Capítulo 3

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Ya han pasado dos meses, Hugo aún se encuentra encerrado, esperando a ser juzgado, pues ya los detectives tenían pruebas y testigos para dar inicio al juicio.

Luciano, estaba contra la espada y la pared, debido a que no habían testigos que demostraran la inocencia de Hugo. Contrató a varios detectives privados en busca de pruebas que le favorecieran, pero todo intento fue en vano.

Hugo, de vez en cuando tenía pesadillas, despertaba gritando, nervioso y asustado, pero nada venía a su memoria, lo único que recordaba es haber cenado con su secretaria, entrar al hotel y desde ahí, su mente la cubre una imponente luz blanca que bloquea sus recuerdos.

Dario, hermano de Manuela y esposo de Carlota tomó las riendas de la empresa, con su actitud de dictador y déspota, empezó a hacer cambios en todos los departamentos, para que él y sus cómplices pudieran seguir inmersos en negocios turbios, que sin duda les generaría muchísimo dinero.

Carlota, al ver toda esta situación lo enfrenta.

-¿Qué crees que estás haciendo? Tú no eres nadie en esta empresa.

Dario, un tanto agresivo y posesivo, la toma por el brazo y la mete en su oficina.

-¡A mi no me hables así! ¿Quién te crees tú para darme órdenes? Para tu información soy el nuevo Vicepresidente de esta empresa, que por cierto, tu hermano el asesino casi la lleva a la quiebra.

Carlota, llena de ira le lanza una bofetada a Dario, y éste sin pensarlo se la devuelve sin piedad.

-¡Tú a mi me respetas! Soy tu esposo y aquí se hará lo que yo diga, como y cuando yo quiera.

Dario se va de la oficina lanzando la puerta. Carlota soltó el llanto. -Eres tan despreciable Dario. No sé en que estaba pensando cuando decidí casarme contigo. Pero esto no se quedará así, eso lo juro-.

En un café de la ciudad estaban Manuela y Julia charlando sobre su situación, lo que pasaría en un futuro.

-Por mi que se pudra en la cárcel sabes. No quiero saber nada de ese infeliz. Sólo de imaginar como se revolcaba con esa zorra en ese hotel, las tripas se me revuelven. Decía Manuela-.

Julia le contesta: -Tú sabes que te apoyo amiga, no te dejaré sola en esto, y menos con dos niñas de por medio. Así que tú tranquila, que todo saldrá bien-.

Fidel, esposo de Julia estaba tratando de calmar a Dario por el altercado que había tenido con su esposa Carlota.

-Calma hermano. Tú sabes como son las mujeres. Pero no debes permitir que algo así vuelva a pasar.

-Eso tenlo por seguro, para la próxima soy capaz de matarla, ya ella no me importa, lo que si me importa es su dinero y las acciones que ella tiene en esta empresa. Respondió Dario lleno de odio y coraje.

El Precio del Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora