Capitulo 35

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¿Lo volvería hacer? Dios mío, si, lo haría de nuevo una y mil veces y ese pensamiento era un poco perturbante, en verdad me estaba convirtiendo en un gata en celo. Tendría que agregar a mi lista de cualidades sexopata y ponerlo en mayúscula.

-No pensaba corromperte nuevamente, solo quería que nos sacáramos una foto, es un muy lindo paisaje como para desaprovecharlo- me explica sonriendo.

Lo miro con dulzura porque en verdad es un tierno. Me ubico al lado de él tratando de no se vuele mi pelo pero me es imposible ya que el viento me lo está poniendo difícil y nos sacamos la foto. Cuando la miro empiezo a reírme porque es divina y al mismo tiempo un desastre. Cole se está riendo a carcajadas de mí que estoy tratando de controlar mi pelo y en ese momento lo mire fulminándolo con mi mirada. Esta mi foto preferida sin dudas.

-Es mi foto favorita esta- afirmo con convicción.

-La mía también aunque estoy un poco enojado con tu cabello porque te quiso quitar protagonismo, eso no se hace, deberías hablarlo con él- comenta y se empieza a reír.

A veces me daban ganas de matarlo, pero en su lugar, puse los ojos en blanco y empecé a bajar las escaleras.

Cuando salimos del faro estaba más para ir a dormir una siesta que otra cosa pero habíamos quedado con todos los amigos de Cole que almorzaríamos juntos así que empezamos a caminar hasta llegar a La Trattoria. Ya estaban todos afuera esperándonos a nosotros y me puse a pensar si tan solo con vernos sabrían lo que habíamos hecho.

-Hola chicos- les dice Cole y todos empezamos a saludarnos.

-Era hora che, hace quince minutos que estamos esperándolos tortolitos y mi mujer tiene hambre- explica Anthony.

-Pero que dominado hombre, no te tenía tan pollerudo- le dice Cole burlándose de él.

-No te burles de Anthony que vos estás igual- comento mientras lo beso y todos nos reímos.

El lugar era increíble y bastante caro. A esta altura deduje que todos venían de familias con dinero pero la que en verdad me intrigaba era la de Cole, nunca me había hablado de ellos así que cuando estuviésemos a solas tendría que preguntarle.

-Y ¿qué hicieron durante la mañana?- pregunta Allison.

-Fuimos a desayunar afuera y después visitamos el faro. Cuando terminemos de almorzar me va a llevar a ver la casa de Ernest Hemingway que es uno de mis autores favoritos- le explico.

-Tenemos a una señorita culta en la mesa con nosotros señoras y señores- grita Jasper mientras empiezo a ponerme como un tomate.

-No la hagas pasar vergüenza a mi novia, soy el único autorizado a hacerla poner colorada.

-Son adorables chicos, no puedo creer Isa que hayas amansado a este animal- dice Amber.

-Hey, querrás decir "Señor y rey de la selva"- afirma y todos resoplamos ante el ego de mi novio.

El almuerzo transcurrió igual que la cena de anoche, todos empezamos a hablar y contar anécdotas mientras comíamos. Yo me pedí los Spaghetti aglio e olio que estaba para chupar el plato directamente y pensé que cuando volviéramos a Buenos Aires iba a tener que anotarme en todas las clases de spinning que tenga el gimnasio durante dos meses seguidos. Los chicos son súper desinhibidos al igual que Amber. Allison y yo somos un poco más tranquilas y Day es súper tímida, siempre le cuesta hablar al principio, pero Jasper le transmite tanta confianza que después de un rato empieza a soltarse. Es increíble con la naturalidad que nos hablamos todos como si fuésemos amigos de toda una vida. Después de pagar la cuenta nos despedimos y nosotros nos dirigimos a la casa que tanto ansió ver desde varios años.

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Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora