Capitulo 22

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Me despierto con un aroma que era extremadamente rico pero no tenía idea de donde venia, siempre cierro las ventanas de noche pero quizás me las había olvidado ayer ya que estaba tan concentrada en Cole y ahí me acuerdo, él estuvo anoche en mi casa, nos besamos, hablamos y dormimos juntos. Teniendo eso en cuenta y con los ojos todavía cerrados me doy vuelta pero lo único que toco es la cama, no estaba al lado mío y una tristeza me invadió pensando que se había ido sin siquiera despedirse. Antes de que abra los ojos escucho una voz masculina muy familiar.

-Si planeabas en tocarme para tener un mañanero deberías haberlo hecho unos quince minutos atrás.

Me rio sintiéndome aliviada y abro los ojos, está en la cocina, vestido lamentablemente, preparando el desayuno. De ahí es que venía ese aroma, de mi propia cocina. Cuando me acerco veo que estaba preparando panqueques y había café haciéndose. Le pregunte si podía ayudarlo en algo pero me dijo que lo espere en la cama y eso hice. Al cabo de diez minutos llego con una bandeja llena de panqueques, un pote de dulce de leche, café y jugo. Nos comimos todo mientras nos reíamos y se me ocurrió en un momento enchastrarlo con el dulce, desde ya que eso fue una mala idea. Termine con dulce de leche por todos lados así que, como era temprano, Cole me aviso que tenía que pasar por su casa a cambiarse y definitivamente bañarse, y, además iba a la oficina directamente para hablar con Cinthia del proyecto que estaba haciendo. Estuvimos maso menos diez minutos para despedirnos entre besos y mas besos, después me duche y me metí en la cama para dormir un ratito más y soñé con mi papa, él me estaba mirando con el mapa en la mano y sonriéndome.

Una hora más tarde me levanto y siento como si hubiese estado durmiendo durante semanas. Estoy completamente descansada y relajada. Como ya me había duchado y no iba a pasar hoy por Jaciro me quedo un rato remoloneando en la cama y quince minutos más tarde me levante. Mi humor hoy era excelente así que opto por mi pollera tubo de color negra, mi camisa lavanda y el blazer entallado que tengo. Busco mis zapatos y paso a recogerme el pelo en una media cola y dejo el resto suelto, no antes sin plancharlo, por supuesto. Me maquillo y ya estoy lista para salir al mundo y ver con que sorpresas me encuentro hoy.

Cuando llego a la editorial y subo hasta mi piso los veo a Cole y Cinthia como locos yendo de acá para allá y hablando por teléfono, quien sabe lo que estos dos se traerán entre manos, pero como lo veo realmente ocupado no quise interrumpirlo y voy hasta el escritorio de Ambar y para mi sorpresa mi amiga todavía no había llegado. Creo que en el año que hace que trabajamos acá jamás había llegado yo antes que ella así que, mientras me rio y voy a mi escritorio, le mando un mensaje.

-"Buenos días amiga, no sé si sabias esto pero hay una actividad que ambas hacemos de lunes a viernes que se llama trabajo, y oh casualidad que yo ya estoy en él y vos no."

Espero que me responda porque me muero de curiosidad por saber donde está metida que todavía no llego. Estaba esperando el mensaje de Ambar mientras jugaba al adictivo Candy Crush. Admito que desde que salió estuve en contra de este juego donde había que, básicamente, juntar caramelos del mismo color para poder ir pasando de nivel pero una noche estaba en mi casa totalmente aburrida sin ganas de mirar la tele y recordé que Ale estaba loco con ese juego así que decidí bajármelo en el celular. Quería ver que era lo tan magnifico de este juego que había captado la atención de la mayor parte de la sociedad y, una vez que lo empecé a jugar, capto la mía también. Estaba súper ensimismada tratando de pasar un nivel que hacía días que no podía cuando siento unas manos en los hombros.

-Nunca me paso que después de pasar la noche con una mujer al otro día ni siquiera me salude, se ve que estoy perdiendo mis encantos.

Mientras me rio Cole da vuelta la silla para que quedemos enfrentados. Me muero por besarlo, es demasiado sexy y estamos tan cerca que si me acerco dos centímetros ya estarían nuestros labios pegados pero reprimo las ganas ya que todos los ojos de la oficina nos están mirando.

-Siempre hay una primera vez para todo, por ejemplo, ¿alguna vez consideraste en ser humilde?

-La verdad que no, es más, creo que esa palabra no existe en mi vocabulario pero siempre se aprenden cosas nuevas- y posa su mano en mi muslo lo cual hace que un escalofrío suba por mi cuerpo.

-Creo que te vendría bien agregarla junto con otra que se llama disimulo ya que todos los aquí presentes nos están mirando.

-Está muy bien que lo hagan- me dice mientras busca algo en su teléfono -después de todo ambos somos demasiado bellos como para que no lo hagan, especialmente vos con esa pollera que te marca ese culito redondo que tenes y quiero que me des puntos a favor por incluirte en mis frases, ya estoy aprendiendo lo que es ser humilde.

Me rio y él saca la mano de mi pierna.

-Tengo que ir a terminar un par de cosas pero nos vemos en diez minutos y me tira un beso.

Decir que me tiene muy intrigada el proyecto en el que está trabajando es poco y lo peor es que cuando se lo pregunte no me quiso adelantar nada lo cual elevo mi curiosidad a niveles extremos. En eso me llega un mensaje de Ambar.

-"¡Me quede dormida en lo de Tommy! No lo puedo creer, y lo peor es que no llego a mi casa a cambiarme".

-"Ahhh pero mira a la pequeña zorra de mi amiga ehhh jaja. Veni directamente para acá, yo te presto mi blazer y nadie va a notar que estas vestida igual que ayer".

-"¡Sos lo mas Isa! Si queres cuando llego te enseño un par de trucos o posiciones jajaja".

-"¿Así que ahora sos una experta en sexo? Jaja, apurate y trata de no llegar tarde".

-"Siempre lo fui solo que vos nunca seguiste ninguno de mis consejos, pero ahora... Jajaja".

Decido no contestarle porque ya veo que esa charla se saldría de las manos en menos de dos minutos así que voy abajo a esperarla. Cuando llega le doy el blazer y subimos por el ascensor.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora