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LAUREN
Una increíble mañana, a pesar de las noticias recientes me sentía muy relajada. Y como no, si después de la pequeña discusión por la situación de Sofía. Camila se dedicó a seducirme. La había tocado sobre el sofá pero temerosas a que alguno de los niños apareciera por sorpresa, decidimos ir a la habitación y bloquear la puerta. Ya nada nos importo.
Camila se dedicó a hacerme sentir increíble. Yo besé cada rincón de su cuerpo hasta la madrugada.
Ahora el dulce dolor en mi cuerpo me recordaba que tan bien la habíamos pasado.
Sonreí como tonta con los ojos cerrados.
-¿Porque tan feliz?
Abrí mis ojos para encontrarme con los suyos.
-Por que estás aquí hermosa. Le dije ella se subió sobre mi cuerpo. Aún estaba desnuda. La abracé contra mi.
-Te amo. Susurró sobre mis labios.
-Y ahora que estas tan sincera, creo que es un buen momento para discutir sobre el bebé.
Me había vuelto a pensarlo, lo quería pero no a su manera. Intenté escapar debajo de ella.
-Lau. Se quejó. -Debemos hablar, yo quiero comenzar el tratamiento, Cam esta creciendo y es mejor pocos años de diferencia ¿No crees?
-Ya sabes que si quiero.
-Pero no contigo, ¿No quieres a alguien realmente tuyo?
Fruncí el ceño y mal entendí todo, Camila se dió cuenta de mi reacción y cerró los ojos.
-Yo, Lau...no es lo que quise decir.
-Es obvio que si.
-Mi amor, yo quiero decir que quiero un bebé tuyo, con tu óvulo, ¿Voy a tener que rogarte?
Negué un poco molesta, ¿Porque no respetaba mi respuesta? Tenía razón los niños ninguno compartía mis genes, pero creía más en la teoría de que era más padre quién cuidaba y no quién creaba.
-Cam se parece a mí. Dije tratando de poner excusa.
-Vale, entonces nos olvidamos, dos son suficientes.
Dijo, ella bajó de mi cuerpo y usó su albornoz nuevamente. Se retiró al baño evidentemente enfadada. Parecía una pequeña niña sin obtener lo que quería. Yo solo moría de miedo.
Minutos después en los que yo permanecí mirando el techo salió vestida y lista para el día. Olía a rosas y ese jabón tan agradable.
-No quiero que me hables en todo el día, estoy molesta realmente, eres tonta Lauren, ¡Primero te molesta que yo reconozco que los niños no sean tuyos de sangre pero te excusas de una forma tan estúpida! Idiota. Dijo esto último entre dientes.
-Se parecen a ti eso me basta, vinieron de ti y entonces son míos...te amo. Terminé de decir.
Rodó los ojos, al salir del dormitorio azotó la puerta tan fuerte, que estaba segura que sí Cameron dormía antes ahora ya no lo hacía.
Suspiré profundo y me resigné a no hablar con ella todo el día, tenía razón era una tonta pero no iba a ceder. Tenía miedo y contra eso no había algo que hacer.
Horas después no fue nada agradable toparme con la peor imagen del día.
El maldito vecino estaba de nuevo ahí. Camila había salido de casa para realizar algunas compras y al regresar comenzaron a charlar en el porche. Yo los miré por largos minutos. Una charla tan fluida, por supuesto Camila no hacía nada malo pero ese idiota si, coquetear, querer tocarla y en un movimiento había intentado colocar su cabello detrás de la oreja. Cerré los puños muy enfadada.
Lo peor de todo es que no podía reclamarle solo haría un problema mayor. Kilian me descubrió observándola​ por la ventana.
-¿Que haces mamá? Yo sonreí incómoda.
-Nada, vuelve a lo tuyo.
-Es el vecino ¿No?
Se metió en el espacio entre mi cuerpo y la ventana para mirar.
-Es molesto...luego me lo agradeces. Dijo.
Kilian camino a prisa afuera y entendí lo que iba a hacer. Aún a escondidas escuché las palabras de mi hijo frente a los dos.
-Mamá. La llamó. El idiota ese se separó de inmediato y trató de ignorar la presencia de mi hijo. Camila pusó toda su atención en Kilian.
-¿Sabes donde esta mi skate?
Samuel miraba descaradamente a mi esposa. Gruñí, tranquila Lauren, ella te ama a ti y siempre van a existir ese tipo de hombres ¿Porque mierda no respetaba mi matrimonio?
Kilian se salió con la suya y logró que Samuel se fuera de casa, solo se despidió con la mano. Camila entró riéndose con Kilian a la casa.
Dejó las compras en la mesa y me ignoró por completo.
Kilian se encogió de hombros, tratando de decirme: yo hice mi parte, ahora tu arreglalo. Chocamos el puño a escondidas de la mirada de Cami.
Estaba nerviosa, no sabía que decirle para intentar arreglarlo.
-¿Que vas a cocinar?
Pregunté para romper el silencio, pero no resultó en realidad ella no contesto nada. -Cami... Intenté acercarme pero se dió vuelta y salió de la cocina.
Perfecto. Gruñí. Fui al estudio después de eso y traté de escribir algo pero fue imposible.
Pensar. Solo pensar. Pensé demasiado en las posibilidades de tener un hijo de esa forma. Era un gran paso lograr esa intimidad, quería tener un hijo mío, creciendo en Camila pero las consecuencias podían ser terribles.
Cansada llamé a Marcus. El siempre me escuchaba aunque daba los peores consejos me resultaban de ayuda.
Contestó.
-¿Lauren?
-Hola Marcus ¿Que tal va tu día?
-Es finde, estoy en una comida ¿Pasa algo?
De fondo había música y parecía que se alejaba del ruido para hablar.
-Si ¿Como lo sabes? Le pregunté insegura.
Comenzó a reír. -Lauren tu siempre me hablas cuando algo malo te ocurre, en realidad siempre me preocupo cuando veo tu nombre en la pantalla, eres idiota. Dijo y se rió de mi.
-Es suficiente.
-Mejor cuenta.
-Aaa...Me resigné y comencé a hablar.
-Camila y yo queremos tener otro bebé.
-Wow.
-Y... Cami quiere iniciar el tratamiento rápido, solo que esta vez quiere que yo done el óvulo ¿Entiendes?
-Claro, debes estar muerta de miedo y siendo cobarde ¿No?
-Marcus. Le gruñí. Me reacomode en la silla y miré al patio.
-Lauren, sabes que hay riesgos, pero por un lado entiendo lo que Camila quiere y esta en su derecho, o sino quieres y vas estar de miedosa, pues tu debes probar el tratamiento.
-¿Que?
-Ajam, que ella done y tu lo tienes cariño. Mi mundo se cerró. Era una buena idea pero me daba más miedo. Era tan tonta. ¿Porque en estás situaciones era así?
-¿Lau?
-Lo siento, me quedé pensando.
-Debes admitir que es una buena opción.
-Yo no podría. Le dije.
El se rindió.
-¿Para que me llamas? Lauren deja de ser tan cabeza y házla feliz ¿Quieres? O yo mismo soy capaz de ir y darle los hijos que quiera.
-Eres imbécil. El se rió, claro que no jugaba, sabía que el coqueteaba con Cami todo el tiempo, sin embargo, no llegaba a odiarlo tanto.
-Hazlo sino yo mismo iré, te lo advierto.
Enfadada colgué sin responder algo más.
Necesitaba abrazar a Camila, era una buena forma para tranquilizarme. Pero bendita indecisión, ella estaba por más enfadada.
Caminé por el estudio en círculos.
Salí en busca de Cameron, seguro el me distraía más. Era la hora de cuidarlo y jugar con mi pequeño.
Entré a su habitación y me sorprendió. Estaba formando figuras y vaya que tenía talento.
-Hola Cam.
-Hola. Dijo sin distraerse. Me senté a su lado en su tapete de juegos.
-¿Puedo ayudar?
-No. Soltó dándome una sorpresa.
-Pero....
-¿Puedes dejar de molestarlo? Preguntó Camila entrando al dormitorio y tomar no se qué cosas. Cameron rió con ella.
¿Que les ocurría a todos hoy?
Salí de ahí sin mencionar algo más y quise salir un rato, pero no podía conducir. Aquí venía mi episodio de ansiedad.
El timbre sonó en ese momento.
Frente a la puerta me encontré con el idiota del vecino. El enfado y ansiedad pudieron más que mi razón.
-¿Que mierda quieres? Pregunté de golpe.
El me dió una sonrisa cínica.
-Estoy buscando a Camila, le prometí ayudarla con algo en el jardín.
Lo miré de forma profunda para tratar de intimidar pero evidentemente el no se daba cuenta. Era un idiota.
-¿Recuerdas que te pedí hace días?
El negó divertido.
-No haré lo que me digas Lauren, si Camila me quiere seguir viendo será por algo, le gusto aunque te pese.
Fue todo, anteriormente me había controlado pero esta vez no pude. Todo fue demasiado. De un golpe pude ponerlo en el piso. El golpe fue en seco y se escuchó en la casa, además también él cayendo fue ruidoso. Trató de levantarse pero se mareo. Yo sonreí.
-Te lo advertí.
Camila salió de la casa asustada.
-¿Lauren? Tomó mi cara y no se percató rápido del chico en el piso cubriendo su nariz sangrante.
-Estoy bien. Pero al momento mi mano sufrió las consecuencias. De pronto, estando frente a ella me volvía más sensible. Me quejé y miró mi mano. Tenía un corte y sangraba, era menos que su nariz pero dolía. Sacudí mis dedos tratando de buscar alivió. Al momento Samuel se pusó de pie. Balbuceando.
-¿Que? Camila lo miró. -¿Que pasó?
Samuel cubrió mejor su nariz.
-Tu esposa esta loca, me a golpeado sin motivos, simplemente me soltó el golpe en la nariz, te estaba buscando para ayudarte con el jardín.
Maldito idiota, estaba actuando como víctima, yo estaba segura que si estuviéramos solos me devolvía el golpe sin importar nada.
Camila me miró confundida y yo negué.
-¿Como puedes estar con ella Mila? Imbécil. Camila se enfadó conmigo y a sus espaldas el vecino sonrió para mi, de forma tan cínica que no lo pensé más. Esquivé a Camila y lo empujé de nuevo. Sus ojos se abrieron.
-¡Lauren basta! Camila me cogió del brazo antes de que lo alcanzará.
Miró hacía el vecino.
-Vete Samuel.
-¿Pero...
-Conozco perfectamente a mi esposa y se que no te golpea sin motivos, vete y esta vez por favor respeta la distancia y mi matrimonio, yo la amo a ella y no va a cambiar nada.
El vecino me miró amenzante pero finalmente con la poca dignidad que le quedaba se marchó.
Yo no sabía que hacer, miré a la puerta pero no podía moverme. Sabía que Camila me mataría. Estaba enfadada. No le gustaba que actuará así. Se dió la vuelta y yo cerré los ojos esperando su odio.
Me sorprendió. Alcanzó en silencio mi mano dañada y la tomó con cariño. Yo abrí los ojos y me encontré con los suyos, estaban ligeramente pequeños, eso solo pasaba cuando sonreía.
Miré a su labios y acerté. Sonreía ¿Porque lo hacía?
-Eres tan sexy cuando te pones así. Me dijo y lo siguiente fueron sus labios desesperados sobre los míos.
Yo solo reí en medio del beso y me quejé cuando apretó mi mano.
Se separó de inmediato.
-Lo siento bebé, ven debo limpiar y curarte eso.
Aún sin creerlo entramos a la casa.
Los niños seguían en lo suyo y fue una alivió que no se percataron de lo ocurrido.
Me senté en el sofá y Camila llegó con el botiquín. Tomó mi mano y pasó una gasa. Me dolió. Aplicó alcohol y todo fue peor.
-Oye con cuidado. Me quejé.
-Venga, primero golpeas a alguien y te quejas, no seas bebé. Dijo riendo.
-Auch...
-Auch... Repitió Cameron entrando a la sala. Caminó a donde estábamos y se asustó al ver la herida.
Camila le explicó que me había atrapado la mano con la puerta. Cameron llenó de besos mi cara para que no me doliera.
Minutos después Kilian me llamó torpe.
Rodé los ojos y supusé que era lo mejor aunque quedará como tonta frente a ellos.
Camila me miró con cariño y el resto de la tarde siguió sin hablarme pero de un mejor humor. Antes de la cena llegué a su sitio. Había decidido dejar de ser tan cobarde. Tenía que usar esas armas frente a ella, así como podía hacerlo cuando me sentía amezada, cuando alguien quería arrebatarla de mi lado. 
Respiré profundo.
Me miró fijamente dejando de hacer lo que hacía.
-Quiero tener al bebé Cami, como tu quieres, quiero que crezca en ti y que también sea mío.
Sus ojos se iluminaron y saltó hacía mi. Entre risas la atrapé en el aire y la senté sobre la encimera. Busqué sus labios y comenzamos un beso apasionado, uno con el que decía cuanto la amaba.
-Te amo y todo saldrá bien Lolo. Susurró.
Apreté su cintura.
-Te amo más Cami. Sentir sus labios carnosos y dulces era lo mejor. Besó mis ojos con amor.

FEBRERO EL MES DEL AMOR ❤

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