Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Sinbad x Lector [Magi]

Los sentimientos de tu alma gemela hacia ti están escritos en alguna parte de tu cuerpo. 

Este One-Shot tiene contenido +18, si eres delicado ante este contenido, no lo leas. 

Mastico con furia una manzana que tenía en su mano. Sindria estaba de fiesta una vez más, lo cual sucedía muy seguido. Esta vez, Sinbad lo hizo porque tenía nuevos amigos, incluyendo a un Magi entre ellos, una Fanalis y un Príncipe. 

Pero el problema no es la fiesta, sino su esposo, el Rey de Sindria y su alma gemela, Sinbad. 

Que al parecer cada vez que se emborrachaba se olvidaba de que tiene un anillo en su dedo que indica que ya está con alguien, y que sobre todo, es su alma gemela. 

Continuó despedazando la pobre manzana, no le apetecía comer algo de carne ni beber. Porque debe mantener un ojo bien abierto en su esposo. La música vibraba por todo el lugar, las bailarinas iban de un lado a otro, a veces solas y otras acompañadas de hombres. Bailando, obviamente. 

(T/N), Reina de Sindria, suspiro por lo bajo y trago. 

Antes de conocerlo, ella trabajaba en una de las ciudades a las que Sinbad fue, solía enseñar artes marciales y manejo de armas. Y no pensó encontrarse con su alma gemela en uno de esos viajes que hizo en el pasado. 

Se conocieron cuando eran muy jóvenes, adolescentes casi. 

Supo que era él cuando hicieron contacto visual. Los ojos de Sinbad le recuerda al brillante y cegador sol, quieres verlo, pero eres consciente de que no podrás mantener la vista por más de tres segundos porque brilla como el oro mismo. 

Alguien toco su hombro con suavidad y al girarse, vio a Ja'far, con rostro cansado. 

Con un gesto de su cabeza, le indico que tomara asiento. —Sabes que no debes tratarme como "Su alteza" cuando estamos de fiesta ¿cierto? 

Este le sonrió, a modo de disculpas. La llama de las antorchas se reflejaron en sus ojos. —Lo siento, (T/N). Pero ahora eres Reina de Sindria, debo tratarte con respeto. En cambio a él...—dirigió la vista hacia su Rey, que estaba rodeado de mujeres y riendo como idiota. Sin embargo, no tiene la mano puesta en ninguna de ellas. —Tsk. 

(T/N) soltó una risa larga y pegajosa. —¿Que debo hacer con el? ¿Encerrarlo? ¿Encadenarlo a la cama? 

—Si es posible, a su oficina. Tiene muchos papeles que firmar..

Ahora fue el turno de ella en dirigirle una mirada de disculpas. —Lo siento, Ja'far. Se lo muy cansino que es cuidar de él. 

Escucho risas femeninas de fondo y rodó los ojos, se levantó de su asiento y con la dignidad propia de una Reina, camino en dirección a su habitación. Al principio, Ja'far le siguió el paso, comprendiendo muy bien de su enojo. 

—Su alteza, si necesita algo, no dude en llamarme. —haciendo una reverencia en su lugar, (T/N) recordó las veces que jugó con el albino cuando este era pequeño. Con una dulce sonrisa, asintió. 

—Si alguien me necesita, diles que estaré en mi habitación. Disfruta de la fiesta, Ja'far.