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LAUREN
Kilian se sorprendió al mirarnos a ambas en el auto. Tanto que dejó hablando solo a su amigo y se encaminó a prisa hacía nosotras. Era su hora del salida en la escuela.
Cameron comenzó a dar saltos en su asiento para niños y gritarle a su hermano.
-Wow que sorpresa. Dijo al entrar. Ajustó su cinturón de seguridad pero luego se lo quitó desesperado. Sentí un beso en mi mejilla. Estaba contento. A Camila le dió un abrazo. -Gracias por venir por mi. Susurró en su oído.
Aprecié bastante bien su interacción, eran demasiado tiernos al abrazarse. Camila arrugaba su nariz en un gesto de cariño y Kilian cerraba sus ojos.
-Por nada cariño.
-Hay otra notícia. Me miró entusiasmado desde su sitio. Levantó sus cejas. - Bien, saldremos a comer lo cuatro.
Apretó mi hombro. -Gracias ma.
Camila me lanzó una mirada de agradecimiento, en realidad a mi me parecía tan fácil y hermoso compartir todo el tiempo posible junto a ellos. 
-Por nada. En medio del camino, no pude resistir y besé la mejilla de mi esposa, justo como estaba recordé ese instante en el que volvimos después de ver el último ultrasonido de Cam.
Mi hermosa chica apenas y soportaba caminar con tremenda barriga. Faltaban aún seis semanas pero parecía que iba a reventar en cualquier momento.

Flashback
-Mmm bebé eres como un malvavisco, lo mejor de todo es que me encanta probar tu relleno.
Dije cerca de su oído, estábamos estacionadas frente a la clínica del ginecólogo. Recién había despertado del sueño. Es decir, mirar a Cam moverse dentro de Camila eran tan increíble. Saber que ahí dentro crecía nuestro hijo.
Camila golpeó mi hombro con las mejillas realmente sonrojadas.
-Debes decir algo más amable.
Me encogí de hombros divertida.
Lo que me pasaba era que ver a Camila embarazada me hacía alucinar. Normalmente eran tan adorable, pero durante esa etapa, así de rellenita, con pequeñas manchitas sobre su nariz, sonrojada, con barriga y sus hormonas revolucionadas era lo triple de adorable. Tanto que me apetecía besarla cada momento. Morder sus mejillas y rozar su nariz con la mía.
-Me encantas amor. Le dije. -En serio que sí, estoy más enamorada de ti, después de tantos amaneceres junto a ti siento que algún día seré yo la que explote de tanto amor. 
-¿Estas insinuando que explotare?
Dijo una vez más y golpeado mi muslo. Yo sobe rápido.
-Awww.
-Te lo mereces Jauregui.
Fruncí el ceño.
-¿Porque eres adorable aún cuando te enfadas?
Con cara de pocos amigos gruñó.
-Deja de ser tan cursi.
-No puedo, te juró que no, estás aquí y es imposible.
Besé su mejilla.
-Ya quiero conocerlo Lau. Dijo con una voz dulces cambiando de tema y acarició su barriga. -Lo siento tan bien aquí dentro pero a la vez quiero poder abrazarlo todo el tiempo, poder sentir su cuerpito suave en mis manos.
-¿Así te sentiste con Ki? Le pregunté, uní mi mano sobre la suya y un momento después ella me la acomodó para que sintiera que Cam se movía.
-Si, es muy hermoso poder verlo por primera vez y luego atraparlo en las manos, no puedes creer que esa pequeña bolita de carne sea tuya, la primera impresión es lo más lindo, de pronto solo entiendes que vivirás para el.
Sonreí, sus palabras eran tan hermosas y llenas de sentimientos puros. Amaba su capacidad para amar.
-Eres una madre increíble cariño, Cam estará en buenas manos.
-Tambien tu lo serás, algún día vamos a viajar en el auto con dos niños en el asiento de atrás, vas a mirar al retrovisor y estarán sonriendo hacía ti. Soltó feliz.
-Es lo que más deseo. Dije y nos besamos. Sellabamos un día tan importante y momento como ese con una danza de labios, la besé hasta sentir el dulce sabor de su lengua.
Una semana más tarde me golpeó con la almohada sobre la cabeza, en plena madrugada.
-¡Lauren! Gritó al momento.
Yo me levanté de la cama sin entender que pasaba.
-¿Que? Mis ojos se abrieron demasiado por la impresión. Camila tenía contracciones, lo supe por su carita de angustia y la cama estaba mojada.
-Oh por dios. Sólo dije.
Entré en pánico y me quedé como estatua, un gemido salió de sus labios y buscó la forma de inclinarse un poco sobre la cama.
-¡Lauren! Ayúdame, hay que salir al hospital.
Apretó sus dientes y con esfuerzo se pusó de pie. Buscaba algo. Yo estaba aterrada.
-¿Lau? Llegó a mi, sostuvo mi cara con sus manos. -Lauren, amor, debemos ir al hospital. Yo no dije nada solo la miré.
-¿Lauren? ¡Lauren!
Gritó haciéndome pegar un brinco en el piso. -Por dios, que nuestro hijo ya va a nacer, Cam ya quiere salir ¿Puedes ponerte? Actúas como idiota.
Dijo. Sin problema me golpeó la mejilla con furia. Yo desperté del shock y la miré.
-Amor, debe...
-Dios, Cami, si, iré por la maleta, llamaré a tus padres, al...
-Lau, relájate, estoy bien, hay tiempo pero aún así debemos ir al hospital cuanto antes.
En ese momento otra contracción la hizo doblarse y respirar de forma acelerada. Mi hijo iba a nacer, de sólo imaginarme como me dió un escalofrío. Camila tenía las mejillas sonrojadas por esfuerzo y su frente sudaba. Tomé prisa para ayudarla a llegar a la sala, casi la cargué, intenté ayudarle a relajarse.
Asintió cuando la contradicción disminuyó de intensidad.
-Bien. Solo dijo.
Llamé a sus padres primero y dijeron que llegaban de inmediato. Luego hablé al ginecólogo de Cami.
-¡Doctor mi hijo va a nacer ya! Le grité. Camila se rió con esfuerzo de mi estupidez.
-Muy bien Lauren, ayuda a tu esposa con las contracciones, ya sabes control de la respiración, buscar algo para apretar y sobre todo mantengan la calma, conduce con cuidado hasta aquí.
Yo asentí como boba hasta que me di cuenta que el no me miraba.
-Si doctor, estamos ahí pronto.
Colgué, en ese momento llegaron Sinu y Alejandro. Kilian para nuestra suerte permanecía dormido, era mejor así.
Sinu platicó un poco con Camila y le dió varios consejos sobre el parto. Yo sentí un nudo en mi estómago, mi garganta y un leve mareo. Por dios Camila estaba de parto, mi esposa iba a explotar por fin.
Corrí con la bolsa al auto.
-Cariño te amamos. Le dijo Alejandro al ayudarme a situarla en el asiento. Ellos se quedarían para cuidar a Ki.
-Lauren, cuidala y por favor no te vayas a desmayar.
Sinu se rió, ¿Quien mierda se reía en esos momentos? Estaba realmente nerviosa.
Llegué al hospital, sostuve la mano de Cami por horas hasta que estuvo a punto de romper mis dedos. Las contracciones eran más frecuentes y el doctor entraba a la habitación cada tanto de tiempo, checaba dilatación y no se qué más, el caso era que entre más tiempo pasaba yo me sentía más impresionada, temerosa, preocupada y demasiado feliz. Por fin nuestro pequeño Cameron iba a nacer.
-Dios Lauren, te juró que después de esto voy a matarte. Dijo Camila entre quejidos, apretaba los dientes soportando los dolores de parto.
El doctor me miró divertido.
-Tranquila Lauren, siempre pasan por esa etapa durante el parto, ya sabes odian a su esposo o esposa por obligarlas a pasar por esto.
Yo asentía, me sentía mal pero no podía decirle a nadie. Mis piernas estaban débiles y ya no sentía mi mano. Camila la sujetaba con fuerza.
-iMierda! Gritó.
El doctor decidió que era momento ya. La trasladaron a la sala de parto y desde ese momento nada fue claro. Sentí la mano de alguien para llevarme a preparar mientras Camila se quejaba lista para tener a Cam. Me vestí con una bata extraña y por fin pude tomar su mano otra vez. Entre gritos de Cami y el resto del personal me sentía mareada.
-Aahhhh. Soltó un último grito mientras yo besaba su frente.
-Tu puedes Cami, te amo, ya casi está aquí con nosotras. Repetí contra su piel sudorosa. Se esforzó tanto hasta que con un último apretón en mi mano se escuchó el llanto de un bebé. Ahí estaba, Cameron había nacido. Luego de verlo todo llenó de algo asqueroso me olvidé de mi alrededor y me dejé caer, en realidad solo perdí el conocimiento. Era demasiado vergonzoso.
-¿Como te sientes Lauren? La risa burlona del doctor me molestó minutos después del suceso. Junto a el estaban dos enfermeras, me miraban igual.
-¿Te desmayaste? Preguntó una voz conocida a mi espalda. Sofía, la cuñada más molesta del mundo.
Yo me senté sobre la camilla. -Dios. Dijo antes de soltar una carcajada realmente larga. La miré con mucho odio.
-Por dios Lauren. Sostenía su abdomen con los brazos y intentaba tomar aire entre tanta risa.
Me sentía mucho mejor y juntas nos dejaron entrar a la habitación donde mi esposa descansaba. Después del esfuerzo.
-Hola amor. Su voz sonaba cansada pero satisfecha.
Yo sonreí de lado y sin dudar me acerqué. Lucia un poco pálida y sin barriguita. Aún así la miraba tan hermosa, era así, mucho más cuando había dado a luz a nuestro hijo.
-Te amo Camila, no sabes cuanto lo hago, te amo, te amo. Besé sus labios.
-¿Estas bien tu? Preguntó con una hermosa sonrisa. Yo asentí avergonzada y Sofía volvía a reírse de mi.
-No pasa nada Lau, estuviste conmigo todo el tiempo, ayudándome a soportar todo, todo por Cam, por ti, por nuestra familia, te amo y eres la esposa más valiente y hermosa por acompañarme durante el parto, aunque terminaste en el piso, significó mucho para mi que te desvanecieras luego de que Cameron naciera.
La besé. Si era posible mi amor por la bella madre de mis hijos crecía de forma infinita. Camila había dado tanto por mi.
La besé, juntas miramos como una enfermera trajo a nuestro hijo. Era tan encantador. Justo como había descrito Camila. Ahora yo vivía solo por ellos. Por Camila, por Ki y por Cam. Eran mi vida.

Fin de flashback

Me encantaba que años después ahora mi deseo fuera real, Kilian y Cameron sonreían hacía nosotras en los asientos traseros.
Camila me miró curiosa hasta que me encogí de hombros.
-Me acordé de cuando nació Cam. Sonrió.
-Si, fue muy lindo y un poco divertido. Arrancó el auto de nuevo al restaurante en que decidimos comer. 
Antes de entrar y sentarnos la atraje a mis brazos.
-Te amo hermosa.
Besé su nariz.
Camila se había sorprendido por mi muestra de cariño frente las personas que estában ahí comiendo.
Tomó mis mejillas como siempre lo hacía y me plantó un beso realmente placentero.
-Te amo más ¿Que vamos a comer? Preguntó Camila.
Con su sonrisa característica Kilian me guiñó y tomó la pequeña mano de Cam para dirigirse a la primera mesa libre.

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