Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Grell Sutcliff x Lector [2] [Kuroshitsuji]

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Podía ver el cabello de Grell encrespado como el lomo de un gato, su pie moviéndose ruidosamente contra el piso. Están en una larga fila, parecidas a esas del supermercado o del banco. Hay varios como ella, que supuestamente deberían estar muertos pero por ciertas razones están vivos y coleando. 

Grell le dijo que debería firmar unos papeles aunque no le dijo el porque. Suponía que no era nada bueno si no le decía. 

Luego de que se enteraron que son almas gemelas, la situación entre ellos se puso un poco distante. El Shinigami parecía no aceptar que su actual pareja es una vampira novata, que no tiene conocimiento alguno sobre los diferentes clanes que habitan en la ciudad, ni de absolutamente nada en realidad. Solo tiene los conocimientos básicos de las historias de terror. 

(T/n) llevaba puestos unos anteojos de sol junto a un abrigo rojo largo, de esos que se utilizan en invierno. 

Tenía muchísima sed.

Sabe que las personas a su alrededor —algunas— son humanas. Puede olerlos, ese aroma dulzón que le hace cosquillas en la punta de la nariz. Algo como algodon de azucar, manzana caramelizada. Se le hacía agua la boca de solo pensar en ello, y pronto negó rápidamente. No podía ir por allí atacando el cuello de los demás como si nada. 

Grell avanzó, ella hizo lo mismo. 

 El cabello carmesí flotó cerca de su nariz. 

Cereza. 

(T/n) apretó la mandíbula, paso saliva y se aguanto. 

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De regreso en el departamento, Grell se desplomó en el sofá con pocas ganas de vivir. (T/n) mantendría su nombre, sin embargo, el apellido fue cambiado. Si quería aparecer alrededor de los humanos y aprender a convivir, iba a tener que armar otra personalidad. Otro nombre, ropa diferente, todo. 

Debía convertirse en otra persona. 

—Ah...me duele la cabeza —murmuró con pesar, al observar por encima de su hombro, pudo apreciar la espalda de (T/n), que ahora mismo está atenta a las luces de la ciudad—. Oi, mas te vale que aprendas rápido a ser una vampira. 

—No es necesario que te hagas cargo de mi, Grell-san —se despojo del largo abrigo, no sentía frío ni calor. Lo dejo colgado en una de las sillas del comedor. 

Grell chasqueo la lengua, a punto de soltar una réplica, pero al ver sus ojos rubí que se reflejan en el vidrio de la ventana, tuvo una sensación de vértigo en el estómago. (T/n) se veía en mal estado, con unas venas negruzcas cerca de su cuello pálido y un tono violáceo oscuro bajo sus ojos, actuando como ojeras.

La razón de su mal estado le cayó como un baldazo, ¡(T/n) no había tomado ni una gota de sangre desde que se convirtió!

Un suspiro melodramático salió de sus labios.