Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Zenitsu Agatsuma x Lectora [KNY]

Las almas gemelas pueden oír el latir de sus corazones, e incluso saber cuándo hay un cambio en el mismo.

Modern AU

La primera vez que se conocieron, Zenitsu creyó que ella iba a matarlo. Tenía un aura intimidante, muy parecida a la de su profesor Sanemi, pero el sonido tan calmo de su corazón, ese pum-pum relajado, casi perezoso se atrevía a decir...era familiar y cálido.

El rubio siempre tuvo problemas con el bullying y compañeros que trataban de humillarlo, acosándolo entre recreos, dada su personalidad miedosa. Y desde que se hizo amigo de Inosuke y Tanjiro, esa clase de situaciones no pasaban seguido, pero hoy ambos habían faltado a clases por temas personales (Nezuko enferma e Inosuke probablemente metiéndose en problemas con otras instituciones).

Zenitsu quedo solo por primera vez en mucho tiempo y los recuerdos horribles de esa clase de tratos volvieron de golpe, a medida que buscaba esconderse en algún lugar de la escuela.

Hubiera sido bueno si se cruzaba con el profesor Giyuu o Rengoku.

Pero la suerte no siempre estaba de su lado, como hoy, e inevitablemente lo acorralo un grupo de cuatro personas en el gimnasio vacío. Había cerrado los ojos, escuchando los insultos, y esperando los golpes.

—¿Bullying en pleno siglo veintiuno? Que vintage —replico alguien desde la entrada, acomodando algunos mechones oscuros hacia atrás.

(T/n) es de su altura, probablemente, y solo fue necesario que diera tres pasos decididos en su dirección para que el grupo de salvajes se disperse en una serie maldiciones. En otra circunstancia, Zenitsu le hubiera tirado su dinero sin pensárselo dos veces para después huir cual rata entre una serie de disculpas, pero esta vez, se quedó estático, con la espalda pegada a la pared.

—T-Tu... —tartamudeo, la sorpresa en toda su expresión.

El latir de ambos se sincronizo en un parpadeo.

La joven le dedico una sonrisa, extendiendo su mano.

—Levántate, alma gemela.

El rubio se desmayó.

Recordar la situación de hace siete años atrás le producía una serie de bufidos avergonzados, porque se imaginó millones de veces que conocería a su alma gemela en una situación parecida a las de las novelas románticas; con pétalos de rosas de fondo y un atardecer precioso.

No pensó que cuando lo hiciera seria con él, tirado en el suelo, llorando y rogando por un día más de vida (aunque la figura de (T/n) entrando al gimnasio era magnifica)

Luego de ese encuentro, el rubio no recordaba un solo día sin la presencia silenciosa de (T/n) a su alrededor; ambos eran muy jóvenes todavía como para comprender del todo lo que significaba ser almas gemelas, además de que la fémina era bastante independiente, pero de vez en cuando Zenitsu la buscaba en los horarios libres para charlar un rato.

Y ella siempre le sonreía con amabilidad, lo escuchaba, reía, y esos momentos eran los que más apreciaba; donde podía tranquilizarse y dejar la ansiedad de lado.

Hasta que vio la serie de moretones en los brazos de ella, y el miedo se instaló en su cabeza.