Akutagawa Ryunosuke x Lector [2] [BSD]

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 Apenas los patrulleros llegaron al sitio, y ella ayudó a mantener lo que quedaba de estructura intacto, al cabo de varios segundos, llegó Dazai con Kunikida y Atsushi a su rescate. 

El castaño tenía una ligera sonrisa en sus labios, y al acercarse, ella bajó la cabeza. 

—Lo siento..no pude resolver el caso. Y tampoco pude proteger a la dueña. —pero Dazai palmeo su cabeza, de la misma forma que lo hacía antes su hermano Sakunosuke. 

—Supongo que tendrás algo para contarme más tarde. De momento, arreglemos esto~ —de fondo, oyó la voz de Kunikida, hablando con los policías. Atsushi agarró una de las pocas rosas que quedó intacta y se la alcanzó. 

(T/n) sonrió un poco y la agarró, enseguida, esta comenzo a cobrar vida. 

La pequeña y suave voz de la misma, resonó en su cabeza. Sin embargo, no podía prestar atención en sus palabras, porque todavía, los ojos grises y fríos de Akutagawa rondaban en su memoria. No sabe de qué forma o como haría para acercarse a el, o como de alguna manera podrían llegar a tener una vida juntos, siendo ambos tan diferentes. 

Bufó por lo bajo, lo recuerda bien.

Los opuestos se atraen.



En medio de la noche, se veía incapaz de conciliar sueño. Vive en un cómodo apartamento, junto con Dazai ya que de momento este es su guardián legal. Y si lo recuerda bien, al principio fue incomodo vivir con un extraño que conocía a su hermano al mismo nivel que ella. Pero Dazai es una persona con una gran intuición, y con el don de hacer sentir cómodos a los demás. 

Pateo las sábanas y se deslizó de la cama, sus pies pronto haciendo contacto con el piso. Procuro no hacer ruido alguno, porque sabe que el castaño a pesar de estar dormido, está igual de atento que un gato. Tienen un pequeño balcón, lleno de flores, aquel es el pequeño santuario de (T/n) para cuando quiere pensar sin que nadie la moleste. 

Tras abrir la puerta e introducirse en su mundo, rodeada de flores y hierbas, cerró los ojos, recordando la primera vez que descubrió su habilidad.

Sakunosuke y ella solían jugar al príncipe y el hada. Usaban su imaginación, obviamente, para crear mundos maravillosos. Podían jugar a eso todo el día, hasta que una vez, de tanto soñar con aquel hermoso castillo rodeado de flores, este comenzo a tomar forma con unas pequeñas ramas y raíces. 

Esa fue la primera vez. Y aunque tenía miedo, su hermano mayor le aseguro, con una sonrisa cálida, que su habilidad es hermosa y que en algún momento, podría ayudar a muchas personas. 

Al abrir sus ojos, tenía un par de raíces enroscándose con lentitud en sus piernas. 

«¿Te encuentras bien, cariño?» le preguntó su pequeño arbol. 

Una flor se inclinó a su mejilla, de a poco la rodeaban y la encerraban dentro de un circulo de flores. (T/n) sonrio, sobre todo cuando divisó un par de luciérnagas. 

—Estoy preocupada por mi alma gemela. —murmuró suavemente. Estaba encerrada en su propio mundo, ya no existia nada mas. Solo ella y la naturaleza que la rodea con tanta calidez. —¿Como podre acercarme a el? Somos de distintas agencias, y..bueno, absolutamente diferentes en todo. 

Una rama con mucha delicadeza, colocó un mechón de pelo detrás de su oreja. 

«¿Cómo es siquiera capaz de mantenerse lejos de ti? Irradias vida, y calidez.» 

Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora