Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Reiji Kotobuki x Lector [UtaPri]

[AU: The Greatest Showman, alerta de Spoiler]

[Song-fic]

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Reiji la observó apoyado en una columna, los ojos castaños pegados a su figura, que hacía acrobacias y movimientos elegantes en el aire. Cuando aceptó el trato de trabajar en el circo, no creyó que podría enamorarse así de alguien. Mas de una vez intentó acercarse, conocerla, charlar quizá sobre su día. 

Pero (T/n) entrecerraba sus ojos y lo ignoraba. 

Un suspiro pesado escapó de sus labios, a la vez que escuchaba al personal ir de un lado a otro. Cada uno practicando su respectivo papel para el show. Una mano se colocó sobre su hombro y tras girar la cabeza, cruzó mirada con Cecil, el hermano de (T/n). 

—Estás mirando a mi hermana...de nuevo. 

Reiji soltó una risa nerviosa.

—¿No deberías estar ensayando con ella? —señaló el escenario, donde esta la chica perfectamente aferrada a una soga mientras da vueltas en el aire. 

Cecil negó con la cabeza, sus ojos esmeraldas yendo en dirección a la figura de su hermana menor.

—(T/n) ensaya sola, últimamente esta más arisca de lo normal..—el moreno ladeo la cabeza—. Creo que es por tu culpa. 

Reiji se auto señalo con el dedo índice, bastante sorprendido.

—Creeme que yo no hice nada. Adoro a tu hermana, pero —pasó saliva con lentitud, la risa mas triste saliendo de su boca— ella me odia. Y sigo sin conocer la razón. 

El aire está cargado con olor a humo, palomitas de maíz, perfume femenino y puede que un poco de sudor. Reiji que es de clase alta, podía saber que esta mezcla de aromas no sería nunca del gusto de un aristócrata, sin embargo para el, esto se siente como estar en casa. La gente de circo es excéntrica y rara, pero en el buen sentido. Personas que fueron aisladas de los demás, que recibieron odio por todos los lados posibles.

Y sin embargo aquí están, siendo capaces de hacer sonreír a toda una multitud, de provocar que la gente quiera pararse y aplaudir. 

Cecil dio un par de palmadas en su hombro, una leve sonrisa en sus labios.

—Mi hermana no te odia, ¿por que no vienes aquí a la noche? Ella suele ensayar hasta muy tarde, incluso cuando los demás duermen. Tal vez..puedas hablar con ella. 

Reiji esbozó la sonrisa más grande en su rostro. 

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(T/n) termino de vendar ambas manos, lista para poder practicar una vez más con los trapecios. Pero hay un pensamiento molesto que no la deja concentrarse lo suficiente. Y sabe de quién es la culpa, el es culpable de que sienta toda esta enorme cantidad de sentimientos. Cecil siempre le dijo que no era malo darle rienda suelta a lo que uno siente en determinados momentos. Muchas veces era mejor de esa forma.