16ª Pluma

416 44 0
                                    

Cierra los ojos, concentrándose aún más en el frescor del aire, y una sonrisa de paz, de satisfacción se instala en su cara. Una sonrisa vigilada de cerca por Emma, que la observa, seria, preocupada por esa chispa que intenta prender en su pecho.

"Es mortal, por eso siento pena, porque es mortal", se intenta convencer a sí misma, cuando se da cuenta que Regina ya ha empezado a andar.

Y el ex Alas Negras para, se gira hacia ella y, con una sonrisa de oreja a oreja, le dice al Alas Blancas.

- ¡Te quieres dar prisa! ¡Vamos!

"Parece una niña pequeña", sonríe Emma, sin poder remediarlo. Y, rápidamente, se corrige, volviendo a su cara seria, siguiendo a Regina.

- ¡Ve más despacio, la ciudad no va a moverse, va a seguir ahí! -le grita Emma, corriendo a ponerse a su altura.

- ¿Adónde vamos primero? -le pregunta Regina, extrañamente ilusionada por ir a cualquier parte.

- Necesito un libro -responde Emma, parándose en el semáforo para cruzar de acera.

- ¿Otro? -se ríe Regina - ¿Se puede saber qué demonios estás investigando?

- La manera de devolverte las alas.

El ex Alas Negras se para en seco.

Devolverle las alas. Tener de nuevo sus alas.

Es cierto, sigue siendo mortal. ¿Entonces? ¿A qué se debe esa alegría que la ha invadido? ¿Por qué está tan feliz si sigue siendo una sucia y frágil mortal? ¿Y por qué sigue a ese Alas Blancas en vez de intentar escapar?

Para esa última pregunta sí tiene respuesta. Y es que, aunque no quiera, ese Alas Blancas significa protección ante todos aquellos que quieren verla muerta, ante todos aquellos que ella misma, en algún momento, ha traicionado, ha vendido o usado para su propio beneficio.

Mira a su alrededor, esperando ver algún Alas al acecho, pero no. Nadie la observa, nadie la vigila; salvo Emma, que la mira preocupada.

Y entonces ve unas revistas en el kiosco junto al cual se ha parado, y ve la cara de Killian Jones en una de ellas, la cara de su última alma adquirida en la portada de una revista de Economía como hombre de éxito. Y empieza a ahogarse.

- ¡Hey! ¿Estás bien? -le pregunta Emma, volviendo con ella, posando sus manos en los hombros de Regina que la mira, con la desesperación arraigada en su mirada.

- Sácame de aquí -le susurra, abrazándose a ella en un vano intento de no caerse al suelo-. Por favor, sácame de aquí.

AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora