Capítulo 29

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Laura decide que es mejor irse y llamar a la policía, tras encontrar el mensaje macabro en casa de Esteban. Pero cuando está por irse llega Esteban.

- ¡Por Dios! ¿Qué pasó aquí? ¡No puede ser. Otra vez ese mensaje!

- ¿Cómo que otra vez? Explícame.

Esteban, muerto de miedo le dijo que la noche anterior recibió una nota amenazante con el mismo mensaje.

- ¡Me quieren matar Laura! Ese asesino quiere matarme.

Carmen le dice a Manuela que su nieta Estefany no estaba en la mansión. Carla escucha y se pone histérica y pensó: - Esa maldita zorra se me escapó -

- Ya regresará hija, no te preocupes. Dice Manuela.

Darío, se enojó por la manera en como Hugo les habló.

- ¡Me bajas el tonito, idiota!

- Yo hablo como a mí me de la gana. Esta es mí empresa. Fidel, necesito que me des los papeles que le hiciste firmar a Carlota y que ella no leyó.

- Si, claro. Toma.

Hugo se los quitó y se marchó de la oficina.

Laura le pedía a Esteban que se calmara. Que quizás todo era producto de una broma. Pero Esteban estaba muy nervioso y no paraba de decir que el asesino quería matarlo por ser primo de Isaac.

- Yo creo que lo mejor es que me vaya lejos de aquí, para siempre. Dijo Esteban.

Carla conversaba con su amiga Paula.

- Si, la muy zorra se escapó, y embarazada de Isaac. Yo quería que abortara a ese mocoso, pero la voy a buscar hasta debajo de las piedras.

- Me parece bien amiga. Tú sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

- Lo sé amiga. Gracias.

Carmen seguía preocupada por Estefany. Era muy raro que desapareciera así sin dejar rastro alguno.

- ¿Dónde andarás hija? Ni siquiera llamas para decirme dónde estas.

Carmen, mira al suelo y ve una pulsera de Estefany.

- ¡Dios mio, es una pulsera de mi nieta! ¿Por qué será que tengo una mal presentimiento?  Protege a Estefany Señor, que no le haya ocurrido nada.

En ese momento entra Anselmo a la cocina.

- ¿Cómo está Carmen? Voy a hacerle la limpieza al sótano. Tiene varios meses sin limpiarse.

Anselmo abre la puerta. Todo estaba en tinieblas. Él baja, prueba el interruptor para encender el bombillo y no funciona. Le dice a Carmen que le preste una linterna. Ella se la pasa. Cuando enciende la linterna ve al final de la escalera el cuerpo de una persona. Baja para ver quién es y se da cuenta de que es Estefany, en un charco de sangre y con el cuchillo en el abdomen. Anselmo salió aterrorizado y subió enseguida.

Hugo estaba leyendo el documento que Carlota había firmado sin leer. Obviamente, Fidel había falsificado otros papeles y fue los que le dio a Hugo.

- Bueno, según esto, no firmaste nada que pueda perjudicarte hermana.

- ¡Menos mal! Voy a llamar al abogado.

No encontraba su celular y recordó que lo había dejado en el auto de Luciano.

- Luciano, dejé mi teléfono en tu auto, ¿Podrías buscarlo?

- Claro, no hay problema.

Hugo, ve las miradas entre Carlota y Luciano.

- ¿ A caso pasa algo que yo no sepa?

- ¡Ay hermano! Es que anoche Luciano y yo estuvimos juntos.

- ¡¿Qué?! Con razón los noto felices y compartiendo esas miradas.

Laura lleva a Esteban nuevamente a la mansión para tratar de calmarlo.

- Buenos días.

- ¡Vaya! Hasta que por fin traes un amiguito a la casa, hermanita. Dijo con ironía Carla.

Esteban se queda mirando a Paula.

- Ya va. Yo a ti te conozco. Dijo Esteban sorprendido.

- ¿A mi? Dice Carla.

- No. A ti. ¿Tú eres Paula. Paula Arismendi?

Carmen ve el miedo en el rostro de Anselmo. No podía hablar del horror que sentía.

- ¿Qué pasa Anselmo? ¿Por qué saliste así? ¡Por Dios Santo, habla! ¿Qué viste?

- Es que... Carmen, lo siento tanto.

- ¿De qué hablas? ¡¡¡Dime!!!

- Es... es Estefany... está... muerta.

- ¡¡¡¿¿¿Qué???!!! No. No ¡Dios mio! No.

Laura y Carla quedaron intrigadas al ver que Esteban conocía a Paula.

- Pero, ¿De dónde la conoces?

Esteban volvió al pasado y recordó que había visto a Paula con Isaac en la playa de Venezuela durante unas vacaciones.

Paula no encontraba como hacerle señas a Esteban. Casi se le salían los ojos, tratándole de decir que no dijera nada. En ese momento pensó: ¡Dios mío! Él me conoce. Es el primo de Isaac y sabe lo que hubo entre nosotros.

Carmen, desesperada baja hasta el sótano y se consigue con la dantesca escena de su nieta asesinada. Se lanzó encima del cuerpo, llorando y dando gritos. Anselmo, por su parte, llamó a la policía para darles la noticia de que el asesino había matado de nuevo.

El Precio del Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora