Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Sebastian Michaelis x Lector [Kuroshitsuji]

[Uno de los dos conserva recuerdos sobre su pasado + tienes el nombre de tu alma gemela en la muñeca]

[AU; Época moderna]

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Observo con admiración el bello diamante que sostiene entre sus manos, con una pequeña sonrisa. Suspiro enamorada de su propio trabajo. Dio un par de pasos, las botas militares haciendo ruidos sobre los charcos de sangre a su alrededor. Son policías que trabajaban de noche en la joyería, fue cuestión de minutos antes de poder matarlos a los cinco. 

Guardo cada objeto que llamara su atención, incluyendo un par de relojes. 

Volvió a engancharse a la cuerda que está en el techo, con la bolsa llena de los objetos valiosos atada a su cintura. Con un par de tirones, comenzo a subir, mirando desde allí la obra de arte que dejó. 

Ella no era así, todavía recordaba cuando era una chica inocente e ingenua; pero eso mismo fue lo que la mató. 

Todavía hay veces en las que sueña con el, ese demonio que la engaño. 

Pero solo es cuestión de tiempo hasta que se vuelvan a ver. 

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Vive en una casa abandonada, a las afueras de la ciudad. Se instaló en el ático, donde guardaba celosamente sus pertenencias. Quería irse de este país, darse la vida que se merece. Aunque después de la cantidad de personas que mato y vidas que arruinó sabe que es casi imposible, pero de todas formas lo intentará. 

Continuó tecleando enfrente de la computadora, hasta que una mano se apoyó sobre su hombro. 

Es curioso, pero incluso en esta época hay Shinigamis. 

—Oi, ¿pudiste conseguir el reloj que te pedí? —Grell la observó con sus ojos verdes, con un pequeño puchero en su rostro masculino. La (c/d/o) solo asintió, indicando con el mentón que revise la bolsa— ¡Oh~~! ¡Eres la mejor, (T/n)-chan!

—Por supuesto que lo soy, llevo tres años en esto, y nunca pudieron atraparme. ¿Realmente son policías? —murmuró por lo bajo, ligeramente irritada por los sonidos que salen de la boca de Grell. Lleva la misma ropa de siempre, solo que con un toque más moderno. —¿Es normal que un demonio reviva como humano? No tiene sentido. 

—Bueno..—el cabellos carmesí se estaba probando un par de anillos y collares, mientras se observaba en el espejo.— Probablemente cumplió con su condena. ¿De verdad tienes pensado en hacer eso? —señaló su muñeca derecha, en letras negras.

«Sebastian Michaelis»

—Hasta tiene el nombre que le dio el mocoso Phantomhive, no se que me hace enojar mas. —gruño por lo bajo, acariciando el puente de su nariz. Grell finalmente agarró el reloj que quería, junto con un par de anillos. 

—Mou, (T/n)-chan, no quiero tener que matarte. —lo escuchó decir, y a pesar de que bromeaba, también lo dijo con un toque de seriedad. 

—Ya morí una vez, ¿crees que te dejaría matarme? Ni en sueños.