63ª Pluma

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Crish.

El sonido de las cadenas al romperse y chocar contra el suelo alertan a Mal, que gira la vista.

- Oh, joder -murmura- ¿Cómo...?

Regina suspira sintiendo como su cuerpo se llena de fuerzas renovadas, de poder, como sus heridas desaparecen en cuestión de segundos y, lo más importante, como se extienden sus negras alas, absorbiendo la poca luz que aun hay en ese sótano.

- Aléjate de ella -susurra, amenazante, poderosa.

Y el aire, el suelo y el edificio a su alrededor tiemblan con su voz.

Está cabreada. Sumamente cabreada.

El libro cae al suelo y Maléfica se aleja de él, posicionándose entre la morena y Emma, extendiendo también sus alas.

- ¿Quieres pelea, Regina? -sonríe, con sonrisa forzada.

Las sombras tras Mal bailan, retorciéndose, despertando de su letargo.

- No, sólo quiero verte sufrir -le responde.

- Inténtalo.

El movimiento de un solo dedo por parte de Regina, apenas imperceptible, ordenan a esas sombras tras su contrincante a coger forma, agarrando las alas de Mal, tirando de ellas, clavando al General contra la pared, completamente inmóvil.

- No lo intento, Mal, lo consigo -le responde Regina, avanzando hacia Kirel lentamente-. Esa es la diferencia entre tú y yo.

Se agacha, liberando a su amante de las cadenas, quien se abraza a ella desesperada; y, Regina la acoge entre sus brazos, protectora, levantándola de suelo con cuidado, sin esfuerzo.

- Y, ¿qué vas a hacer conmigo? -pregunta Maléfica, empezando a ponerse nerviosa.

- Ella nada -responde Princesa, tras Regina-; pero no veas lo que se me ocurre a mí.

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