Capitulo 88

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Lo mire mientras decía todo esto, observe como se le caían lágrimas mientras hablaba y me di cuenta que esos ojos azules me estaban diciendo la verdad. Quizás se había enamorado de mí pero no podía dejar de pensar que quiso conocerme porque me parecía a ella. Ahora que por fin me decía la verdad era muy tarde.

-Ahora entiendo porque ese tal Eric me confundió, ella te dejo por él, dios mío son todos unos enfermos.

-Sí, es verdad eso, pero por favor, sé que es difícil que me entiendas o trates de razonar lo que te digo pero ella no te llega ni a los talones, Isa me enamore de vos por quien sos no pensando en nadie más ni comparándote con otra. Vos hiciste que quisiera entregarte mi corazón, que me abriera a otra persona, soñar con arraigarme en un lugar y poder comenzar una vida juntos. No soporto la idea de que no estés conmigo, sos increíblemente especial y no entiendo como no te das cuenta. Isabella Lusino amo todo acerca de vos y no sos un reemplazo o un segundo premio, sos la mujer más maravillosa que conocí en mi vida.

No podía seguir escuchando todo lo que me decía, estaba demasiado aturdida por la situación, así que, cuando sentí que ya no me agarraba tan fuerte, lo empuje, abrí rápidamente la puerta de calle y entre. Me desmorone al lado de la puerta en un llanto desgarrador que si me escuchaba alguien no me importaba, no podía seguir reteniéndolo dentro de mí. Cole se agacho al lado mío del otro lado de la puerta llorando y pidiéndome que lo perdonase. No sé cuánto tiempo estuvimos así, ni siquiera me había dado cuenta que había empezado a llover así que, con la poca energía que tenia me levante y él hizo lo mismo. Lo mire por última vez antes de empezar a dirigirme hacia el ascensor.

-Isabella- me llamo y yo me di la vuelta. -Quiero que sepas que no me voy a dar por vencido con vos, vales más que mi vida. Lo sos todo, no estuviste ni estarás en la sombra de nadie, no sos ni serás una sustituta, lo que si sos es el amor de mi vida y no pienso perderte. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance hasta encontrarte de nuevo, no te olvides nunca de eso. Te amo.

Una parte de mi quería salir corriendo a abrazarlo y decirle que yo también lo amaba más que a nada en el mundo, que no sé como estar sin él ahora que había sido mío, que mi corazón le pertenecería para siempre pero el poco orgulloso que me quedaba me lo impidió así que me di vuelta y subí hasta mi departamento.

Una vez arriba no podía pensar con claridad producto de la angustia y de las lágrimas que no dejaban de caer por mis ojos, así que decidí solo hacer dos cosas. Primero le mande un mail a Cinthia diciéndole que no me sentía bien, había caído en cama con gripe y que me iba a ausentar una semana en el trabajo debido a mi salud. Era obvio que me iba a creer ya que siempre había sido una fiel trabajadora así que cuando me llego su mail diciéndome que no había problema, que me recuperase tranquila no me sorprendió. Después le mande un mensaje a Ambar explicándole maso menos lo que había pasado y listo, apague el teléfono y me metí en la cama esperando poder dormir y que me despertase de esta pesadilla.

A la mañana siguiente me dolían los ojos y caí en la realidad de que no era una pesadilla lo que estaba viviendo sino que esta era mi vida ahora. Cuando prendí el celular tenía unas doce llamadas de Ambar, seis de Ale y más de veinte de Cole. Ni hablemos de los mensajes de texto, me había escrito más de cuarenta pero no podía leerlos, no quería saber cuan arrepentido estaba y cuanto me amaba. No quería tener que ver cómo me decía que todo estaría bien, que iba a luchar por mí y que tenia esperanza de que estuviésemos juntos nuevamente. En ese momento me acorde que me dijo que iba a hacer todo lo que fuese necesario hasta encontrarme y mire mi pulsera. Era hermosa pero lamentablemente me recordaba al hombre que rompió mi corazón así que me la saque y la guarde en la mesita de luz.

Y así básicamente transcurrió la semana entera, yo no hablaba con nadie, no comía, no me bañaba, no me levantaba de la cama para nada solo si necesitaba ir al baño. Estaba todo apagado y el único ruido que se escuchaba era mi propio llanto. En una ocasión leí un mensaje de Ambar diciéndome que Cole iba al trabajo todos los días a preguntarle si sabía algo de mí y me contaba que él tenía un aspecto horrible, estaba muy mal pero en ese momento no podía darme el lujo de que me importase, estaba demasiado rota y triste como para sentir algo más que no fuese odio por ese hombre. También Ale me había escrito diciéndome que se había enterado de todo y que por favor lo atendiera, sabía que yo estaba sufriendo y quería estar conmigo pero yo no podía hablar con él ni con nadie. Por otra parte, los chicos de Key West me habían estado mandando mensajes a lo loco pero no iba a hablar con ellos por nada del mundo. A pesar de que eran los mejores amigos de Cole yo me sentía traicionada en cierto modo, porque ellos lo sabían, se habían dado cuenta que yo era igual a su ex pero nadie me dijo nada. Yo pensaba que las chicas eran mis amigas, que en verdad habíamos formado un vinculo, que todos éramos parte del grupo pero estaba equivocada, yo no solo estaba excluida sino que me sentía como la pobre boluda que era igual a la otra y no tenía ni idea.

Un día, creo que fue el miércoles, me puse a pensar si se habrían estado riendo de mí a mis espaldas por esto pero sabía que no eran tan malos o crueles como para semejante cosa. Estaba dolida y molesta con todo el mundo pero más que nada conmigo misma por ser débil y no encontrar fuerzas para reponerme. Sentía un peso en mi pecho que no me dejaba respirar, mas de una vez considere que podría darme un infarto en cualquier momento. Era una sensación rara, sabía que estaba viva pero me sentía muerta por dentro.

A medida que pasaban los días empecé a estar cada vez mas furiosa conmigo misma preguntándome porque había dejado que entrase en mi vida, como había permitido que alguien me lastimase de esta forma, aunque no tenia como saber que algo así pasaría, pero igual, me daba bronca haber abierto mi corazón a una persona que lo había destrozado con tanta facilidad. Pensaba si algún día me sentiría mejor, si este dolor iría a desaparecer o se quedaría arraigado dentro de mí para siempre. No es fácil olvidarse de una persona que formo parte de tu vida, de quien es dueño de tu corazón, no sé cómo se hacía porque está perdida era diferente a la de mi papa, el dolor era distinto y no sabía cómo afrontarlo esta vez, no sabía cómo reunir todos los pedazos de mi alma y recomponerlos, volverme a unir.

Las noches eran más difíciles que los días ya que me acordaba que bien se sentía estar entre sus brazos, sentirme amada por sus caricias y besos. Recordaba lo feliz que era cuando estaba dentro mío y el placer que me causaba saber que yo lo excitaba tanto como él a mí. Lo necesitaba muchísimo, no sabía cómo estar sin Cole, no tenía ni las ganas o voluntad de hacer absolutamente nada salvo estar tirada sintiendo pena por mí misma, lo cual resultaba bastante patético. No entendía como se podía haber estado tan feliz un minuto para luego sentirme tan desdichada, hasta llegue a pensar que mi madre me había hecho alguna clase de maleficio, lo cual no era tan loco ya que sería una actitud totalmente racional para ella. 

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora