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CAMILA
-¿Y que tal estuvo la arena ayer hermana?
Sofía preguntó mientras todos tomábamos el desayuno al día siguiente. Mis mejillas debían ser de un tono muy rojo en ese momento. Lauren me miró asustada pero no dijo nada. Tenía que contestar a la pregunta. Mi querida y molesta hermana me miraba con una cara divertida. Maldita.
Diablos, ni siquiera entendía por que lo sabía, a menos que nos espiara durante nuestro momento íntimo.
-amm. Aclaré la garganta. Mi madre había entendido por fin la insinuación.
-Tengo​ que ir al baño, ¿Me acompañas Sofía? Pedí.
-¿No? Respondió graciosa. La miré como intentando asesinarla y me siguió hacía el pasillo.
Una vez estuvimos a solas y suficientemente lejos de todos la tomé del brazo.
-¿Que ha sido eso Sofía?
Ella rió muy graciosa.
-Dios, todos saben que tu y Lauren cogieron en la arena, las vimos entrar a la casa, ya muy tarde, ella fue demasiado obvia con mamá.
Rodé los ojos y la dejé ir.
-Solo espero que no nos hayas espiado hermanita. La amenacé. Ella solo rió más.
Se fué a la mesa otra vez y yo entré al baño, últimamente sentía esa necesidad por estar muy cerca de uno, el embarazo complicaba un poco mis horarios. Frente al espejo miré todo lo que había crecido. Dios, me sentía redonda y toqué mi vientre una y otra vez, ni siquiera me dí cuenta del tiempo que pasaba.
Alguien tocó la puerta despacio, yo lo dejé entrar.
Era mi esposa, llevaba las mejillas enrojecidas y una sonrisa incómoda.
-¿Estas bien?
Asentí y seguí mirándome.
-Que bueno que no estabas en la mesa, ellos continuaron molestando con lo de la arena. Dijo distraída. No me notaba tan pensativa.
-Hasta el pequeño Ki jugó un poco ¿Puedes creerlo?
La miré de nuevo y sus mejillas lucían ya un poco más pálidas, como siempre estaban.
Yo reí. Debí presenciar esa escena.
-Lau.
-¿mmmh?
-Ven aquí. Indiqué tras de mi. Ella se acercó lentamente y me rodeó con sus brazos.
-¿Que pasa amor?
Me encogí de hombros, solo quería ver la imagen de ambas frente al espejo. Besó mis hombros delicadamente y me sostuvo la mirada a través del reflejo.
-Nada, solo no sé, estoy muy sensible, quería que me abrazaras.
Sus brazos me apretaron todo lo posible y besó mi mejilla cariñosa.
Levantó un poco mi blusa y acarició la piel de mi vientre. Como si nuestra pequeña lo supiera, comenzó a moverse inquieta.
-Wow. Escuché la risa ronca de Lau y miré su expresión. Era tan linda.
-Esta emocionada, igual que yo. Le hablé refiriéndome a las manos de Lau en mi piel, mi corazón seguía acelerándose cada vez que la miraba, o me tocaba con esas manos tan cálidas.
-Son tan hermosas, ambas, ya quiero conocerla. Dijo con voz de bebé y yo no pude más que girarme hacia ella y darle un pico.
-Lau, no digas eso, no quiero que se adelante, tal vez es igual de ansiosa que tu.
Rodó sus ojos y me dió un toque juguetón en la nariz.
-Tal vez lo sea pero también sabe que debe crecer un poco más ahí dentro, es inteligente como tu.
Aún cuando la molestaba trataba de alargarme o decir cosas tiernas para mi ¿A caso podía tener a otra mejor esposa que ella? No. Jamás, Lauren debía ser la mujer más maravillosa del mundo. Era tan cariñosa y protectora que era fácil imaginarme toda mi vida a su lado.
-Hablando de la arena. Dijé en tono serio y la tomé por el cuello.
-Oye, no creo que sea adecuado en el baño, amor.
-Nadie dijo de hacerlo aquí, tal vez quiera tomar una siesta contigo.
Le guiñé y la hice seguirme pero antes de ir a nuestra habitación, caminé de su mano segura hacia el comedor. Bajo la mirada de todos, tomé mi plato con la comida que había dejado ahí antes del ir al baño.
Nadie dijo nada pero una vez estuvimos de nuevo en el pasillo, escuché la risa de Kilian y Sofía, le gustaba reírse de mis síntomas.
Tenía demasiada hambre, una vez terminé de comer. Lauren y yo continuamos besándonos. Sobre la cama y con caricias tiernas.
Sus manos jugaron con mis pantalones pero le impedí quitarmelo.
-¿Que?
-No tengo muchas ganas. Le dije y ella dejó de besarme.
-Pero me has traído a base de mentiras. Me reclamó.
-Solo quería besarte Lau. Hice un puchero.
Fingió enfadarse y se dió la vuelta sobre la cama.
-Lau, es solo que la bebé esta despierta vale, estaba demasiado inquieta.
-¿De verdad?
Asentí y se inclinó para buscar loa movimientos con sus manos.
Sonrió al sentirlos.
-Hola mi amor, soy tu mamá Lauren.
Me hizo un poco de cosquillas con su respiración cerca y me reí.
Ella lo notó y lo uso en mi contra. Me atacó con cosquillas. Hasta un punto en que no lo soporté.
-Dios Lau.
Me quejé y no se detuvo.
-¡Tengo que ir al baño! Logré gritar y se detuvo, me miró casi correr al baño y soltó una carcajada.
Unos golpecitos me hicieron despertar de mi sueño, Lau dormía a mi lado con una mueca tierna. Con cuidado de no despertarla, salí de la cama, luego del ataque de cosquillas nos acurrucamos para dormir, habían pasado horas pero no sabía cuantas.
Una vez abrí, miré hacía abajo y ahí estaba mi pequeño Cameron, con una sonrisa.
-Hola mi amor.
-Hola mamá ¿Puedo estar con mamá Lolo? preguntó con una sonrisa para cautivarme y convencerme.
Despeiné su cabello y lo dejé entrar.
Subió a la cama quitando sus sandalias y se abrazó a Lauren. Ella despertó al sentirlo en brazos, lo apretó.
Yo decidí entrar con ellos a la cama.
-¿Donde esta Ki?
Preguntó mi esposa al pequeño. Se encogió de hombros.
-Salio con tía Sofí.
Coloqué mi espalda en la cama y acaricié mi vientre por costumbre.
-Tienes una pelota. Soltó Cam haciéndonos reír a ambas.
-No es una pelota Cam, es tu hermanita.
Sus pequeñas manos llegaron hasta el sitio y me ayudó a darle cariño. Hasta que se asustó por un movimiento del bebé.
Lauren se rió por su reacción.
-Hey le caes bien Cam, seguro ya quiere jugar contigo.
Cameron respondió inseguro. Luego sonrió como nunca y pegó su oído en mi barriga. Trataba de escuchar algo.
Abrió los ojos de golpe.
-Esta ahí dentro. Susurró y reímos.
Todo estuvo bien hasta que miró hacia Lauren.
-¿Como saldrá de ahí mamá? Le preguntó. Lauren me miró asustada buscando un poco de ayuda. Ni yo sabía que decir así que pensé en una distracción. Amaba la cara de Lau al quedarse sin respuestas.
-Creo que tendrá tus ojos Cam.
Le dije y sonrió.
-¿Si?
-Ajam, y los de tu mamá, mírala es tan linda.
Le dije, el se acercó para besar la mejilla de Lauren y abrazarla.
-¿Solo a ella? Le pregunté.
Negó un par de veces antes de tratar de sujetarnos a las dos en un abrazo.
PERDÓN POR NO ACTUALIZAR 😔

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