Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Izaya Orihara x Lector [Durarara!!]

[Las almas gemelas pueden compartir talentos, por ejemplo; Si eres buena tocando la guitarra, tu alma gemela también lo será.]

Nunca supo de donde saco la habilidad para manipular a las personas, pero ahora se daba una idea. Cada vez que veía a Izaya en su escritorio, o delante de la pc, con el teléfono en su mano y esa sonrisa satisfecha en su rostro..

Sabe porque son almas gemelas. 

A veces tener los mismo talentos que él era horrible, porque podía casi adivinar lo que sucedería. En cualquier situación. El azabache levantó la vista unos segundos y le dedicó una sonrisa de lado a su alma gemela, que dejó una taza de café sobre su escritorio. 

—¿Estás intentando descifrar por qué somos almas gemelas, mi querida humana? 

(T/n) rodó los ojos, apenas comenzó a hablar. A pesar de que ella podía ser manipuladora, lo mantenía al margen a su "gran" talento. No le gustaba ser así, pero a veces se le escapaba. Culpa de Izaya.

—Primero; tú también eres humano. Segundo; me doy una idea de porque lo somos. Y tercero– 

—¿Conoceré a tus padres? Lo se. 

Cuando inclino la cabeza, vio en la pantalla de la pc conversaciones de ella con su madre, arreglando que día y horario podrían ir a visitarlos para por fin conocer a su alma gemela. La chica le dedico una mirada a su novio, soltando un sonoro suspiro. La risa de Izaya resonó en su cabeza como quien le da play a su CD favorito. El joven tiró la silla hacia atrás, dejando espacio suficiente como para que (T/n) se siente sobre sus piernas. 

Y así lo hizo. 

—Diablos..no hay nada que pueda esconder. Tengo que hacer millones de cosas para darte una sola sorpresa, pero ni eso sirve. A pesar de que tenemos los mismos talentos no se usar el tuyo. —lloriqueo como una niña pequeña, sintiendo un brazo rodearla por la cintura. 

—Sabes utilizarlo, lo suficiente como para trabajar en la policía. —dejo un beso sobre el cuello expuesto de su novia. —Aunque claro, nadie lo hace mejor que yo. 

—Espero te estes refiriendo a manipular a la gente.

—Que pervertida, (T/n)-chan~

Esbozando una pequeña sonrisa, la oficial volvió la vista a la pc. 

De alguna forma, todo había empezado así. 

(T/n) la noche que le llego ese correo anónimo, tuvo que leerlo cerca de cinco veces. No tenía sentido lo que decía, pero en lo profundo de su cerebro sabe que si. Y no tardó demasiado en descifrar que era una dirección y un horario específico. Llevo una navaja dentro de su vestimenta y el celular encima, en caso de que necesitara llamar a alguien. 

La ubicación quedaba en una azotea. 

Y a pesar de que sentía nerviosismo, se armó de valor para subir hasta allí y averiguar cómo una sola persona puede saber tanto sobre ella. 

Entrecerró los ojos, viendo una figura delgada y masculina apoyado contra una pared. La luz de su celular iluminaba los rasgos de su rostro, y sus ojos fue lo que mas llamo su atención. Tienen un tono rojizo, y chispeaban confianza. 

—¿Eres tu el que envió el email? 

—¿Por qué preguntas? Ya lo sabes, (T/n)-chan. —tras cerrar su celular, se despegó de la pared y caminó hacía ella, pasos lentos. —Se todo sobre ti, tus familiares, tu trabajo, amigos. Y ahora mismo estás pensando en las mil y un razones por las que deberías arrestarme. Pero no lo harás.