Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Kotaro Katsura x Lectora [Gintama]

Soulmate AU: Reencarnación + hay un objeto que representa a ambas almas. 

Sentía varias miradas a su espalda, mientras continuaba trazando el pincel por el lienzo, que se llenaba de diferentes colores. Era precioso pintar en plena primavera, con las flores decorando cada rincón y los arboles presumiendo sus espesas hojas verdes que parecían piedras esmeraldas cada vez que el sol daba sobre ellas.

Había llegado hace un mes al Shouka Sonjuku, siendo recibida por Shouyou que aceptó gustoso su estadía de manera permanente. Su madre no podía cuidar más de ella dado su trabajo como prostituta, que no le permitía estar pendiente de (T/n), entre otras cosas. Dieron con la escuela dado los comentarios que oían de los vecinos, quienes llevaban a sus hijos allí para que aprendan esgrima y también sobre otras materias.

(T/n) miro por encima de su hombro al trio de niños con los que cursaba clases; Takasugi estaba discutiendo con Gintoki sobre su altura, y como esta influenciaba en su esgrima, mientras que Kotaro se mantenía en silencio, leyendo un libro en una esquina. No entendía porque de todos los sitios disponibles estarían en el patio trasero, mas no dijo nada al respecto, disfrutando de la ligera compañía que le brindaban.

La pequeña artista era de pocas palabras, tímida incluso, sobre todo al encontrarse en un sitio nuevo de golpe, al que desde ahora en adelante debería llamar hogar.

—Veo que estas pintando algo nuevo —la voz de Shoyo la hizo girar con una sonrisa, el bastidor en el patio sacudiéndose un poco ante el movimiento repentino—. Hmm, veamos...

El rubio cenizo se inclinó, inspeccionando con ojos entrecerrados la obra y (T/n) solo acuno el pincel que sostenía contra su pecho, expectante ante su respuesta. A todo esto, Gintoki y Takasugi también se habían acercado, aun discutiendo por lo bajo.

—No entiendo, es un simple árbol- —Shoyo le dio un golpe en la cabeza al albino, que solo se agacho en el suelo, tapándose el sitio golpeado.

El adulto entonces apoyo su mano sobre la melena oscura de la joven, acariciando con gentileza. (T/n) en su corto tiempo, entendía porque tantos niños y niñas buscaban refugio en esta escuela, además de la buena educación y paciencia del maestro, Shoyo emanaba un aura de tranquilidad y seguridad; haría que cualquiera quisiera quedarse para siempre.

—Es precioso (T/n), ¿quieres colgarlo en la sala de clases? —pregunto, con una amable sonrisa en sus labios.

—¿Puedo? —dijo, enseñando la sonrisa más radiante desde que había llegado. Que alguien valore su arte de esa manera le hacía muy feliz—. ¡Si! ¡Gracias, Sensei!

Kotaro observo la interacción de ambos, viendo desde esa distancia el árbol de cerezo que pinto con dedicación; era precioso, a pesar de que estaba incompleto dado que apenas se veía la copa del mismo por encima de los muros que protegían la escuela.

Shoyo cargo con el cuadro, yendo en dirección a la sala de clases, siendo seguido por sus alumnos, excepto (T/n) que se quedó en la entrada del pasillo, esperando por Katsura.

—¿Kotaro-kun? —la oyó murmurar, tratando de no interrumpir su lectura—. ¿Vienes con nosotros? Podemos hacer bolas de arroz para todos.

El azabache alzo la vista, sus ojos concentrándose en la mano extendida frente suyo. Tenía los dedos con marcas de pintura seca, pero de igual forma Katsura sostuvo su mano con un gentil agarre, dejando que ella lo ayude a levantarse. Caminaron por el pasillo con los dedos entrelazados en un gesto adorable, y por más que sabían que Gintoki iba a burlarse de ellos, ninguno de los dos aflojo el mismo, ni siquiera cuando ingresaron a la habitación donde había más alumnos.