Capítulo 28

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Estefany, se quedó paralizada del miedo al ver al asesino frente a frente.

- ¿Quién eres? ¿Eres tú Carla? ¡No voy a dejar que le hagas daño a mi bebé!

Dijo Estefany llena de miedo. Decidió salir corriendo hasta el sótano, pero el asesino no se dio por vencido y fue tras ella.

Julia estaba en su casa, tomándose una copa de vino, de repente tocan el timbre. Para sorpresa de ella, era Hugo Palacios.

- Buenas noches. ¿Qué haces tú aquí? Preguntó Julia.

- Necesito hablar con Fidel.

- Él no está aquí. Salió.

- Dígale al cobarde ese que no juegue con fuego, porqué se puede quemar.

Al decir esas palabras, Hugo se va, dejando a Julia sumamente intrigada por tan amenazante visita.

Esteban estaba en su casa, preguntándose aún quién le habría enviado la nota amenazante. Decide llamar a Laura para contarle.

- ¿Y si esta nota es del asesino que mató a Isaac? Ay no. Yo mejor me voy de aquí y regreso mañana.

Estefany se encontraba sin salida en el sótano. Gritaba y pedía ayuda, pero era en vano, nadie la escuchaba. Decide esconderse detrás de unos estantes y guardar silencio, rogando que el asesino se marchara.

Carlota, había aceptado una invitación de Luciano a cenar.

- Gracias por aceptar cenar conmigo.

- No. Más bien gracias a ti por invitarme. Así despejo un poco la mente y dejo de pensar en tantos problemas.

- Ya verás que todo se va a solucionar. Bueno, creo que ya es hora de irnos. ¿Te llevo a tu casa?

- No. ¿Sabes qué? Vamos mejor a tu casa, ¿Quieres?

- ¡Claro! Siempre he querido. Vamos.

Laura, va a la cocina por un vaso de agua. Le pareció extraño ver el vaso roto en el suelo, y la puerta del sótano abierta.

- Que raro. Siempre dejan esta puerta abierta. Voy a cerrarla.

Cerró la puerta, sin imaginar que dentro estaban Estefany y el asesino.

Dentro del sótano, Estefany decide salir de donde estaba escondida. Subió rápido y cuando llegó a la puerta, se dio cuenta que estaba cerrada.

- ¡No Dios mío! ¡Auxilio! ¡Ayuda!

El asesino estaba detrás de ella.

Estefany voltea y comienza a temblar del miedo. Empezó a suplicar que no la matara y le dijo que estaba embarazada.

- No me mates, por favor, hazlo por mi bebé.

El asesino la miraba y giraba su cabeza de un lado al otro. De pronto la tomó por el cabello y la lanzó por las escaleras. Ella cayó, casi desmayada.

El despiadado asesino, bajó hasta donde estaba Estefany y sacó un cuchillo enorme.

Estefany, trataba de moverse, pero no podía. Seguía gritando con las pocas fuerzas que le quedaban pidiendo ayuda.

- ¡Te lo suplico, no me mates por favor, no lo hagas!

Sin piedad, el asesino le clavó el cuchillo en el abdomen. Estefany empezó a sangrar por la boca, trataba de respirar, pero se ahogaba. El asesino, se acercó a ella y lentamente se quitó la máscara, mostrándole el rostro.

- ¡No puede ser, eres tú!
Al decir esto, Estefany agonizó, hasta que murió.

DÍA SIGUIENTE:

Carmen despierta. No ve a Estefany en la habitación.

- Pero bueno, ¿Dónde se habrá metido Estefany? ¿Será que se fue por fin? Pobre de mi nieta.

En el jardín de la mansión Palacios, estaban Manuela y Carla. Se preparaban para desayunar.

- Buen día hija. Que rico se ve el desayuno.

- Si. Está muy rico, y además, es un hermoso día, me siento como feliz. Hoy presiento que será un gran día.

- Claro que si hija. Buen apetito.

Luciano y Carlota despertaron juntos y desnudos.

- ¡Dios mío, Luciano despierta!

- ¿Qué pasa?

- ¡Terminamos haciendo el amor!

Ambos se miraron asombrados.

Fidel y Darío platicaban.

- Anoche fue Hugo a mi casa.

- Que raro. Ese hombre no es de fiar. Hay que tenerlo vigilado.

Hugo, pasaba por la oficina y los escuchó:

- No hace falta que me vigilen. Si quieren saber o decirme algo, me lo dicen en mi cara, ¡par de imbéciles!

Carlota y Luciano se terminaban de vestir.

- Perdón. Todo fue mi culpa. Fueron muchos tragos.

- Tranquilo. En gran parte yo también soy culpable. Bueno, es mejor que volvamos a la empresa.

- Si, vamos.

Laura estaba llamando a la puerta de la casa de Esteban, pero no salía.

- Que raro. ¿Por qué no abrirá? ¿Será que está dormido?

Intentó abrir la puerta y estaba sin pasador. Decidió entrar y vio que toda la sala estaba completamente destrozada y en la pared había una mensaje escrito con sangre que decía: "Tú puedes ser el próximo".

- Pero... ¿Qué es todo esto? ¡Dios mio, que macabro!

El Precio del Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora