Espera unos segundos tras oír como se cierra la puerta y se levanta, poniéndose bien el albornoz.
Sale de la habitación, encontrándose con Emma sentada en el sofá, con la cara enterrada en sus manos. Llorando.
Y el alma de Regina se quiebra a causa de esa escena; pero no avanza, se queda en el marco de la puerta.
- Dime qué te pasa -pide, seria.
Ve como Emma la mira a través de sus ojos llorosos, con la tristeza marcada a fuego en su expresión.
- Regina, yo... no puedo.
Esa distancia entre ellas, entre sus cuerpos, está matando a Emma, y el ex Alas Negras lo sabe.
- No quiero perderte -susurra el Alas Blancas, volviendo a esconder su cara entre sus manos.
Para Regina, esa es la señal para avanzar, para levantarle la mirada, apartarle los brazos y sentarse sobre sus piernas, cuidando de no abrir demasiado el albornoz.
- Dios, Regina. No puedo perderte, no quiero -sigue llorando Emma, abrazada ahora al cuerpo de su chica, que le devuelve el abrazo.
- Ssssh, tranquila -la mece la morena-. Sólo respóndeme a unas preguntas, ¿de acuerdo?
Emma asiente, agradecida por esas suaves caricias producidas por los pulgares del ex Alas Negras al limpiarle las lágrimas.
- Eso que no puedes decirme, ¿es tan importante para ti?
- Sí -responde, intentando parar de llorar.
- Si yo lo supiera, ¿me pondría de una forma u otra en peligro? Porque es lo único que se me ocurre que te pueda poner así. Eso y que te hayas enamorado de otra pers...
- No -corta Emma-. No hay nadie más. Yo... verás, sí, te... te pondría en peligro.
- Pues ya está. No quiero saberlo.
- Pero... -frunce el ceño.
- ¡Que no! ¡Que no insistas! -exclama Regina, haciéndose la ofendida, alejándose ligeramente de la rubia.
Y mira a Emma de reojo, antes de sonreír, esperando que haya funcionado.
Entonces, el Alas Blancas corresponde a esa sonrisa, con una que divide su cara en dos.
- Odio tener secretos contigo -susurra Emma, empezando a jugar con el cierre del albornoz de Regina.
- Pues, lo siento, pero eres un Alas Blancas y yo un ex General Alas Negras -ríe la morena, enterrando su cara en el cuello de Emma, besándola, acariciándola-. Los secretos están a la orden del día. ¿Tú confías en mí?
- Ajá -responde Emma, intentando concentrarse en las palabras de Regina, más que en sus acciones.
- Y sabes que yo también confío en ti, ¿verdad?
- Mmmsí -gime el Alas Blancas.
Regina sonríe más al sentir las manos de Emma sobre su piel desnuda.
- ¿Y esto? -ríe esta última, al descubrir la sorpresita.
El ex Alas Negras se aparta de su chica, deja que le termine de abrir el albornoz y, levantándole la mirada, le dice:
- La única forma que se me ha ocurrido de levantarte el ánimo.
Emma sonríe y baja la mirada, para observar sonriente ese arnés que parece ser su regalo, al que besa con cuidado, como si fuera a romperlo.
- ¿Te gusta? -pregunta Regina.
- Me encanta.
Y ya no hay palabras, sólo acciones.
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Alas
FanfictionEsta es la historia de una guerra eterna, de una joven soldado, de una antigua general y de unos sentimientos demasiado nuevos para ambas. Swan Queen/AU