- Bueno, ¿qué tal con mi hija?
Emma mira a Princesa.
Es extraño, pero siente como si, poco a poco, se estuviese acostumbrando a ese halo de frío y terror que emana de su... ¿suegra? Se le hace raro tratar como tal a la mismísima Princesa de las Tinieblas.
- Muy bien -contesta, con una ligera sonrisa.
- Me llegaron rumores de que teníais una pequeña crisis -comenta Princesa.
El Alas Blancas suspira.
- Sí, hemos pasado un pequeño momento de inestabilidad; pero ha sido rápidamente solucionado.
- ¿Puedo preguntar qué es lo que pasó?
- Me puse nerviosa y me distancié un poco de Regina. Ella lo notó y me... relajó.
Princesa sonríe.
- Entonces, todo arreglado, ¿no?
- Sí.
- ¿Ella está feliz?
- Mucho -responde Emma, sonriendo, recordando la risa de su chica.
- Maravilloso.
El Alas Blancas observa sin mirar el paisaje tras una de las ventanillas de la limusina, intentando saber dónde está. Pero no reconoce esas calles a través de las cuales están pasando.
Oye a Charming toser.
- Una crisis en vuestra relación, justo en este preciso momento pone todo por lo que estamos luchando en peligro, Emma -recuerda Princesa.
- Lo sé -asiente el Alas Blancas, empezando a ponerse nerviosa.
No quiere cabrearle.
- Pero, tranquila, comprendo que esta situación te venga grande. Al fin y al cabo sólo eres un querubín Alas Blancas. Se te ha impuesto un gran peso a tus espaldas.
- No es un gran peso -susurra Emma.
Princesa ladea la cabeza, con una ligera sonrisa.
Hacía tiempo que no la contestaban.
Sí, esa chica le gusta.
- ¿No lo es? -le pregunta a la querubín.
- No. Lo que siento por... por Regina, no es un peso, no es algo malo. Es... lo mejor que me ha pasado, es lo que da sentido a mi eternidad. Si me he puesto nerviosa ha sido por el miedo a perderla.
- ¿Sigues con ese miedo?
No hace falta que la rubia se lo piense.
- Seguiré teniendo siempre este miedo, es lo que me hace luchar por Regina. Además, sé que, en el fondo, ella también tiene el mismo miedo.
- Pareces conocer mucho a mi hija, ¿eh?
Emma no contesta, sólo observa de reojo a Princesa, viendo como esta mira su reloj con semblante serio, casi enfadado.
- Pues, esperemos que no te equivoques en cuanto a los sentimientos que Regina tiene por ti -indica Princesa-. Acaban de secuestrarla.
Un jarro de agua frío pánico invade a Emma.
No, no es posible.
Aún no, es demasiado pronto.
- Empieza el juego -oye decir a Princesa.
Y niega en silencio.
No, juego no.
Ahora comienza su peor pesadilla.
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Alas
FanfictionEsta es la historia de una guerra eterna, de una joven soldado, de una antigua general y de unos sentimientos demasiado nuevos para ambas. Swan Queen/AU