Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Hybrid! Rin Okumura x Lector [2] [Ao No Exorcist]

[AU: Los humanos fueron modificados genéticamente para tener caracteristicas animales, y tienden a ser utilizados como mascotas. (a veces)] 

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Le imploro con sus ojos al vendedor híbrido, pero este solo negó con la cabeza, bajando un poco sus orejas de gato. —Lo siento mucho, pero no puedo darte información respecto a los híbridos adoptados o sus dueños nuevos. 

(T/n) suspiro y dejo caer la cabeza, llevaba un mes buscando información respecto a su hermano, Yukio. El azabache le había dicho que pertenecen a la misma empresa de híbridos –ya que hay de distintos tipos; domésticos, salvajes, etc– ellos dos son de "Domésticos" ya que tienen gen canino. 

Deberá seguir buscando en otro lado, pero no tiene ni idea de por dónde empezar. 

—Esta bien, de todas formas gracias. —le dedico una pequeña sonrisa, y salio del local. El día está nublado, frío y un poco húmedo. Guardó las manos dentro del bolsillo de su cardigan y comenzó la caminata hasta su hogar. 

Se formó una pequeña arruga en medio de sus cejas, demostrando así su inconformidad. 

Quiere que Rin sea feliz, y hasta que no encuentre a su hermano menor, no lo será. 

—¡Rin! ¡Ya estoy en casa! —se quitó los zapatos, aliviada de sentir el piso de madera tibio sobre sus pies. Ladeo la cabeza al ver que el híbrido no se acercaba a recibirla. Rin tiene esta costumbre digna de un perro de correr a verla. Moviendo la cola y con una chispa de alegría en sus ojos azules. —¿Rin? 

Avanzó hasta la sala de estar, donde se encuentra un sofá, la televisión y un par de libreros con obviamente, libros. Lo encontró acurrucado entre los cojines, cerca de la ventana, durmiendo profundamente. Tiene la boca ligeramente abierta, con un hilo de baba escurriendo por la comisura y un brazo colgando, pero incluso así se ve hermoso. 

Sonrió con ternura y se acercó sigilosamente, agarrando una de las tantas cobijas que compró para el. Lo tapó con ella, y quito un par de mechones que caían sobre su rostro. Ahora que lo pensaba mejor, quizá era momento de cortarle un poco el pelo. La nariz del hibrido se movio con rapidez, y le recordó a un conejo. Enseguida, sus ojos azules se abrieron, al mismo tiempo que sus orejas se elevaban de forma recta. 

—(T/n)..—murmuró, adormilado, y sonrió. Su cola esponjosa se sacudió como de costumbre, demostrando así su alegría al verla. —Bienvenida a casa. 

La (c/d/o) frotó sus orejas, sintiendo como Rin frotaba su rostro contra la palma de su mano, en busca de más caricias. Su mirada se entristeció ligeramente, ya paso un mes y un poco más desde que adoptó a Rin, y todos los días estaban llenos de felicidad. Se preguntó cómo es que alguien fue capaz de abandonarlo en primer lugar, cuando posiblemente sea la persona más adorable y divertida que jamás conozca. 

—¿Quieres comer algo? —lo vio incorporarse, bostezando y haciendo notar sus pequeños colmillos. El cabellos oscuros frotó su ojo, negando con la cabeza. —De acuerdo. —le dio una última caricia y caminó en dirección a la cocina. Una buena taza de té era necesaria en este frío día.