Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Guren Ichinose x Lector [Owari No Seraph]

[Tienes un poder extraño, mas no su control absoluto. Cuando encuentres a tu alma gemela, lo tendrás.]

Olfateo el aire, enseguida arrugando la nariz. Hay olor a sangre y no es vieja, es de hace un par de minutos. Dentro del viejo supermercado, reviso la mercadería que sobraba con bastante tranquilidad. Guardo varias latas de comida y medicamentos en su bolso, mientras llevaba una barra de cereales a la boca. 

Colgó el bolso de cuero al hombro y salió, siguiendo con sus ojos (c/d/o) el rastro de sangre. Se acuclillo, toco un poco y lo llevó a su nariz, es sangre de hombre, de un adolescente. Lo sabe porque el aroma a hombre adulto es más fuerte, este apenas está cambiando. 

Bueno, esto no es de su incumbencia, seguirá su camino como de costumbre. 

Un viento frío la hizo sacudirse en su sitio, buscando calor en su ropa. Mas no le es suficiente, así que quizá no le quedaba de otra. 

—Bueno..si voy en esa forma llegare más rápido a casa. De todas formas tengo comida suficiente. —ajusto la cinta del bolso, dejando que reposara sobre su espalda. 

Cerró los ojos y se concentró, oyendo el viento que se escabulle entre los escombros, y mueve los papeles o carteles de los que anteriormente eran puestos de comida. Al abrirlos, sintió un cosquilleo en la punta de sus manos– 

Patas, en realidad.

Ama su don, porque gracias a él es capaz de sobrevivir en este apocalipsis. 

Tiene la capacidad de convertirse en un lobo, enorme como un caballo, fuerte y veloz. Pero solo por un tiempo muy limitado, cerca de una hora u hora y media. Lo cual, no es mucho. Debe de esperar varias horas para poder utilizarlo de nuevo. Disfrutaba estar así, porque le permite moverse con agilidad, y pelear contra esos enormes monstruos que cada cierto tiempo la encontraban.

Sabe perfectamente que la opción más coherente en esta situación, sería ir a la base de..como se llame, donde están los soldados y entrenan para pelear contra los vampiros. 

Pero le gusta esta libertad. Desplazarse por diferentes zonas a su antojo, buscar comida, sobrevivir. Posiblemente es porque pasa parte del día en su forma lobo que en la humana. 

Y la única manera en la que puede utilizar su poder de forma ilimitada es encontrando a su alma gemela. La cual, vaya a saber si esta vivo o muerto. 

Mientras pensaba, dejó que sus patas la guiaran por la ciudad desolada. Trepando por escombros, saltando por encima de ellos. Siempre mirando hacia adelante, sintiendo el peso de los objetos que recolectó sobre su espalda. 

Instintivamente su oreja derecha giro hacia ese lado, al oír un sonido procedente de un humano. Se detuvo, clavando las garras en el asfalto y ladeo la cabeza. 

El mismo aroma a sangre llegó a su nariz y abrió el enorme hocico, respirando agitadamente. 

Por los ruidos, se imagina que están peleando contra un par de esos monstruos. Y por el inmenso olor metálico y fresco de la sangre, sabe que uno de ellos tiene una herida.

Podía simplemente ignorarlos y retomar su camino. 

—¡Quítate, Shinoa! 

«Presiento que me podré arrepentir de esto.» empezó a correr en la dirección de las voces. Son cinco adolescentes, armados, y con los típicos trajes. 

Supuso que la tal Shinoa es la que está en el suelo, con una sonrisa nerviosa en sus labios y algo parecido a una guadaña en sus manos, la cual sostiene de forma defensiva, evitando que los ataques del monstruo llegasen a ella. Y sus compañeros se veían ocupados contra otros.