color y su cabello negro en ondas; yo llevaba un vestido de encaje igual de corto que el de Owen, de mangas largas color azul marino, descubierta un poco de la espalda, con unas zapatillas del mismo color de tacón grueso y mi cabello castaño lacio.

— Estacionaré el carro entonces. —contestó mi primo. — Asegúrate de tener encendido el celular.

— Te marcaré cuando sea hora de irnos. —saqué el celular de mi bolsa, asegurándome de que tuviera carga.

Raymond me miró mal y luego suspiró cansado. — Recuerda: nada de bebidas con alcohol, mucho menos vayas a aceptar cigarrillos, etc., ¿me escuchaste? —me volvió a advertir.

— Si, si... —me separé de la ventanilla del copiloto yendo junto a Owen para entrar a la casa de donde se escuchaba música a todo volumen.

Vi a Ray alejarse en el auto de mi tío, dejándonos frente a la casa de la fiesta. Tenía un gran patio con pasto donde adolescentes bailaban y bebían desde acá afuera, se ve que dentro está repleto de gente.

— ¡Vamos! —dije animada, agarrando a Owen del brazo y caminando a paso veloz a la entrada.

La puerta se encontraba abierta por lo que solo la empujé hacia adentro para entrar.

Wow. —salió de los labios de Owen.

Es increíble. —murmuré.

Demasiada gente bailando entró en nuestro campo de visión. La música resonaba por todo el lugar. Vasos desechables color rojo se encontraban regados por todas partes. Risas, y gente hablando.

¿Grace? —escuché a alguien llamarme entre la música.

— ¿Cory? ¿Qué haces aquí? —sonreí, al mismo tiempo en que él se acercaba a mí y yo lo abrazaba saludándolo, y después Owen repitiendo mi acción.

— Me invitaron. —respondió atónito, sonriendo. Tenía un vaso desechable en mano. — Que sorpresa, no esperé encontrármelas por aquí. —se llevó su mano desocupada a la nuca, nervioso. — ¿Quieren una cerveza? ¿Un trago?

— No gracias. —respondí.

— ¡Que idiota! —se insultó, golpeándose la frente. — Claro que ustedes no beben. —murmuró. — Creo que tienen sodas en lata, puedo traerles unas ¿Qué gustan? —preguntó amable.

— Mountain Dew por favor. —le pedí.

— Coca-Cola. —respondió Owen.

— Ahora vuelvo. —dijo Cory, dirigiéndose al área de las bebidas.

Estudiaba el lugar con la mirada. Tienen un patio trasero en donde hay mucha más gente. Hay una piscina afuera con luces iluminándola, globos y pelotas inflables de playa. Bastante gente se encuentra dentro de ésta, puedo observar a algunos jugando voleibol con todo y la red. Afuera hay sofás de exterior en el que se encuentran personas bebiendo y hablando, unas que otras fumando.

Veo a Cory volver junto a nuestras bebidas.

— Aquí tienen señoritas. —dice, dándonos nuestra respectiva lata de soda. — Hay un amigo que quiero que conozcan, seguramente ya lo han visto.

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