Capítulo 65

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SEMANAS MÁS TARDE

En la empresa Roo Palacios & Asociados, llaman a una reunión con carácter de urgencia. Estaban todos los accionistas. Hugo, también estaba en el lugar.

- Dario: Yo espero que esta reunión sea de suma importancia. Tengo mucho trabajo hoy.

- Hugo: Si. Es importante. Se trata del destino de esta empresa. Sabemos de todos tus negocios sucios, Dario. Sabemos, que Fidel y Julia son tus cómplices, y esta vez, no te vamos a perdonar.

Dario, queda en shock al escuchar hablar a Hugo. En ese momento, el detective Axel, entra a la reunión.

- Axel: ¡Con permiso! Señor Dario Ruíz. Queda usted detenido por los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero, usando esta empresa para llevar a cabo lo antes mencionado.

Dario, alterado, se levanta y trata de salir, pero estaba sin salida.

- Dario: ¡Eres un maldito, Hugo! Esto no se quedará así. Te juro que saldré libre y luego voy a buscarte.

Luis, luego de varias semanas logra salir del hospital. Ya se encontraba sano. Con algunas heridas aún, pero había logrado salir del coma.

- Luís: ¡Que emoción estar en casa de nuevo!

- Luz: Si mi amor. ¡Estoy tan feliz! Ahora si podremos ser felices y nada ni nadie se opondrá entre nosotros.

Luís, se acerca y la besa apasionadamente.

Luciano, iba de salida. Carlota, le dice que se adelante él primero, y ella va después.

- Carlota: Voy a revisar todas tus cosas, Luciano. Yo presiento que ocultas muchas cosas más.

Empieza a revisar todo. Consigue muchos papeles, documentos, fotografías, pero no encuentra nada fuera de lo normal.

Laura, baja de su habitación.

- Laura: Buen día Anselmo. ¿Sabe dónde está papá?

- Anselmo: Se fue hace unos minutos a la empresa. Señorita, ¿Va a desayunar?

- Laura: Si, por favor. Últimamente me está dando muchísima hambre.

- Anselmo: Eso es bueno. Alimentarse bien. Por cierto, con todo respeto, señorita, la veo un poco más rellenita. ¡Bueno! Ya le traigo su desayuno.

Laura, acaricia su barriga y se imaginaba a ella y a Axel cargando a su futuro hijo.

Fidel, recibe una llamada de Dario y le cuenta los últimos acontecimientos.

- Fidel: ¡Dime Dario! ¿Cómo? Pero, ¿Cómo nos descubrieron? ¡Que va! Entonces, lo mejor que puedo hacer es irme ya mismo del país.

- Julia: ¿Qué sucede mi amor? ¿Por qué estás tan alterado?

- Fidel: ¡Me tengo que ir de aquí! La policía viene por mi.

El Inspector Ortega, analiza una nueva teoría.

- Ortega: Con Darío en la cárcel, la lista de sospechosos, se acorta.

- Axel: Si jefe. Eso quiere decir que, cada vez estamos más cerca de atrapar a esos desgraciados.

- Andrés: Con permiso. Jefe, voy saliendo a detener a Fidel Arismendi.

- Ortega: Vayan, antes que que escape. Como te decía, Axel. Esta vez, esos malditos locos asesinos no van a poder con nosotros.

Luego, de la detención de Darío. Hugo, asume las riendas de la empresa, después de 15 años.

- Hugo: Bueno señores, eso es todo. Ahora manos a la obra y a trabajar para recuperar la empresa.

En ese momento, llega Luciano a la sala de juntas.

- Luciano: Permiso. Hola hermano. ¿Cómo va todo?

- Hugo: Bien, gracias a Dios. Feliz de poder haber salido de la casa a trabajar.

- Luciano: Si. Gracias a Dios pude lograr ese acuerdo con la policía para que pudieras salir de la casa y trabajar.

- Hugo: Gracias hermano. Tú siempre te has preocupado por todos en mi familia. Te lo agradeceré para toda la vida.

Fidel, estaba a punto de escapar.

- Julia: ¿Cómo te vas a ir así y dejarnos a nosotras?

- Fidel: Debo hacerlo, Julia. ¡No quiero ir a la cárcel! Es mejor escapar y punto.

- Julia: ¡Esta bien! Pero, no te vayas del país. Mejor, vete a la casa que tenemos en la playa. Ese lugar, casi nadie sabe que es nuestro.

- Fidel: ¿Sabes qué? Tienes razón. Es mejor que me vaya a esa casa.

Carlota, buscó por todos los rincones de la casa de Luciano, pero no encontró nada.

- Carlota: ¡Nada! No encontré nada extraño. Pero, yo sé que él oculta algo. Aún no ha sido capaz de decirme que ese tal Martín es su padre. En fin, Ya es algo tarde. Me voy a la empresa.

Cuando iba de salida, se consigue en la puerta a Martín.

- Martín: ¡Buenas! ¿Se encuentra Luciano? Necesito hablar con él.

Rosa, visita a Laura en la mansión.

- Rosa: ¿Cómo estás amiga?

- Laura: Bien, Rosa. ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?

- Rosa: Es por mi papá. Se tuvo que ir de la casa. Tú papá lo acusa de cosas muy feas en la empresa, y en este momento lo busca la policía.

- Laura: ¡Dios mío! ¿Hasta cuándo tantos problemas?

- Rosa: Si. Vamos tragedia tras otra tragedia. Tu tío Darío también está preso por lo mismo que acusan a papá.

- Laura: No sé qué decir. Son tantas cosas que me siento abrumada.

Carlota, le dice a Martín que Luciano no está y lo invita a irse con ella en su auto, llevarlo hasta donde está él, y así puede aprovechar para que le cuente sobre su relación con Luciano. Martín, acepta y se van.

Darío, en su celda, llamaba a gritos a algún oficial. El Inspector Ortega va y lo atiende.

- Darío: ¡Quiero llamar a mi abogado!

- Ortega: Si. Debes llamarlo. Vas a necesitar uno muy bueno.

- Darío: Y ustedes, van a tener que esconderse cuando yo salga, porqué los acabaré uno a uno.

- Ortega: ¡Así me gusta! Que amenaces. Otro cargo más para tu expediente. Al parecer, vas a pasar una muy larga temporada en prisión, y no vas a ir a un hotel cinco estrellas. Ve acostumbrándote, Darío. Ese lugar es el infierno aquí en la tierra.

El Precio del Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora