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CAMILA
Lau era muy buena nadando, tenía un buen rato enseñando a Kilian como nadar con seguridad, sobre todo contra las olas del mar.
Mi corazón latía cada que uno de los dos desaparecía en el agua.
Miré de reojo al Cameron jugando con la arena, estaba plenamente feliz, lanzaba arena a todas partes, su cabello era un desastre y gritaba con libertad.
Las personas alrededor no dejaban de adularlo, que era un niño hermoso y hablaban sobre sus ojos.
Una vez Lauren lo cargó en brazos haciéndolo reír reconocieron de donde sacó sus encantos.
Kilian llegó hasta nosotros corriendo.
-¿Y tu mamá? Pregunté por Lauren el se encogió de hombros.
-Esta allá, dice que cuide a Cameron mientras tu vas.
Me reí, estaba casi segura de lo que quería. Quité mi pantalón corto con el que cubrí mi bikini y me encaminé a donde estaba. En el agua flotando, me dedicó una sonrisa enorme.
-Hola cariño.
-¿Que haces?
-Estas muy aburrida allá bebé, quiero que vengas aquí conmigo.
Entre con un gemido al agua, estaba un poco fría. Con tranquilidad nadé hasta ella y me tomó con sus brazos bajo el agua.
-Eres tan linda con la luz del sol, además estás tomando un bronceado de muerte.
Susurró cerca de mi mejilla. Yo envolví mis manos en su cuello, ambas flotamos entrelazadas.
-Es relajante estar aquí. Asentí y pusé mi cabeza en su hombro.
Besó lentamente mi cuello hasta obligarme a mirarla. Sonrió, amaba como sus ojos se hacían una línea al hacerlo.
-Lau.
Sus labios se unieron con los míos, estaba desesperada. Sus manos jugueteaban con la orilla de mi bikini.
-¿Que haces? Me separé.
-Trato de besarte Cami.
Negué divertida estando muy segura de sus intenciones.
-Es una playa familiar Lau.
Me guiñó y nadó un poco más lejos de la orilla, sostenía mi mano. Las olas estában bajas y para nada nos arrastrarían.
Creí que era la distancia suficiente para pasar desapercibidas.
Me uní otra vez y sentí su mano entrar entre mis piernas. No esperó más, metió dos de sus dedos en mi, yo respondí al pegarme más a ella. Sonreí y mordí su barbilla.
Movió sus dedos con insistencia hasta cansarse y mirarme llegar. Era tan extraño e increíble a la vez.
Era la primera vez que vivía algo así en el agua, ahora deseaba tener una piscina grande en la casa para hacerlo ahí.
Besó mis mejillas y me sumergió al agua sin avisar.
Yo salí buscando algo de aire y retirando todo mi cabello mojado de la cara.
Lauren reía como loca.
-¿Con que esa tenemos? Pregunté y fingí darme la vuelta para nadar hacía afuera. Intentó tomar mi brazo pero lo utilice de impulso y un chorro de agua cubrió sus ojos. Luego me sumergí y la arrastré conmigo.
En medio del agua tomó mis manos e intentamos nadar más profundo. Finalmente salimos a la superficie.
Ese momento era tan mágico, era como si solo existieramos las dos. Toqué su piel levemente viendo la pequeña marca roja, el sol la ponía como cangrejo y me parecía divertido, luego me burlaría.
-Estoy cansada de nadar. Dijo quejándose y haciendo un hermoso puchero.
-Debemos volver ahora y buscar algo para comer.
-Antes algo. Dijo y me besó tiernamente. Me cargó en su espalda. Era tan linda. Ambas nadamos.
Al llegar escuchamos los gritos de Cameron al vernos salir del agua.
Estaba entusiasmado y sacarlo de ahí iba a ser difícil.
-Hola bebé. Lauren lo llenó de agua y sacudió su cabello haciéndolo reír más.
Luego le lanzó un montón de arena a Ki en el pelo. Entre juegos logramos llegar a las regaderas. Nos secamos y Cameron comenzó a resistirse.
-Ma, por fa. Decía. Lauren lo intentaba cambiar.
-Ya bebé, venimos otro día, mejor hay que buscar helado ¿ah?
Genial. Otra brillante idea, Lau intentó decir otra cosa pero fue imposible. Yo rodé los ojos. Primero debían comer.
Caminamos por la costa un buen rato hasta encontrar un restaurante adecuado. 
Al sentarnos en la mesa podía sentir varias miradas sobre nosotros. Suponía que no era común encontrarse con una familia peculiar como la nuestra. Después de un rato sentados y pedir, llegó la comida.
Kilian estaba tan hambriento que termino pidiendo algo más. En cambió Cameron estaba más estusiasmado en salir al agua y la arena otra vez.
-Quiero besarte mi amor. Dijo Lauren solo moviendo los labios, tardé minutos en entender.
-Pues debes esperar.
Ella pusó mala cara, al salir cargué a Cameron en mi cintura, estaba segura de que si lo dejaba andar solo saldría corriendo al agua sin importar nada, era muy inquieto.
Sus ojos verdes me miraban esperanzados. Kilian platicó con Lauren en el camino a un sitio donde mirar el atardecer.
Los cuatro nos acomodamos en la arena y miramos como el sol se ocultaba entre el agua salada. Era espectacular. Mi cabeza terminó por costumbre en el hombro de Lau. Kilian y Cameron a nuestro lado.
-Mira el sol bebé. Le decía Lauren a Cam, nuestro pequeño sonreía muy entretenido.
-Quédense ahí, les tomaré una fotografía. Kilian se recargó con la espalda en mi brazo y Cam se sentó entre mis piernas.
Una fotografía se convirtieron en muchas, Cam eran muy divertido cuando le pediamos posar. Su tierno cabello oscuro, piel blanca y tierna sonrisa eran como luz, siempre iluminaba el sitio donde estaba, al contrario de Ki, quién era casi igual a mí, sus ojos café eran iguales que los míos y crecía por minutos, eso sentía. Besé su cabeza.
-Ki, toma una foto de nosotras.
Asintió y tomó la cámara, Lauren se sentó tras de mi y rodeó mi cuerpo. Yo tomé sus manos unidas frente a mi pecho y sonreí. Amaba tanto su gesto protector.
Cameron llegó celoso hacía nosotras y separó a Lauren de mi. Yo moría de risa, por su postura, entrecerró sus ojitos y cruzó los brazos.
-Ma Lolo mía. Sentenció.
-Ya bebé, sigues siendo mi preferido. Dijo. Luego le sacó la lengua y lo alcanzó corriendo para terminar sobre la arena haciendo cosquillas en su barriguita.
Tras de nosotros estaban otras familias pasando el rato.
Miré a una mujer con su hija, quizá de apenas tres o cuatro años. Con coletitas y un vestido coqueto.
Sería tan lindo tener una niña ¿Que estás pensando Camila? Me regañe mentalmente.
Apenas y podíamos cuidar a dos. Además Cam era pequeño.
Lauren se sentó otra vez junto a mi mientras los niños jugaban a perseguirse.
- ¿Que piensas amor?
Me miró a los ojos, ese color, por dios, Lauren en el atardecer era lo más hermoso, no resistí y planté un beso en sus sensuales labios, luego en su nariz. Sonrió.
-Pienso que quiero una pequeña Laurencita sentada con nosotras, algo más tierna que esos niños inquietos.
Soltó una carcajada, miramos a los dos riendo como locos.
-Creeme bebé, aunque hablemos de una niña tendría esa hiperactividad que te caracteriza.
-Ya. Gruñí.
-¿De verdad quieres otro hijo?
Mi habla de pronto se había ido, si lo quería, pero no sentía que era el momento adecuado.
-Si...es decir, no ahora Lau, en unos años. -Bueno si eres tú quien la tendrás en el vientre por mí está bien.
La alejé y fingí enfadarme.
-Mi amor, es que yo no soy nada paciente lo sabes, no podría aguantar 9 meses hasta verla.
Sonreí y le dí un beso en la mejilla.
-Ok, lo haré yo.
-Espera ¿Entonces eso significa que tendremos otro bebé?
Asentí, de pronto me levanto de un tirón y terminamos dando vueltas en la arena, bajo la vista más increíble, su cuerpo logró levantarme y sentir volar.
-Te amo cariño, vamos a iniciar el tratamiento pronto ¿Si?
-Si, pero tu se lo dirás a Cameron. Dijé.
Se quedó callada y pensó bastante la condición. Cameron también tenía ese genio tan impredecible y no sería fácil dejar de ser el más pequeño.
-Bueno. Carraspeó la garganta y actuó nerviosa.
-Te amo Lauren. Entrelacé mi mano con la suya y decidimos volver a casa.

LAUREN
Podría describir el día perfecto en este momento.
Era increíble pasar un día tan tranquilo todos juntos, nadar, mirar el mar, el atardecer, hacer castillos de arena y tomar fotografías. Kilian no paraba de reír y eso me hacía sentir mejor, merecía ser recompensado y ver que en casa todo iba de maravilla. Era mi objetivo. Hacerlos felices a los tres.
Entró a su habitación no sin antes besar nuestra mejilla.
-Los quiero. Gritó mientras cerraba.
Cameron aún conservaba la misma energía, no entendía como lo lograba pero tenía energía para correr y saltar por todas partes.
Tenía que bañarse así que entre Cami y yo lo perseguimos y luego lo siguiente fue convencerlo de tomar un baño. Terminamos las dos empapadas al lado de la tina donde Cam jugaba con su patito y lanzaba agua sin medida.
Camila se dió por vencida y lo dejó jugar un rato. Yo le lancé una mirada divertida.
-Cam, es hora de salir. Le dije, el se negó.-No, ma.
Con voz infantil siguió jugando.
Cuando lo saqué se pusó enfadoso y lloró por un rato.
-Bebé debes dormir ya, después no podrás jugar mañana. Le pusé una pijama de superheroes mientras Camila tomaba un baño.
Salió y las dos lo llevamos a dormir.
Terminó durmiendo como un angelito. Encantador y un gesto de felicidad. Besé su frente.
-Lo ves, salen tan lindos de ti, que lo correcto es que tu tengas al próximo. Dije y la abracé por la cintura para caminar a nuestro dormitorio.
-Si Lolo.
Nos acurrucamos en la cama pero aún así no podíamos dormir, creo que la idea de un nuevo integrante en la familia nos ponía a ambas nerviosas.
-Lauren, quiero intentarlo con una parte de ti ¿Entiendes a lo que me refiero?
Yo la miré dudosa. No creía que mi material genético fuera el mejor.
Me asusté, tenía miedo de que algo pasará, algo como a mí y además también de romperle el corazón a Cami con mi negativa.
-¿Porque no dices nada Lau? Preguntó mirándome. Yo me quedé callada.

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