Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Hinata Shouyo x Lector [Haikyuu!]

[En este OS puedes dibujar inconscientemente el rostro de tu alma gemela]

Hizo girar el lápiz entre sus dedos, antes de volver a bocetear de nuevo. Líneas firmes y seguras, un par de sombreados por aquí y allá, la forma de su mandíbula, su cabello despeinado y puntiagudo, postura erguida.

Se detuvo, admirando lo que dibujo esta vez. 

Seguía sin poder dibujar con exactitud el rostro de su alma gemela. Siempre le faltaba los ojos, parte de la nariz y los labios. Pero tenía casi todo el cuerpo completo de el. Oyó la voz por los parlantes del tren, avisando que ya estaba llegando a su destino y se apuro en guardar sus cosas. 

(T/N) (T/A) tiene 19 años, está asistiendo a la universidad y cada vez está más cerca de descubrir quién es realmente su alma gemela. 

Desde que es muy pequeña, tiene el don de poder dibujar lo que sea. Sabe perfectamente que hay personas que no ven los colores, otras nacen con tatuajes o con el nombre de su alma gemela. Pero ella lo tiene un poco más fácil. Cada cierto tiempo, tiene pequeños impulsos que no los sabe controlar, y debe dibujar enseguida antes de que la imagen desaparezca. 

Imágenes vividas de como se ve su alma gemela, o que está haciendo exactamente. 

Cuando era niña y tenía muy poca experiencia con el dibujo, esto fue bastante difícil de hacer. Solo eran líneas temblorosas, que no lograban una forma concreta. Pero con el paso de los años, fue mejorando y las imágenes duraban cada vez más en su cabeza, facilitando a la hora de dibujarlo. 

Últimamente, se contiene menos a la hora de dibujar. Hace dos días atrás le sucedió en clase y en toda la hora, estuvo dibujando, trazando líneas por toda su hoja de apuntes. 

Cargo con su mochila al hombro y espero a poder salir pacientemente del tren. Sabía que su amiga posiblemente la esté esperando en la universidad para poder ir juntas a la clase que les toca ahora mismo. 

Con una sonrisa en sus labios, esquivo a la gente y se aventuro en las calles. 

Se detuvo delante de un poste de luz, que justamente tenía un cartel de Voley pegado allí. Parpadeo varias veces, asegurándose que no está viendo algo que imagina su cabeza. Efectivamente, ese cabello despeinado, la forma de la mandíbula, sus manos. 

—Es él..—despegó el cartel con cuidado, buscando algún dato que le indicara de donde es. Karasuno. Quedaba del lado contrario a donde ella iba, a una hora y media. Puede que un poco más. 

Fue rápida en enviarle un mensaje a su amiga para decirle que no llegaría a esa clase. Corrió a la estación de tren, con dinero en mano lista para comprar el boleto. 

A veces, uno tiene que arriesgarse en la vida. 

Movió el pie con nerviosismo, buscando la dirección exacta de Karasuno con Google Maps. Al bajar del tren tenía que caminar un par de cuadras y deseo tener su motocicleta, pero le faltaba el carnet de conducir. Mientras respondía los mensajes de su amiga con una mano, más de una vez equivocándose con las letras, iba esquivando a la gente de nuevo, yendo en dirección a Karasuno.

En busca de su alma gemela. 

Hinata ese día se sentía extraño. El tatuaje en su muñeca picaba y varias veces tuvo que rascarse para aliviar la picazón. Las pinceladas sobre su piel —porque son eso, pinceladas disparejas, gruesas, finas, curvas— de diferentes colores, son algo que todavía no comprendía del todo.