Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Bokuto Kotaro x Lectora [Haikyuu!!]

[Las almas gemelas poseen alas, cada pluma representa un recuerdo con ella/el. Si uno de los dos muere, las plumas caen y pierden la habilidad para volar]

.

.

.

Recordó la vez que obtuvo sus primeras plumas; blancas con bordes negros, como si fuera gotas de pintura. No todas tenían esta terminación, y a pesar de esa imperfección, (T/n) las adoraba desde lo más profundo de su corazón. El proceso de crecimiento fue doloroso, porque sus alas apenas eran un par de huesos pequeños sobresaliendo de su espalda con la forma de lo que serian en un futuro. Tardaron un mes entero en convertirse en las alas que todo el mundo tenía, y otro mes más para las plumas.

Después de todo, estas aparecen gracias a los recuerdos que tenga con su alma gemela. 

No fue difícil en absoluto porque siempre estaba alrededor de Kotaro; o mejor dicho, él estaba alrededor suyo. Igual que un niño, tratando de acaparar toda su atención hasta el punto que a veces debía distraerlo con otra cosa. 

Sonrió mientras sobrevolaba el bosque bañado por la nieve que cayó horas antes, desde la altura en la que se encuentra todo se ve digno de una obra de arte. La nieve brillando en algunos sectores como si fuera diamante. 

Continuó volando varios minutos más antes de llegar a una zona llena de casas, un pueblo algo viejo y rústico. Llevan viviendo allí desde hace varios años, y a pesar que están bastantes lejos de la ciudad más cercana, el transporte no era ningún problema porque podían ir volando cuantas veces quisieran. 

A medida que descendía en dirección a su casa, una figura muy familiar esperaba fuera de la misma, las enormes alas de búho resaltando ante la blancura que lo rodeaba. Bokuto tenía el cabello caído porque seguro acababa de despertar –las pantuflas lo delataban– y pasaba de forma perezosa una mano sobre sus plumas, tratando de acicalarlas un poco. 

(T/n) aterrizó a un par de pasos, y antes de poder acomodar sus alas en la seguridad de su ropaje, Bokuto bajo los escalones de la casa para abrazarla, en el proceso cubriendo a ambos con las enormes alas cafés. Tenía voz adormilada cuando habló sobre su cuello, algo sobre lo mucho que la extraño. 

Solo se había ido por dos días para visitar a unos familiares, además de comprar ciertas cosas que solo podía conseguir en la ciudad. 

—¿Que haré contigo, Kotaro? —Dijo entre risas pequeñas, una de sus manos hundiéndose en el cabello grisáceo de su alma gemela. 

—¡Eso es fácil, (T/n)! —Respondió entusiasta—. ¡Amarme! 

Sus ojos dorados relucen igual que dos estrellas y por un momento se quedó sin habla, el cabello cayendo sobre su frente dando un aspecto adorable. Bokuto pareció recordar algo, porque pego un chillido a la vez que se tapaba la cabeza. No es que el odia su cabello cuando está en ese estado, pero se siente desnudo cada vez que alguien lo ve así. 

Y además...

—Tus pantuflas... —Murmuró al ver los pies hundidos en la nieve. 

Bokuto aleteo igual que un pichón que aprende por primera vez, gritando en el proceso algo de tener frío. Entro igual que un tornado a la casa, (T/n) volviendo a reírse. 

Al bajar la mirada al suelo, pudo divisar algo plumífero en el piso de madera. 

Una pluma de Bokuto.

La sostuvo entre sus dedos admirando en silencio los detalles de la pluma y lo suave que se siente contra su piel. 

Guardo la misma dentro de su abrigo, un sabor amargo en su boca.