El Precio del Silencio

Capítulo 10

Manuela, al ver a Laura y a Hugo juntos, se le revolvió la sangre, su odio y su ira se desataron.

-Suelta a mi hija desgraciado! Por qué no te quedaste en la jaula dónde estabas? Allí tienes que estar como el animal que eres! Le gritó Manuela.

-Mi papá no es ningún animal! Respondió Laura.

-Déjanos solos hija, por favor. Le suplicó Hugo a Laura.

-Tú no tienes corazón... Le dijo Laura a su madre mientras salía de la oficina.

-Lárgate de nuestras vidas, ya tú no tienes derecho a nada! Todo lo perdiste por engañarme, por asesino! La gritó Manuela.

Hugo, no aguantó más y la tomó por el brazo.

-Yo no soy ningún asesino! A mi me montaron una trampa, pero tú nunca quisiste escucharme, me diste la espalda, me dejaste sin nada, jamás fuiste a verme, tú no tienes corazón, no tienes alma! Eres una mald....!

Hugo, forcejeó con Manuela hasta soltarla.

Manuela le contesto:

-Y tú a mi me arrancaste el alma con tu engaño, por haberte revolcado quién sabe cuántas veces con tu maldita secretaria, pero lo estás pagando bien caro, y me alegra!

-No cantes victoria. Quién ríe de último, ríe mejor. Le respondió Hugo retirándose de la oficina.

Luís Alberto, amigo de la doctora Luz Moncada estaba platicando con Luciano. Ellos eran amigos desde hace tiempo.

Luís le contaba lo enamorado que estaba de Luz, pero no se atrevía a decirle nada. Luciano le decía que estaban en la misma situación, la única diferencia es que Luz no era casada.

-Al menos Luz no está casada, en cambio Carlota si lo está, y lo peor es que su marido es un patán, sé que ella no lo ama, pero le tiene temor. Dijo Luciano.

Dario y Fidel se encontraban hablando sobre el regreso de Hugo a la empresa.

-Ya mi hermana Manuela esta al tanto de todo, solo debemos esperar sus órdenes. Dijo Dario.

-No podemos permitir que Hugo meta sus narices de nuevo o sino descubrirá el negocio que tenemos con las drogas. Comentó Fidel.

-Cállate imbécil! No lo digas tan fuerte, te pueden escuchar. Le dijo Dario enojado.

Carmen y Estefany estaban empacando sus cosas para irse de la mansión.

-Toda la vida trabajando aquí y ahora nos toca partir. Decía llorando Carmen.

-Nana... Pero, y esas maletas? A dónde van? Preguntó sorprendida Laura.

Respondió Estefany:
-Su hermana nos corrió.

-Cómo?! No, ustedes no se van, a ningún lado, ella no es quien para echarlas así. Entren a la casa. Dijo Laura.

Manuela, presa de la angustia y los nervios fue hasta la oficina de Dario quien estaba con Fidel.

-Que bueno que los encuentro. Creo que deberíamos tomar medidas extremas con Hugo. Él viene dispuesto a todo y no podemos permitir que nos arruine los planes. Dijo Manuela.

-Tranquila hermana. Para eso estamos Fidel y yo. No dejaremos que él regrese a la empresa.