LAUREN
Corrí a la casa sin detenerme después de estacionar el auto a media calle. Mis oídos zumbantes y mis latidos eran realmente acelerados.
Simplemente no daba crédito a todo lo que estaba pasando en mi vida.
En el intento por abrir deprisa la puerta choque contra ella llevándome un golpe fuerte en el hombro. Aunque habían pasado años de que solo podía ver con un solo ojo no me acostumbraba.
Ni siquiera me detuve al detener el dolor, caminé hacia la sala apresurada. Buscaba a Camila, estaba desesperada por hablar con ella, por explicarle que todo era una mentira, todo.
La única verdad era que yo la amaba demasiado y a nuestra familiar como para hacer eso.
Salía de la habitación de Cameron cuando la miré. Sus mejillas estaban rojas y me miraba con odio, a los lados de su cuerpo apretaba los puños.
-Cami...
Su cuerpo se tensó llevándome a un lugar sin salida donde las palabras no significaban nada, ya no recordaba que palabras le iba a decir, como iba a demostrar mi inocencia.
-¡Cállate! No quiero escucharte. Dijo entredientes y la entendí. Hablar cerca de Cameron no era opción, el podría despertar. Kilian solía escuchar música a todo volumen en su habitación, así que el no iba a escuchar.
La seguí a la parte posterior del patio donde porfin observé sus lágrimas correr, la luz de la luna iluminaba sus tristes ojos café.
-Necesito explicar to...
-Lo único que puedo decirte es que tu maleta esta en la habitación.
-Cami. La intenté sujetar por el brazo pero de la nada comenzó a golpear mi pecho para separarnos. Mis ojos estaban igual de llorosos que los suyos, ella sollozó seguida de mi.
-No quiero que me digáis nada, solo vete por un buen tiempo.
Mi cuerpo temblaba, no podía perderla así sin razón. No mientras esa mujer que intentaba dañarnos ahora disfrutaba de lograr su hazaña. Mis hijos, por dios, no podía irme y alejarme de ellos.
No de Camila y no así.
Con mi mano temblorosa intenté de nuevo tomar su mano pero dió varios pasos atrás.
-¡Vete Lauren!
Mi corazón se hacía pedazos, ¿Donde estaba la confianza y el voto de amor?
Regresó a dentro sin mirarme y en la cocina tomó un sobre llenó de fotos, fotos absurdas, fotos falsas y que no significaba nada para mi.
-Llévate esto también. Las arrojó a mi cara con fuerza, tanta que logró hacerme daño en la mejilla. Ella nunca había actuado así, con agresividad.
-¿No quieres otra nuestra para tu colección?
Preguntó con odio, mordiéndose el labio para no gritar más alto.
Ella no podía decirme aquello, sabía que era mi esposa, el amor de mi vida, con quién había jurado estar hasta la eternidad.
No era de ningúna colección, solo era la única. La única mujer que yo amaba con todo el corazón y que ahora perdía.
¿Porque fuí tan estúpida?
-Camila, tienes que escucharme por favor, yo no estoy con ella por dios, jamás lo estaría, jamás te traicione.
Se limpió las lágrimas.
-¿Me vas a decir que esa fotografía es falsa? Por dios Lauren, eres tu, estás con ella y besándola. Se rió amargamente.
Miré al piso para buscar la dichosa foto, cuando miré ese cabello rubio en rizos en la foto justo debajo de mis pies me agaché para tomarla entre mis dedos temblorosos.
La miré a ella y luego a la foto que apenas y podía sostener.
Por dios, se veía tan real como si Sab y yo fueramos las mejores amantes. Su sonrisa sínica entre nosotros y una mínima parte de nuestros labios unidos. Mis manos en su cintura intentando alejarla y ella con sus brazos enredados en mi cuello. Ambas en un centro comercial de Vancouver, el mes pasado que estuve ahí por trabajo.
Camila solo me observaba, mientras yo levantaba el resto de las fotos.
Mías con otras cinco chicas más, antiguas sobre todo. La misma tarde las había recibido en la editorial, junto con una nota y mensaje claro.
~Hola corazón, lamentó decirte esto pero como tú no quieres estar conmigo entonces no estarás con nadie.
Ahora tu adorada esposa tiene las mismas copias entre sus manos.
Les deseo un buen divorcio y te espero.
Con amor Sab. ~
Era una loca y obsesionada, Sab era hija de un amigo de mi padre, Jack, con quien habían pasado las vacaciones de verano. Mis padres les hablaron de mi, acerca de mi matrimonio con Camila y mis hijos, luego de meses después de eso, por fin la conocí, durante uno de mis viajes repentinos a Vancouver por mi trabajo en la editorial. Seguido de ese encuentro hubo más, donde ella sin tener límite coqueteaba conmigo en cada cena que tenia con mis padres y los suyos, en encuentros casuales que luego dejaron de serlo, ella quería algo conmigo y yo sin duda la rechazaba, Camila no viajaba junto a mí seguido así que en cada oportunidad Sab intentaba besarme o hacer cualquier tontería para llamar mi atención. Su padre se disculpaba conmigo siempre y justificaba a su hija de apenas 22 años, con que era una inmadura y rebelde, siempre tratando de controlarla. Pero sin duda todo llegó a su límite cuando me la topé esa última noche. Días antes durante una llamada le dije que me dejara en paz, que yo no estaba interesada en ella y que era mejor que mantuviera distancia.
Una semana previa a navidad, yo tuve que viajar a Vancouver por una semana completa, dejando con todo el dolor de mi corazón a mi familia en casa. La última noche ahi fuí al centro comercial para buscar regalos, justo en la puerta principal, estaba Sab, con una sonrisa burlona y mirándome como una loca. No la entendía. Apenas y hablábamos y de la nada obtenía mi número de móvil y me seguía a todas partes.
Llegué hacía ella para reclamar su presencia y que me acosara pero justo al tenerla de frente se lanzó a mis brazos haciéndome soltar las bolsas que llevaba al piso y sostenerme en pie.
Sus labios estaban unidos a los míos y de inmediato la alejé.
-Te estaba esperando. Sonrió de forma sínica y acarició mi mejilla. Yo tomé su mano y la apreté.
-Jamás vuelvas a hacer eso Sab, estoy casada y nada interesada en ti.
Ella suspiró y soltó una risita fastidiosa.
-No te preocupes, ya no lo haré, por que tu vas a venir a mi sola.
Así como apareció se fue. Sobre el beso no me preocupe por que según yo nadie lo había visto y tal vez con esa tontería Sab se olvidaría de mi. Tampoco quise contarle a Camila de ella ni del beso para evitar que se preocupara. Pero me equivoqué, fue un error no haber dicho todo a tiempo ahora era demasiado tarde y por supuesto Camila se negaba a creer en mi, luego de ver la foto y el resto.
Sab me investigó tal vez y encontró lo que quería. Mis fotos durante la universidad junto a otras chicas, chicas que para nada eran importantes para mi. Pero Sab se había armado bien el juego y ahora yo quedaba frente a Camila como una infiel y mujeriega.
-¿Cual de ellas es a la que heriste tanto?
Gritó.
-Cam...
-No puedo con esto, de verdad quiero que te vayas y desaparezcas, necesitó pensar. Susurró.
Yo agaché la cabeza rindiendome, con esas fotografías era bastante estúpido luchar, eran muy reales y la foto con Sab parecía la más real, cosa que no era así. La odiaba, odiaba a Sab por hacer esto.
-Lo haré, pero lucharé por que me escuches Cami.
Cerré los ojos y el dolor comenzó a golpearme.
-No puedes ver la realidad Lauren, después de ver eso mi confianza hacía ti esta perdida.
-Me amas y yo voy hacer que creas de nuevo en mi, lo haré por que te amo, a nuestra familia.
Sus pasos llegaron hasta mi y yo pensé que ahora era cuando me abrazaba dispuesta a escuchar mi explicación.
-No ves nada Lauren, esta perdido. Gritó.
-Quizá no puedo ver ahora tu amor hacia mi, pero por que estás enfadada y confundida. Le dije en un tono más bajo, débil. -Pero me amas y eso lo usaré a mi favor.
-Lo que no ves simplemente lo destruyes Lauren. Sentí mi mejilla arder, su dulce mano me había colocado una bofetada tan fuerte que me arrojó al piso. Yo la miré confundida. Ahora dudaba de que pudiera lograrlo y convencerla de que era mentira todo. -Como siempre, como lo hacías cuando eras ciega, torpe y...
Sus palabras quedaron al aire y sin duda habían logrado lastimarme, enfadarme y sentir un deseo enorme de devolver el golpe.
Me pusé de pie y la miré fijamente.
-¿Asi que eso piensas de mi? ¿Estas conmigo por lastima?
-Lauren...te estás saliendo de tema y no pienso discutir más, estabas por irte. Declaró finalmente.
Mi corazón se hizo puño. Sus palabras habían dolido como nunca, nos hacíamos daño sin pensarlo, más de lo que deberíamos.
Con enfado tomé todo lo que pude en una maleta y entré a la habitación de los chicos, estaban ambos dormidos, para nuestra suerte. Les dí un beso en la mejilla, mis lágrimas no se detenían, me dolía tanto salir de casa y dejarlos.
Camila estaba junto a la puerta y mirando a la nada.
-Bien, pues para tu fortuna me iré, así tal vez te libres por siempre de mi, de una chica ciega ¿No?
No dijo nada. -Si lo que quieres creer es en esa estúpida foto entonces yo no soy la única ciega aquí, lucharé por mis hijos.
Cuando pusé el primer paso afuera de la casa quise volver pero para ese entonces Camila había cerrado la puerta. La noche la pasé en el auto llorando y maldiciendo a todos.
Mucho más a mi por ser tan idiota.
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Lo que no ves
Fanfic2da parte Lo que no se ve La realidad para Lauren ha cambiado, dos años después del nacimiento de Cameron todo terminó. Camila jamás había acabado de comprender su vida y para su mala suerte ahora no la dejaba estar cerca de sus hijos. En resumen...