CAMILA
Kilian desordenaba todo su cuarto para encontrar un par de cosas que faltaban para su equipaje. Estaba de vacaciones y según el podía hacer todo lo que quisiera.
Rodé los ojos.
-Cariño, no hagas tanto alboroto aquí, yo no podré limpiar.
-Lo haré yo. Gritó para que lo escuchará. Cameron corría desde hace rato por toda la casa, estaba en ropa interior y Lauren trataba de atraparlo. Una imágen demasiado graciosa.
-Cami, ¡Ven a ayudarme!
Cerré la puerta de la habitación de Ki y entré a la sala, donde Cam estaba oculto tras una mesa.
-Dios, ¿puedes decirle que es necesario llevar ropa? Me suplico Lau.
Rodé los ojos, hoy era el día de hacerlo.
-Lolo, tu puedes venga se nos hace tarde para partir. Nuestro equipaje estaba listo a un lado de la puerta, solo faltaba el de Ki.
Con rapidez logró dar vuelta, atraparlo y hechar a Cam en su hombro. El reía divertido. Tardo más de la cuenta para cambiarlo y para ese momento ya me sentía cansada y si ganas de salir de aquel departamento.
Drew estaría abajo en cualquier momento en el estacionamiento, el iba a conducir durante el trayecto por horas a las afueras de la ciudad. Era un lugar tranquilo y una casa de descanso, frente al mar y muchos paisajes relajantes. Estaríamos ahí una semana completa y mis padres también iban.
Al llegar todos se bajaron a prisa, Lauren parecía demasiado entusiasmada como los niños y corrieron a la entrada de la casa. Mi madre me saludó.
-Hola cariño ¿Que tal el viaje?
-Tranquilo o aburrido.
-¿Estas bien?
Preguntó, yo estuve a punto de decir que si pero estaba preocupada, tal vez por el hecho que tenía que estar cuidando de tres niños, incluída Lau.
Al entrar todos nos llevamos la sorpresa, la casa estaba realmente increíble. Tomamos las habitaciones, Lau y yo en una, los niños en otra. Mis padres tomaron la del final del pasillo en la segunda planta y Sofía junto a Drew la principal. Al inicio nos llevó a una discusión por que yo quería la misma habitación, finalmente Lauren aceptó cederla para ellos por que Sofia comenzaba a ponerse de mal humor y bajó ese estado era peor que yo.
La casa estaba totalmente equipada, de dos platas, con una piscina enorme, camas de descanso alrededor para tomar el sol todo el día, lo necesario para hacer una parrillada y un balcón con la mejor vista hacía el mar.
Kilian y Cam comenzaron a desempacar bajó mi mirada, por sorpresa mi pequeño se había vestido solo con intenciones de entrar al agua, usaba unos calzoncillos graciosos de Bob esponja.
Los miré charlar de forma sospechosa y luego acercarse a la puerta de cristal para el patio.
-¿A dónde van?
Lauren vestía con un pantalón muy corto y blusa ligera, debajo podía apreciar la parte superior de su bikini. Muy linda. Soltó el inflable azul que cargaba en su brazo y protegió a Cam.
-Bueno, yo, nosotros. Trató de defenderse. Sofía y Drew se acercaron a ellos también con la intención de salir.
-Nada de eso chicos. Dijo mi mamá a las espaldas.
-Pero es verano y debemos aprevecharlo desde el inicio. Dijo Kilian para defenderse y más seguro de salir.
-Nada de eso, debemos comer primero, daremos un paseo por la playa si nos alcanza el tiempo, pero ahora no deben entrar al agua.
Mi padre rió por todos y el resto se dieron miradas de pena, sabían que bajó la custodia de mi madre nadie iba a poder salir ni siquiera a mojar los pies.
Sonreí satisfecha junto a mamá mientras todos regresaban quejándose a la sala de estar.
Yo intercepte a mi linda esposa, llevaba cara de pocos amigos y se dejó caer pesadamente en el sofá. Cameron se acurrucó a su lado, estaban con carita de puchero. En cambio, Ki recargó la cabeza en el sofá enfadado.
-Amor. La llamé pero ella no me miró. Estaba triste.
-Oye amor, deja ya eso, debemos obedecer a mamá y además podemos jugar algo aquí adentro.
-Esta bien. Contestó con desgana.
-Te vez muy sexy con esa ropa. Susurré en su oído y de inmediato me miró.
-¿Que tratas de hacer?
-Mejorar tu humor por supuesto.
Sonrió en mi mejilla.
-Ok, entonces ve y cambia tu ropa, usa ese vestido corto que me encanta. Pidió esperanzada.
Usar un vestido corto no me hacía sentir segura, tenía una barriga enorme y prefería más cubrirla que traerla al aire.
-Venga, usarás un bikini quieras o no, estas igual o más hermosa que nunca así.
Fruncí el ceño y ella hizo lo mismo, tratando de ganar.
Kilian había sacado de su equipaje algunos juegos de mesa y mi mamá preparaba una comida sorpresa mientras todos jugabamos.
Me estaba aburriendo así que se me ocurrió algo para contentar a Lau.
Le llamé para que me siguiera y sin hacer ruido llegamos hasta la habitación.
-Venga hagamos algo para festejar que estamos aquí. Yo comencé a quitar mi ropa y Lau permanecía boba junto a la puerta.
-Dios, amor, sabes que no podemos, es decir, todos están ahí en la sala y pueden escuchar.
Rodé los ojos, por tercera vez en el día y la llevé conmigo al baño.
-Solo debemos ser silenciosas.
¿Alguna vez han experimentado esa sensación de adrenalina mientras haces algo con temor de ser descubierto? Pues eso me pasaba a mi. Saber que estaríamos ahí en el baño haciendo cosas mientras el resto estaba en casa y podrían escuchar tal vez lo que pasaría.
Lau dudaba aún pero sin otra opción, quitó su poca ropa y me arrinconó contra la puerta del baño.
Había iniciado con besos ligeros en mis hombros mientras sostenía mi espalda. Mi barriga se pegaba a su abdomen de forma graciosa.
Sus labios recorrieron piel hasta mi cuello, yo busqué sus pechos entre ambas y los sobe.
Necesitaba más contacto y la llevé conmigo a un beso demasiado intenso, que duro muchos minutos. Cuando se separó los tenía un poco hinchados. Sus manos trataban de sostenerme más cerca. Tomé su brazos con desesperación y comencé bajarla. Con besos llegó hasta mi abdomen y yo le indiqué que bajará más. Gemí. Ella me miró asustada.
-Shhh, dijiste que serías silenciosa. Sonreí con gracia y le indiqué que continuara.
Tomó mis nalgas para apoyarse y llevó su boca a mi centro.
-Dios. Gemí bajo.
Con besos y moviendo su lengua me hizo sudar. La empujé más hacía mi si era posible y me concentré en bajar el volumen de mis gemidos. Llegó un punto en que no aguante más y me dejé llevar. Sonreí con satisfacción y con miedo a caer. Mis piernas se sentían débiles. Lauren subió hasta mis labios y me sostuvo con fuerza.
-¿Estas bien amor?
Asentí con una sonrisa y la acaricié en todo el cuerpo. Era obvio que no podría hincarme para hacer lo mismo con ella pero sin problemas, solo guió mis dedos hacía ella mientras se recargaba su frente en mi hombro. Con movimientos lentos la hice excitarse y humedecerse. Me moví con gracia en su centro y finalmente entre en ella. Sonreí con satisfacción al escucharla gemir.
Estaba usando la piel de mi hombro para apagar sus gemidos.
Finalmente se apretó en mi espalda y llegó a la cima.
Besó toda mi cara y en silencio me ayudó a limpiarme y colocar ese vestido que había pedido. Me veía un poco graciosa pero para ella era la mujer más hermosa que existía.
-Te ves tan linda, cariño, me gustaría que miraras a través de mi ojo, literal. Dijo y rió por su propio chiste. A veces ambas olvidabamos ese pequeño detalle en su vista. Me decía que siendo tan feliz con nosotros no se podía quejar de nada. Salimos de la habitación con las mejillas enrojecidas y tratamos de actuar lo más normal posible, aunque desde un lado del sofá, Sofía nos lanzaba una mirada acusadora.
Demonios, no pudimos ser tan silenciosas.
Cameron discutía con Kilian por algo del juego y se defendía como si tuviera razón.
-Ves ahí esta tu herencia en el. Dijo Lauren en mi oído. Me senté sobre ella y recargó sus manos en mi vientre abultado. Yo suspiré, era cómodo estar así y después de la situación del baño, estaba muriendo de sueño.
-Cam, es igualito a ti. Me defendí.
-Pero que sea necio lo sacó de ti.
-Mamá. Se quejó Kilian para que lo ayudará contra Cameron.
-Bebé. Soltó Cam en la sala y haciéndonos reír a todos, incluso mamá rió en la cocina.
Kilian lo cargó en su hombro y comenzó a darle vueltas.
-Yo no soy un bebé, pequeño loco.
Cam reía y comenzaba a marearse.
-Venga bájalo si no quieres tener de vuelta ese chocolate que comió en el camino. Lauren le recomendó.
Después de la pequeña discusión de los niños, el juego había terminado. Ahora todos disfrutábamos de una rica comida.
Yo comí demasiado y el resto para mejorar nuestro estado quiso salir para conocer la playa. Caminamos por un rato, el atardecer estaba por ceder y descubrimos que cerca se encontraba un par de restaurantes, casas a la orilla del mar.
Lauren y yo nos quedamos al final sentadas en la arena frente a la casa. El resto había entrado listos para dormir, incluso mis padres quisieron regalarnos este tiempo para nosotras y me pidieron que los dejará llevar a Cam a la cama.
Lau se colocó tras de mí y suspiró.
-Me encanta este sitio.
-Igual a mí. Declaró antes de girar mi cara y dirigirse a mis labios. Trataba de hacerlo más intenso pero lo impedí.
Bufó. -Debimos venir solo nosotras.
Yo reí.
-Tu invitaste a mis padres.
-Ya lo sé, pero ahora me arrepiento, los niños pudieron quedarse en casa solos, ya están grandes para cuidarse. Golpeé su hombro por la broma. Y luego rió de esa forma en que sólo ella lo hacía.
-No sabes como me hubiese gustado conocerte de adolescente cariño, tu sabes, ser solteras, sin hijos, andar por ahí sin otra preocupación más que de enamorarnos. Dijo y se quedó callada. No entendía muy bien a que se refería.
-Oye no quiere decir que no ame a nuestros hijos, solo que a veces me preguntó esto, haberte conocido en el colegio, salir por un tiempo, tener muchas citas contigo, conocer tu lado irresponsable, salir a fiestas, beber y tener sexo en lugares prohibidos mientras nuestros padres nos esperan en casa.
Fué inevitable no sonreír. Yo también quise hacer eso. De hecho la imágen de Lauren y yo tomadas de la mano en el colegio y teniendo mi primera vez en mi habitación, con ella y no con alguien más, se venía a mi cabeza, también haber ido juntas a la universidad.
-Mi adolescencia no fue nada normal. Declaró un poco triste.
-Estuve mucho tiempo encerrada en casa y sintiendo pena por mi problema.
-Lo siento amor. Dije sincera. No me gustaba mucho tocar ese tema por que me ponía muy sensible.
-Yo, traté de disfrutar pero todo cambio cuándo me enteré del embarazo. Mis palabras salían sin pensar mucho.
-Dime que antes de eso fuiste muy feliz siendo adolescente. Pidió.
-Lo hice, tenía amigos y un chico, yo veía todo de forma planeada, todo, la universidad y...Besó mi frente y me hizo mirar las estrellas. -Bueno ya sabes el resto, debí conocerte antes. Apreté sus manos en mi vientre.
-Si, tal vez ahora también estaríamos juntas. Sonrió en mi mejilla.
-¿Si?
-Claro que sí, yo me sentí atrapada en mi mundo hasta que te conocí y no llegué a desear tanto mirar que cuando escuché tu voz aquella noche, había perdido toda la esperanza y cuando escuché tu risa quise conocerte, mirarte y enamorarme de estos lindos ojos.
Era tan boba y romántica por ocasión que quería comerla a besos ahora. Lo cierto era que yo también hubiera querido conocerla bajó otras circunstancias. Pero ya estaba segura que de todas formas estaría con ella sentada en la playa y amándola igual a cómo lo hacía ahora.
Está manera de formar nuestro futuro también me gustaba y no la cambiaría por nada. Ni siquiera los malos momentos por que nos habían ayudado a comprender lo fuerte que era nuestra relación y a conocernos mejor.
Mis ojos se cerraban por momentos y de fondo escuchaba a Lau cantar algo en mi oído. Las olas del mar estában ayudándo mucho a mi estado soñoliento.
-Te amo tanto Camila, jamás cambiaría nada de nosotras.
Recargué por completo mi cabeza en su pecho y cerré los ojos.
El sueño me había vencido y no comprendía como había podido llevarme adentro y despertar a su lado semidesnuda en la cama. Mientras los rayos del sol entraban por la ventana y Lau descansaba con sus brazos rodeándome. Sonreí como una niña, el momento de ayer por la noche me había gustado mucho, la plática había logrado hacerme sentir demasiado afortunada, tranquila y preparada.

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Lo que no ves
Fanfictie2da parte Lo que no se ve La realidad para Lauren ha cambiado, dos años después del nacimiento de Cameron todo terminó. Camila jamás había acabado de comprender su vida y para su mala suerte ahora no la dejaba estar cerca de sus hijos. En resumen...