Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Akaashi Keiji x Lector [Haikyuu!!]

[Nunca en tu vida experimentaste lo que es la lluvia, la nieve, o algo parecido. Solo cuando conozcas a tu alma gemela lo harás] 

[Au: Violinista/Escuela de Música♥]

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Akaashi cerró sus ojos, dejando que el sonido del violín lo lleve a otro lado. Con lentitud bajo los párpados, recordando de memoria las notas y la forma en la que debe mover la muñeca para que el sonido se produzca con majestuosidad. Toca este instrumento desde que es pequeño, y no puede imaginarse una vida sin el. 

El día esta ligeramente nublado, pero sabe que no va a llover, no mientras el se encuentre en esta alrededor. 

Nunca en su vida experimentó lo que es la lluvia, ni ver la nieve caer. Ya que para ello, debe encontrar a su alma gemela primero, que seguramente esta en el mismo estado que el. 

La habitación está llena del sonido del violín, y la poca luz que entra por las ventanas le da un aspecto misterioso y mágico. Ya de por si, Keiji parece sacado de un libro, con sus largas pestañas negras, el pelo del mismo color y los ojos grises. Estaba llegando al final de la melodía, cuando la puerta corrediza se deslizó con demasiada fuerza, ni tuvo que abrir los ojos para saber quién era. 

—¡Akaashi! ¿Sigues practicando? —Bokuto tiene la funda de la guitarra sobre su espalda y los ojos dorados brillaron como dos estrellas— Woah, admiro tu dedicación. 

El azabache se detuvo, no se encuentra molesto, Bokuto tiende a interrumpirlo mas de lo necesario. 

—Bokuto-san, la próxima capta la atmósfera antes de interrumpir —le recordó, con un suspiro. Guardó el violín en su estuche con sumo cuidado, sonriendo ligeramente. 

En unos días iban a tener una presentación en vivo, donde el tocaría solo por unos breves minutos. La idea de estar rodeado de gente que podrá oirlo lo emociona y asusta a la vez, ¿y si se equivoca? 

Por eso mismo practica todos los días después de clases. 

—Ya, ya, no te enojes. De todas formas eres un excelente violinista, Akaashi —enseguida sintió el peso del brazo de Bokuto sobre sus hombros, lo arrastraba en dirección a la puerta. 

Le hubiera gustado practicar un poco más, pero cuando algo se mete en la cabeza de su amigo, nada puede detenerlo. 

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En la comidad de su habitación, Akaashi se permitió leer las notas en silencio, imaginando cómo deben sonar en su cabeza. Son las tres de la mañana y todo el mundo duerme, pero el no puede. Cuando lo hace, tiene una mala sensación, como si pudiera llegar a enterarse de algo que no quiere saber. 

Negó con la cabeza, sus problema de insomnio afecta su vida. Debía encontrar una forma para poder dormir, que no fuera viviendo empastillado. 

(T/n) llevo una galleta de chocolate a la boca, leyendo el folleto que hoy quedó pegado al manubrio de su bicicleta mientras iba a clases. La escuela reconocida de música tendría un concierto en el parque, en el pequeño escenario que esta en el medio. Cerca del lago artificial.