Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Kuroo Tetsurou x Lector [HQ]

[Tienes un espíritu animal que te guía hacia tu alma gemela.]

[AU; Cazadores de Sombras]

Termino de dibujar una runa en su piel y guardo la estela en uno de los compartimientos de su cinturón. Volvía de una misión, donde tuvo que rastrear a un par de subterráneos —dos vampiros— que secuestraban jovencitas, no solo para extraerles sangre sino también para venderlas. 

Entró al instituto de cazadores de sombras, localizado en Japón, Tokio. 

Y detrás, con el pelaje blanco manchado con pequeñas gotas de sangre, Nakir, su espíritu animal. El lobo bufó por lo bajo, dejando también huellas rojizas a medida que caminaba. 

—Te dije que no iban a cooperar. ¿Por que nunca me haces caso? —una vez dentro en la seguridad del instituto, (T/n) se permitió suspirar aliviada y con los hombros relajados. 

—Mantengo la esperanza de que algún día, acepten un trato sin tantos problemas.

Nakir pasó de largo, subiendo las escaleras que llevaban a las habitaciones. 

—Me debes un kilo de carne. —dijo con voz suave, antes de desaparecer en el pasillo, posiblemente para dormir un rato. 

(T/n) se fue quitando las dagas y armas que llevaba encima, muchos cuchillos serafines y un par de frascos con agua bendita, en caso de que en el camino de regreso apareciera algún demonio. Se dirigio a la cocina, y fue recibida por sus dos Senpais, Oikawa e Iwaizumi. 

—Oh, ¡(T/n)-chan!~ ¿Como fue la misio–? Estás cubierta de sangre. —el castaño estaba apoyado sobre, y tan rápido como la vio en ese estado, se acercó. —¿Qué sucedió? ¿No hubo acuerdo? 

—Claramente no, Trashkawa. 

Algo paso entre las piernas de la cazadora y sintió el suave pelaje del espíritu animal de Oikawa, un leopardo de las nieves con unos preciosos ojos zafiro. La felina la observó, moviendo los bigotes. 

—¿Y Nakir? —tiene una voz suave y melodiosa, incluso más bella que la suya, que envidia.

Antes de responder, Nakir empujo a la felina lejos de su compañera. —Aquí está. 

—Tan sobreprotector como siempre. —dijo el espíritu animal de Iwaizumi, un doberman, que descansaba a los pies de su compañero. 

(T/n) agarro una taza y la llenó con agua fría. Mientras bebía, oía la conversación entre sus compañeros y espíritus animales. Había llegado hace apenas un par de meses atrás, siendo la primera estudiante nueva en varios años. Gran parte de su vida la vivió en Idris, siendo entrenada allí. 

Pero después de cumplir la mayoría de edad, decidió trasladarse a un instituto de su país de origen. Fue recibida con bastante alegría y enseguida, la ayudaron a adaptarse en el nuevo mundo en el que va a vivir. Con Nakir de su lado, sabía que ninguna situación podría ser difícil. Su lobo es sumamente guardián con ella, sobre todo con Oikawa. 

—Bien, iré ducharme y descansar un rato. Vamos, Nakir. —tras hacer una leve inclinación ante sus superiores, subió las escaleras, rumbo a su habitación. 

El azabache rasco su mentón. —Olvide decirle que mañana vendrán jóvenes de otros institutos. 

Zanvi, el espíritu animal de Iwaizumi, mientras tanto intentaba alejar a la insoportable felina, que al igual que su compañero, siempre buscaba el punto exacto para hacerlo enojar.