Capítulo 67

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Luego, de unos segundos agonizantes, Fidel muere asfixiado. El payaso asesino, le dispara dos veces para no dejarlo vivo. Deja su firma, colocándole una máscara de payaso a Fidel.

En el cafetín de la Unidad Policial, Andrés y Axel conversaban.

- Andrés: ¿Entonces no quiere perdonarte?

- Axel: No, pana. Esa mujer está difícil. Además, me dijo que está saliendo con otro.

- Andrés: No lo creo. Seguro es mentira, eso lo hace para que la dejes en paz. Pero, no te rindas hermano.

Mariana, los interrumpe y les dice que Ortega quiere verlos, porqué al parecer los asesinos volvieron a matar.

Carlota y Luciano iban llegando a su casa.

- Luciano: Estuviste callada durante todo el camino. ¿Te pasa algo?

- Carlota: Nada. Solo me duele un poco la cabeza. Me tomaré un calmante.

- Luciano: Está bien amor. Si quieres más tarde puedo darte un masaje.

- Carlota: Si. Me parece bien.

El Inspector Ortega se reúne con Axel.

- Ortega: Nos llegaron estas fotos.

- Axel: Pero, ¿Quién es? No se le ve el rostro.

- Ortega: Aún hay más. Mira esta.

- Axel: ¡Dios mío! Es... Fidel. Se sienten acorralados, por eso están matando desesperadamente.

Hugo y Laura habían terminado de cenar.

- Hugo: Todo estuvo delicioso, hija.

- Laura: Me alegra que te gustara, papá. Por cierto, se me ha ocurrido una idea en estos últimos días. Vendamos esta mansión y busquemos algo más pequeño para ti, para mi y para mi bebé. ¿Te gusta la idea?

- Hugo: Me parece bien. Pero hija, ¿Tú de verdad no piensas decirle a Axel que estás embarazada?

- Laura: ¿Para qué? Él cree que tú eres uno de los asesinos, y yo con eso no puedo vivir.

- Hugo: Pero, hazlo por ese bebé que viene en camino. Él, se merece un hogar hermoso, vivir con sus padres. No permitas que ese niño o niña, viva lo mismo que vivieron tú y tu hermana Carla, alejadas de mi, sin su papá.

Carla, se queda pensativa al escuchar las palabras de su padre.

Julia, llega a su casa.

- Julia: ¡Hija! ¿Estás aquí?

- Rosa: Si mami, aquí estoy. Te esperaba para cenar.

- Julia: Perdón por la tardanza, hija. Estuve llamando a Fidel, pero no me contesta.

- Rosa: Déjame intentarlo a mi a ver. Nada, sale el tono, pero no responde. ¿Será que vamos hasta allá?

- Julia: Pero, yo no sé cómo llegar allá. Son tantos años que tengo sin ir.

- Rosa: Por eso no hay problema, mamá. Nos guiamos por el GPS y así llegamos muy fácil.

En ese instante, entra Axel a la casa de los Arismendi.

- Axel: ¡Disculpen! La puerta estaba abierta y entré.

- Julia: ¡¿Otra vez tú?! Nosotras no sabemos dónde esta Fidel.

- Axel: Tranquila señora. Vine a decirle que, ya lo encontramos.

- Julia: ¿Cómo? ¿Dónde lo encontraron?

- Axel: No sabemos el lugar. Pero, necesito que vea estas fotos. Son algo fuertes.

Julia, ve las fotografías y eran Fidel, colgando de una soga. Julia, entra en una crisis, empezó a llorar y de la impresión se desmaya. Rosa, la socorre y le pide a Axel que le deje ver las fotos. Él, se las muestra y Rosa queda sin palabras al ver a su padre asesinado.

Carlota y Luciano terminaban de cenar.

- Luciano: Que rico estaba todo mi amor. Sabes, se me ocurre que deberíamos irnos un día de estos a la playa, despejar la mente y olvidar un poco todo lo que ha pasado.

Carlota, no lo estaba escuchando, pensando en otras cosas.

- Carlota: No. No tengo ganas de salir. Me voy a dormir. Estoy cansada.

Carlota, se levanta y se va a la habitación.

- Luciano: Te veo muy rara, Carlota. Estoy seguro que papá le dijo cosas que no debía decirle.

Rosa, lloraba desesperada por la muerte de su padre.

- Axel: Te entiendo, Rosa. Pero, necesito que me respondas. ¿Sabes dónde está ubicada esta casa?

- Rosa: Si. Es la casa de la playa. Pero, no sé como llegar.

- Axel: ¿Y dónde está ubicada la playa?

- Rosa: No recuerdo. Es algo así como palmas, palmeras, pero no recuerdo exactamente.

- Axel: Ok. Vamos a encontrar ese lugar como sea. Nos vemos.

Luciano, sale a la calle y va a un bar en busca de su padre.

- Luciano: Sabía que estabas aquí y como siempre, tomando.

- Martín: ¡Hijo mío! Ven, siéntate. Déjame decirte que te ganaste una gran y bella mujer. Carlota es genial.

- Luciano: Si. Es genial. Y para que ella siga así, te quiero bien léjos de nosotros.

- Martín: No. Claro que no, Luciano. Yo no quiero irme y perderme el momento cuando tengan a mis nietos.

- Luciano: ¡Papá, por Dios! Tú nunca estuviste conmigo, tampoco con mamá. Nos abandonaste por cobarde, y ahora quieres quedarte, así como si nada. ¡Pues no! Te equivocas. No quiero verte más. Y no me hagas salir de mis casillas, o tú sabes de lo que soy capaz.

Una comisión policial, llega a la casa de la playa de los Arismendi, derriban las puertas y logran entrar. Ya adentro, ven la casa desordenada. Eso le parecio muy extraño a Ortega, pues en los otros asesinatos, las escenas eran limpias y sin desorden. Los detectives empiezan a recoger todas las evidencias, también descuelgan el cuerpo de Fidel para buscar huellas.

- Ortega: Hay algo muy raro en este asesinato. Tal vez, no fueron los payasos asesinos. Creo que alguien usó esa fachada para hacernos creer que fueron ellos.





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