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NARRA OWEN:

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NARRA OWEN:

—¿Mar...Marcarme? —titubeé. Inevitablemente tuve que voltear a verlo a la cara. 

Por lo que tenía entendido, eso es básicamente una propuesta de matrimonio, o algo mucho más fuerte y poderoso. Christopher lo había hecho con Grace, porque en verdad la ama, o por lo menos eso es lo que pensaba yo antes de que la abandonara.

Es un acto que simplemente no se puede deshacer. Una vez que está hecho, no puedes revertirlo, y mucho menos puedes hacerlo con otra persona.

Yo amo a Ethan.

Nos acabamos de hacer novios, básicamente, ¿y él ya quiere saltar al siguiente paso?

No es que esté en desacuerdo... Hablando con la verdad, jamás creí que alguien me haría sentir de esta manera estando a su lado. 

Ahora que lo pienso, él siempre ha estado allí para sacarme de problemas. Me salva, sin pedir nada a cambio. Me cuida, me protege, me hace sentir importante, aunque claro, a veces tengamos discusiones también...

¿Cómo fue que nos conocimos, Ethan?

Ah, lo recuerdo. Arrojé mi bebida sobre ti.

Grace y yo escapábamos porque querías hacerle daño.

Pero mira a dónde has llegado hasta ahora. 

Cambiaste, y puedo notarlo. Eres una persona completamente nueva.

¿Será que yo te hice cambiar? 

De una cosa estoy segura: Tú sí me me hiciste cambiar a mí.

Me he convertido en una mejor persona, e indudablemente tú también.

Creo que soy alguien mejor a tu lado, y puede que yo te haga sentir de la misma manera.

Sacudiste mi mundo entero y ahora no quiero separarme de ti.

Me quieres, me amas, me deseas, tanto como yo lo hago contigo.

Estás loquito —reí, restándole importancia. Tal vez se le olvidaría a los segundos de haber dicho semejante cosa.

Pero no fue así.

Hablo en serio, Owen.

Mi sonrisa forzada se esfumó de inmediato.

—Sabes lo que significa eso, ¿no es cierto? —dijo Ethan, acercándose demasiado a mi cara. Estaba muy cerca.

—¡Por... Por supuesto que lo sé! —argumenté, echándome hacia atrás, tratando de no tornarme roja cruzándome de brazos —. Pero, ¿en verdad sabes TÚ lo que significa eso?

Ethan guardó silencio unos segundos, echándose para atrás nuevamente.

—Claro que lo sé —respondió —. Por eso te lo he dicho. 

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