Henry observa las manzanas, mirando cada una de las que hay en la caja a contraluz, buscando alguna que reúna una serie de cualidades que le parezcan apropiadas.
- Tardan mucho -se queja Ruby, desde el quicio de la puerta, jugando nerviosamente con las llaves.
- Vamos, hermanita, tranquilízate -le dice Henry, sonriendo al encontrar la que quería-. Vas a terminar poniéndome nervioso a mí también.
Ruby bufa de impaciencia.
- Si no vienen en cinco minutos, me voy.
- Tú no te vas a ninguna parte. Tenemos órdenes directas de Princesa.
Ante la mención de su ama y señora, el Alas Negras Ruby siente como le recorre un escalofrío de arriba a abajo.
- No me gusta -susurra, con la mirada clavada en el suelo-, no me gusta nada.
Henry no dice nada, sólo la observa, mientras se sigue comiendo la manzana.
- Nuestras órdenes eran que Regina no nos descubriera, y lo ha hecho. ¿Te parece normal que Princesa sólo sonriera?
Su hermano sigue sin contestar, mirando en dirección a la calle, a ese portal por el que tienen que salir sus protegidas.
- Ya le oíste -responde al fin-. Las cosas han cambiado. Se sospecha que el responsable de la perdida de las Alas de Regina sea un Alas Blancas y Princesa no se fía de ellos. Ahora está en nuestras manos protegerlas a ambas y no separarlas. Y, ahora, cállate, ya están llegando.
Y Henry tira lo que le queda de manzana a la basura, al tiempo que Ruby da la bienvenida a la tienda a Regina y a Emma .
- Seguidnos -les dice Ruby, dirigiéndose a la trastienda junto con su hermano.
Regina suspira y, cogida de la mano de la rubia, avanza de un paso. Pero esa misma unión que tiene con el Alas Blancas la detiene en su avance, al notar que Emma no se mueve. Y la mira, preocupada, por lo que se acerca a ella y le levanta la barbilla, obligándola a mirarla a los ojos.
- ¡Hey! Mi niña, ¿qué pasa? -le pregunta el ex Alas Negras, acariciándole la mejilla.
Emma tiembla ante esa caricia.
- ¿Estás segura?
- Ya te he contado lo que me dijo Princesa en nuestra "reunión".
Al Alas Blancas le cambia la cara.
No le gusta recordar que Regina haya tenido ese encuentro con Princesa, aunque haya ocurrido hace tan poco. No le gusta, porque se siente culpable.
- Chicas, ¿nos vamos? -les mete prisa Henry, saliendo momentáneamente de la trastienda.
- ¿Nos vamos? -le pregunta Regina a Emma, siguiendo aún con las caricias en su suave mejilla.
El Alas Blancas mira en los ojos de su chica, en busca de algún indicio de duda que la haga echarse atrás; pero no encuentra ninguno. Por lo que suspira, sonriendo tímidamente.
- Contigo, hasta el fin del mundo -le responde, besándola, intentando sacar de ese beso el valor suficiente para dejar su vida en manos de los Alas Negras.
Que sea lo que Princesa quiera.
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Alas
FanfictionEsta es la historia de una guerra eterna, de una joven soldado, de una antigua general y de unos sentimientos demasiado nuevos para ambas. Swan Queen/AU