LAUREN
-¿Así que todo bajo control no?
Me preguntó Sofía divertida.
-Solo calla y ve por Ki. Respondí entre dientes, para mi fortuna mi cuñada aún podía conducir con semejante barriga. Había olvidado ir por Ki al colegio otra vez, era la tercera en los últimos días.
Colgó divertida el móvil y yo subí a la habitación una vez más. Cami mecía a la pequeña en sus brazos. Dios, Mich en pocos días me había demostrado que era igual que su mamá. Quería atención a todas horas y mis ojeras lo demostraban.
-A hola mamá, mirá Mich saluda a Lolo.
Cami dijo al verme parada en la puerta. Cam lloró en su habitación y corrí por el. Regresé con el en brazos.
-¿Que pasa? Preguntó Cami.
-Se golpeó con un juguete, todo bien. Sollozó Cam en mi hombro.
Miré a mi esposa, estaba agotada y creí haberla visto los últimos dos días con la misma pijama. Luego ella se me quedó mirando a mi. Sabía cómo lucía, mis ojeras, mi cabello sujetó de forma descuidada y a un niño enredado como changuito.
De pronto ambas estallamos en risas.
-Dios, Lau, y eso que apenas van tres semanas, me siento agotada y no veo control en nada.
Cameron se levantó de mis hombros y nos miró curioso.
-¿Que divertido? Preguntó.
Hice cosquillas hacia el haciéndolo reír.
-Tu mamá luce terrible. Le dije.
Camila caminó a la cuna para dejar a Mich ahí dormir rogando por que no llorara. Le indique a Cam mucho silenció y el asintió. Cuando finalmente la recostó y no lloró. Acerqué a Cam.
-Es linda. Dijo y Cami besó su frente.
-Como tu mi amor. Cam quiso colgarse en los brazos de su otra madre. La miramos por un buen rato, hasta que Cam pidió ser mimado. Caminamos a la cocina donde yo comencé a cocinar mientras Cam hablaba con Camila. Ella lo hacía reír. No entendía como podía estar tan alegre después de estas semanas de recuperación, cuidar de los niños y amamantar a la bebé cada 4 horas.
Incluso por la madrugada. Casi no dormía pero lucía realmente feliz y hermosa.
Aunque se quejaba de su peso y trataba de criticar su aspecto. Un aumento de cadera y culo la verdad no se le veía mal. Además sus pechos también estaban crecidos.
-¿Que tanto miras Jauregui?
Negué y volví a mi comida. No estaba segura que eso era.
Los trabajos domésticos no eran lo mío y se notaba. Incluso tuvimos que contratar a una mujer que nos ayudara con las tareas de la casa. Finalmente haberla ampliado no fue tan buena idea.
Yo estaba concentrada así que no vi venir a mi esposa hasta mi. Solo cuando tuve sus manos en la cintura me ví sorprendida. Recargó su barbilla en mi hombro.
-Tengo hambre y tanto sueño.
-Duerme un poco después de comer, yo cuídare a los niños.
Negó.
-Tu debes seguir escribiendo ¿Recuerdas?
Diablos, ni siquiera lo recordaba de todas formas mi inspiración ahora no estaba tan abierta.
-Cami, esta bien, no puedo escribir mientras me preocupo por ti, anda duerme un rato, yo prometo tener todo bajo control.
Soltó una risita, sabía que en algún momento tendría que ayudarme.
A pasos corto caminó hasta la sala donde apenas se recostó y cayó rendida. Yo continué haciendo la comida, Cam me ayudaba a mezclar algunos ingredientes.
La bebé para mi sorpresa había dormido un poco más de 3 horas, mismas que Cami también durmió. Me dió algo de pena despertarla para comer.
Sofía se había quedado con nosotros y nos acompañó.
-Dios, yo me siento cansada con solo un hijo y eso que aún esta dentro de mi. Soltó con gracia. Kilian le seguía las bromas siempre.
-Yo les ayudó. Intervino en la charla.
-Ki, es un buen hermano mayor.
-Pues, mientras no se te olvida en la escuela, Lauren.
Reclamó. Y los dos comenzaron a reír a carcajadas.
Sofía parecía un globo, tenía la barriga más grande que Camila si era posible y aún así tenía el ánimo de molestarme.
-Shhh callen, Mich esta dormida.
-Vale, sabes de todas formas quiero verla y ver sus ojitos, son hermosos.
-Igual que los míos. Reconocí. Nuestra pequeña era muy parecida a mi y según mi esposa era lo que más anhelaba, aún no podía creer que esa pequeña llorona era realmente mía.
-Eso no importa, ¿Te imaginás los chicos que la seguirán en su adolescencia?
Se emocionó. Pero Ki y yo no tuvimos la misma reacción. Dios era apenas una bebé y ni siquiera quería pensar en eso. Era mi niña. La más pequeña de nuestra familia y Kilian apuntaba a ser también un hermano sobreprotector.
-Eso no es gracioso tía. Soltó mi hijo mayor con el ceño fruncido.
En su defensa la tía solo levantó las manos rindiendose. Esperaba que ella tuviera también una hija para que comprendiera a que me refería. Ellos no querían saber el sexo del bebé aún, querían llevarse una sorpresa, cosa que no terminaba de comprender, es decir, ya se habían llevado una sorpresa con lo del embarazo.
Para cuándo limpiamos la mesa se escuchó el primer llanto de Mich en su cuna. Por supuesto Cami se recompuso y saltó hacía las escaleras.
Yo la seguí dejando que Sofía, Cam y Kilian hicieran un desastre en la cocina, si que eran un peligro para la humanidad.
Cuando entre a nuestra habitación. Cami la sostenía con ternura.
-Mi hermosa ojiverde, aquí está mamá, eres tan dulce.
Susurraba en su mejilla.
Por unos momentos me pusé celosa, yo era su ojiverde ¿No?
Me miró de reojo al sentarse en la cama para amamantarla. Yo estaba doblemente celosa.
-¿Que pasa Lolo?
Me senté a su lado mirando a ambas y luego hice un puchero. Ella rió bajo.
-Ella ahora es tu consentida.
Rodó los ojos.
-Amor, es solo que tu ya estás más grande y eres independiente, Michelle es muy pequeña.
-Puedo ser pequeña también. Le dije con voz tierna. Ella solo se inclinó para besarme.
-Es verdad, pero a ti te cuido diferente.
Levanté las cejas sorprendida por sus palabras y quise jugar un rato.
-Si, a mi me gusta que me cuides por las noches antes de dormir.
-Lau. Se quejó.
-¿Que?
-Solo no intentes seducirme, sabes que...
-Ya sé, faltan semanas aún para que estes disponible para mi. Le guiñé.
-No es que no quiera, claro que si pero no ahora.
-El día que se pueda, pero sinceramente ansío demasiado ese momento, tenemos mucho sin hacerlo Cami.
Me quejé.
Michelle estaba demasiado entretenida tomando su comida.
-Ya lo sé, no tienes que recordarme esos últimos meses del embarazo, créeme es difícil controlarlo con las hormonas tan altas.
Suspiró. Me pasó a Mich para que la pusiera a repetir. Sólo rogaba por que no devolviera nada de lo que había tomado.
La pequeña no se durmió sino que permanecía atenta a la platica entre su madre y yo. Era demasiado lista para ser tan pequeña.
-Sofia y los niños están en la cocina ¿No te preocupa?
-Dormí tan bien que no me preocupa.
Sujeté el cuerpecito calentito contra mi pecho y me recosté. Era tan lindo tenerla así, sentir sus movimientos dulces cerca de mi.
-Esta creciendo rápido Cami.
Ella rió.
-Pero si apenas cumple un mes.
-Ya sé, pero mira. Le indique la parte de mi cuerpo hasta donde llegaba. Había crecido desde que salimos del hospital al día siguiente de su nacimiento.
Las palabras de Sofía me habían puesto a pensar. Aunque no quisiera los niños crecerían sin que yo me diera cuenta.

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Lo que no ves
Fanfiction2da parte Lo que no se ve La realidad para Lauren ha cambiado, dos años después del nacimiento de Cameron todo terminó. Camila jamás había acabado de comprender su vida y para su mala suerte ahora no la dejaba estar cerca de sus hijos. En resumen...