Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Cecil Aijima x Lector [UtaPri]

[Naces sorda, sin embargo, hay una única voz que puedes oír. Y esa es la de tu alma gemela.]

Sus ojos (c/d/o) seguían a los autos que conducían a su lado. Estaba en la parte delantera del coche de su madre, perdida en su propio mundo. Un mundo silencioso y aburrido. Sabe que su madre está hablando, por la forma en la que mueve sus labios y cada tanto la observa, pero solo alcanzo a entender un par de palabras. 

Es capaz de leer los labios con facilidad, pero hoy realmente no quería leerlos. 

Una mano apareció de los asientos de atrás, palmeando el hombro de su madre, que solo suspiro resignada. 

Parpadeando lentamente, (T/n) volvió la mirada a la ventana. 

Al bajar del auto, enseguida su hermana agarró su brazo. Ella se deshizo de sus manos con suavidad, con una sonrisa. Ama a su familia, de verdad lo hace. Pero odian que la traten como si fuese una inválida o algo parecido. Ya es una mujer adulta —bueno no tanto, solo tiene diecisiete— pero está cerca. 

Le hizo un par de señas a su hermana. «Deja de preocuparte, estaré bien.»

—¿Estás segura? Si necesitas algo puedes llamarme. 

Asintió con la cabeza y tras un breve abrazo, se alejó. El auto pronto desapareció y ahora sintiendo un poco más de libertad, cambió la dirección de sus pies. Su familia creía que iba a ir al médico para hacerse un chequeo, sabe perfectamente que ellos mantienen la fe de que de alguna forma su audición vuelva. 

Porque los médicos siempre le dicen que no hay nada malo con su audición. 

Lo único que quedaba era pensar que esto tenía que ver con su alma gemela. Y a decir verdad, hace un tiempo, creyó haber oído una voz. O puede que su mente le está jugando una broma, pero estaba muy segura que era la voz de un hombre. Melodiosa y suave. Así que con manos temblorosas, lo primero que hizo fue grabar la voz con su celular. 

Y luego, envió el archivo de audio a su mejor amiga. Preguntando si tenía alguna idea de quien podría ser este hombre misterioso al cual puede oír como si nunca hubiera sido sorda. 

La respuesta le llegó más rápido de lo esperado, y ahora mismo, va a un concierto de STARISH, donde al parecer se encuentra el chico que oyó. 

No le dijo absolutamente nada a su familia porque no las quiere ilusionar ni nada por el estilo. 

Encontró a su amiga, haciendo fila para el concierto. Está anocheciendo, y los lightstick resaltan con hermosos colores. 

—¡Oh! ¡(T/n)! Ven, en unos minutos nos tocará a nosotras. Avanza bastante rápido la fila, aunque no lo creas. —dijo, con una enorme sonrisa en su rostro. Se conocen desde que son pequeñas, ya que viven una al lado de la otra, vecinas de toda la vida por así decirlo. —Realmente espero que sea el a quien hayas escuchado. Soy fan de Starish pero no mucho. 

Ella negó con la cabeza, pronto utilizando sus manos para comunicarse. «Incluso aunque no sea el, te estaré agradecida. Te ofreciste a acompañarme y ayudarme. Gracias, Nao-chan.» 

La castaña se encogió de hombros, rascando su nuca. —Lo que sea por una buena amiga. —le entregó un boleto a (T/n), esperando pacientes a poder entrar al concierto. 

(T/n) podía ver a las chicas emocionadas, que cada tanto la empujaban sin querer. Estaban delante del escenario, de alguna forma Nao consiguió buenos lugares. Sus pies sentían la vibración de los pasos, el aroma suave a perfume femenino, sudor y refresco. Era una experiencia nueva para ella, que siempre se mantuvo lejos del mundo de la música.