6ª Pluma

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Observa a la chica andar, concentrada en lo que dice, varios pasos por delante de ella, y le divierte ver como intenta aparentar normalidad, confianza en sí misma, sabiendo que tiene los nervios a flor de piel.

- ...y el que iba detrás, al que nadie había visto, comentó que sólo podrían venir aquellos que...

- Me aburre –corta Regina, parando su avance.

El Alas Blancas se detiene, se gira y la mira con el miedo a perder esa oportunidad pintada en los ojos.

- Te... ¿aburro? –pregunta Zelena.

Regina sonríe ligeramente, y avanza esos tres pasos que la separan de la chica. Con un gesto de la mano, le aparta un mechón rebelde de la cara, cuidando en alargar la caricia.

- Tú, no; tu conversación, sí –le susurra.

El nerviosismo de Zelena aumenta por la cercanía de Regina, que apenas desvía su mirada de los labios del Alas Blancas, acercándose lentamente.
Y, cuando está a punto de alcanzar esos labios carnosos que se le antojan suaves y dulces, un ruido detrás la obliga a separarse.

- Rumple nos llama –dice Emma, con voz fría, tras el carraspeo inoportuno.

- Oh, vaya –enrojece Zelena, mirando a su compañera y al Alas Negras, alternativamente.

- ¿Tú también por aquí? –pregunta Regina, apenas molesta; y, antes de que la otra querubín pueda responder, sigue – Cierto, no me acordaba, vais de dos en dos.

- Zelena, Rumple quiere vernos, enseguida –repite Emma, ignorando completamente a ese ser que representa uno de los más altos eslabones de la Oscuridad.

La aludida se separa aún más de Regina, avanzando hacia donde está su amiga.

- Lo... lo siento. Debo irme –se disculpa –. Pero podemos quedar otro día y...

- No, gracias –corta Regina.

Y se va, dejando a las Alas Blancas solas en esa calle oscura, aunque segura.

- Debes alejarte de ella –le dice, casi ordena, Emma.

Sin embargo, su amiga, aún en estado de shock por las palabras de Regina, no la escucha.

- No quiere volver a verme. Es lo que ha dicho, ¿no? Con ese "No, gracias" me ha dicho que no quiere volver a verme.

- Y es lo mejor. No te debes fiar nunca de esos Alas Negras. Mienten y engañan para ganarse las plumas negras.

- Ya, pero...

- Pero nada, Zelena. Es un General, uno de sus siete grandes, justo por debajo de su Princesa infernal. Es mejor así. Olvídate de ella y concéntrate en tu misión. Y ahora, vamos, Rumple nos espera.

Y las dos Alas Blancas abandonan esa calle, bajo la atenta mirada de Regina, oculta entre las sombras, que reflexiona acerca de cual puede ser su siguiente movimiento.

Es, entonces, cuando ocurre.

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