El Precio del Silencio

Capítulo 32

MOMENTOS MÁS TARDE

Manuela busca las llaves de su auto y se prepara para salir. Cuando iba de salida se tropieza con Carla.

- ¿A dónde vas a esta hora mamá?

- No preguntes tanto. Nos vemos hija.

En ese momento recibe una llamada. Contestó y le dijo que ya iba saliendo.

Laura conversaba con su papá Hugo. Le decía que era increible todo lo que ha sucedido en la casa.

- Si. Es increible. Y lo peor es que yo creo que es alguien de la familia.

- ¿ Tú crees papá? ¿Y si es mi mamá?

- No lo sé hija, pero todos son sospechosos.

Esteban acababa de darse una ducha. Se pone una ropa cómoda y se dispone a andar su celular, pero de pronto viene a sus pensamientos de que nunca debió hacerle caso a Isaac y debió de alejarse de la familia Palacios.

De repente, tocaron la puerta. De inmediato el miedo se apoderó de él. No sabía qué hacer. Pasaron unos minutos y volvieron a tocar. Él con miedo, abrió y no vio a nadie.

Hugo se da cuenta que Manuela y Darío no estaban en la capilla velatoria.

- ¿Dónde estarán Manuela y Darío? No vinieron.

- No lo sé. Eso me parece extraño. A esos dos hay que tenerlos bien vigilados hermano.

- Si. Nos tocará contratar un detective privado y así estar al tanto de lo que hacen.

Rosa y Laura conversaban del asesinato.

- Pobre Estefany. Ojalá ese asesino se canse y se vaya de nuestras vidas.

- No lo creo amiga. Hasta que la policía no lo atrape, nosotros no viviremos en paz.

Cuando Esteban iba a cerrar la puerta, el asesino la abrió con todas sus fuerzas y logro entrar. Esteban cayó al suelo.

- ¡No, aléjate de mi maldito! Tú no vas a matarme, no vas a poder conmigo.

El asesino sacó una inyectadora con veneno, logró acorralar a Esteban, hasta que lo atrapó y lo inyectó en el cuello. Cayó al suelo agonizando.

Al cabo de unos minutos, Esteban estaba casi muerto. El asesino lo cargó y lo acostó en la cama como si estuviera durmiendo. Recogió todo el desastre que hicieron en el forcejeo y luego se fue.

HORAS MÁS TARDE:

Laura se despide de Rosa y le dice que se va porqué Esteban estaba solo. Quedan en verse nuevamente mañana y se marcha.

Manuela llega a la mansión, un poco agitada. Busca a Carla pero no está en la mansión. Decide tomar una ducha y acostarse a dormir.

Laura llega a la casa de Esteban. Ve a Esteban aparentemente dormido y pensó que seguro estaba muy cansado. Se va a tomar una ducha, y de pronto tuvo un mal presentimiento. Así que decide despertar a Esteban.

- Esteban... despierta.

Al moverlo, la inyectadora cae al suelo. Laura se asusta y comienza a gritar desesperada y llorando.

- ¡No Dios mio, no puede ser!

La sustancia que el asesino le inyectó a Esteban, le detuvo el corazón por unas horas, pero aún no estaba muerto del todo.

Fidel llega a su casa y se da cuenta que Julia no estaba. Rosa le dice que tal vez está con sus amigas. Todos se van a sus habitaciones, incluyendo Paula.

- Dios mio. Yo no puedo permitir que Carla se entero de lo que yo tuve con Isaac. Ella no puede saber que la engañábamos. Mejor me deshago de todas las fotos y los obsequios que él me dio.

Anselmo logró que Carmen se durmiera.

- Pobre mujer. Juro que quisiera atrapar a ese maldito asesino y matarlo yo mismo. Dijo Hugo.

- Tranquilo señor. Jamás ha existido un crimen perfecto. Algún día cometerá un error y lo atraparán.

- Que así sea Anselmo. Voy a recostarme un rato, aunque no creo que pueda dormir.

En ese momento suena su teléfono.

- Si Laura hija, ¿Qué pasa?

Hugo quedó sin palabras.

- ¡No puede ser! No te muevas de ahí. Voy saliendo para allá. Llamaré de una vez a la policía. Anselmo, ese asesino lo volvió a hacer. Mató a Esteban.

Anselmo no salía de su asombro.