Capitulo 77

1K 70 1
                                    

-Mi vida no es nada emocionante Isa, solo la tuya está llena de bombones asesinos y viajes soñados.

Me rio ante el comentario, Ale es una de las personas más graciosas que existen en el mundo.

-Tenes razón pero eso no quita que tu vida sea menos importante, así que si me contas después te dejo que me ayudes a planificar la cena de esta noche, quiero que sea algo especial.

-Para ese tipo de cosas soy mandado a hacer, ¡me hubieses avisado antes! Pero en verdad que no hay mucho para contar salvo que el fin de semana pasado me encontré con un amigo de la infancia en América y estuvimos charlando y tomando algo. Antes de irme me pidió el teléfono y nos estuvimos mandando mensajes.

-¿Y eso te parece poco? ¡Contame mas ya!

-¡Es nada si lo comparamos con tu vida o con la de Ambar! Pero ese es el tema, quedamos en mensajes de texto, nunca me dijo para salir o para ir a tomar algo, nada, simplemente hablamos de nuestras vidas y yo soy como vos, o como eras vos mas bien, odio hablar por el celular. Asumo que me ve como un amigo solamente.

-Perdoname Ale pero un chico que te escribe todos los días no te ve como un amigo solamente, ¿por qué no le decís vos de salir?

-¿Estás loca? No soy bueno con el rechazo y lo sabes, puedo morirme de la vergüenza si yo le digo de salir y me dice que no.

-Bueno, pero podes intentarlo. A ver, el no ya lo tenes pero quizás te sorprenda con un sí. Existen miles de cuestiones por las cuales él todavía no te invito, quizás es todo lo contrario de verte como amigo, puede ser que piense que sos muy lindo y le dé miedo a él preguntarte. ¿Cómo se llama?- le pregunto.

-Rodrigo- me contesta un poco más animado ante mi hipótesis de que quizás guste de él.

-Bueno, ya mismo le mandas un mensaje a Rodri y mientras esperamos la respuesta me ayudas a pensar la cena.

-Pero no se que debería decirle.

-Escribí esto- le digo y él me hace caso- Hola Rodri, ¿cómo andas? Che quería saber si te gustaría ir a tomar unas birras a un pub que vi el otro día y tenía ganas de conocerlo. Avísame que te parece así arreglamos.

Una vez que termina de escribirlo estuvimos diez minutos, literalmente, para que lo enviara, así que para ayudarlo a que pase el tiempo y que no piense tanto en lo que acababa de hacer le dije mi idea para la cena de hoy a la noche. Quería hacer diferentes platos, no muy elaborados y vendarle los ojos a Cole para que adivine que es. No sé en qué revista que tenia Ambar había leído que era excitante que tu pareja te diese de comer y más con los ojos vendados.

-Me parece una idea buenísima Isa, y podrías poner velas en el comedor para crear un ambiente romántico.

-No lo había pensado eso, tengo que agregar velas a la lista del supermercado- digo mientras saco un papel y lo anoto antes de olvidarme.

-Y ¿cuál es el premio? pregunta mi amigo.

-¿A qué te referís con un premio?

-Claro, o sea, si adivina las comidas, ¿qué gana?

Nunca lo había pensado pero tenía mucho sentido, si adivinaba tenía que ganar algo, pero ¿qué podría ser? Estuve pensando en eso por cinco minutos hasta que empecé a reírme sola como una desquiciada.

-¡Ya sé que puede ser!

-Me alegro que sea por eso que te reis como loca porque me estaba empezando a preocupar que la cafeína hubiera arruinado tu cerebro de por vida.

-El otro día nos estábamos provocando y él ronroneo y le dije que tendría que tener uno de esos calzoncillos que en vez de traer la trompa de un elefante tengan la lengua de un gato. Es medio improbable y no tengo idea de dónde ir a comprar algo así pero sería genial si pudiese conseguirlo.

-La verdad es que no puedo creer que hayas hecho un comentario sexual- dice y empieza a reírse y yo me sonrojo. -Por suerte tenes un amigo que sabe exactamente donde tenemos que ir, levantate que nos vamos.

-Pero le dije a Cole que pasara por acá cuando terminara el partido de futbol, ¿a dónde vamos?- pregunto ya levantándome.

-Al sex shop que esta por acá cerca.

Cuando Ale lo dijo me dio un poco de vergüenza, nunca había entrado a un sex shop. Ojo, sé que no hay un monstruo que vaya a comerme en cuanto entre ni nada por el estilo pero tampoco sabía muy bien con que me iba a encontrar pero estaba segura que si quería perder mi virginidad en cuanto a sex shops no había mejor persona que Ale para hacérselo. Una vez que llegamos no podía ver mucho desde afuera, lo único que tenía era un cartel con luces de neón rojas que decía el nombre del lugar y nada más, así que decidí hacerlo, pero antes de entrar agarre a mi amigo por el brazo y lo mire.

-Escuchame, porque me da vergüenza Ale, pedilo vos el calzoncillo porque no quiero que piensen que soy una idiota si me pongo colorada o me trabo.

-Sos una de las personas más dulces que conozco, no sé porque lo ocultas detrás de ese sarcasmo insufrible.

-Porque como dice Paso de los Toros, hay que cortar con tanta dulzura.

Ale me mira por un segundo y ambos estallamos en carcajadas mientras entramos.

Bueno, admito que no era como me lo esperaba. Tenía la impresión de que sería una especie de antro el local con más cosas bizarras que otra cosa pero, para mi sorpresa, era amplio, estaba muy bien cuidado y limpio. Mientras mi amigo se acerco al vendedor para preguntarle yo mire un perchero que tenía todos disfraces. Había de mucama, mecánica, colegiala, diabla y muchísimos más, la fila era interminable hasta que vi uno que me llamo poderosamente la atención. Era totalmente blanco y lo primero que se me vino a la mente fue cuando vi el graffiti del ángel que había hecho Cole. Efectivamente, este disfraz también era de un ángel, tenía un body blanco con un escote de encaje y la espalda era totalmente descubierta. También traía un halo blanco con clips para agarrarlo al pelo y un portaligas con medias blancas.

-Sabias que te lo podes probar ¿no?- dice Ale muy cerca mío

-¿Me queres matar de un infarto? Como te me vas a acercar tan sigilosamente.

-Es que te vi muy concentrada mirándolo. Dale, probatelo a ver si te queda bien.

-Me da vergüenza.

-Isa, no te hagas la puritana que aparentemente por lo poco que me contaste bien putita resultaste ser.

Yo lo miro y pongo los ojos en blanco, nunca entendí porque una mujer que decide explorar con su novio en el sexo es una puta pero los tipos son unos genios. Lo mismo pasa cuando un hombre está en una relación y es infiel es un grande entre sus amigos, ahora una mujer si hace lo mismo es una cualquiera. Antes de comenzar un debate en mi mente acerca de esto decido agarrar el conjunto e ir al probador. Cuando me lo puse se lo mostré a Ale sonrió.

-Nena, se muere si te ve con eso, estas para comerte y eso que soy gay- bromea riéndose.

En verdad me quedaba muy bien, resaltaba mis pechos, mi culo y el blanco hacia contraste con mis ojos verdes. Quizás podría hacer que Cole se pusiera el calzoncillo en el cuarto con la excusa de que quería sorprenderme cuando se lo viera puesto y mientras yo ponerme este disfraz. Mientras volvía a vestirme estaba totalmente decidida pero un minuto, ¿exista el calzón? Ale nunca me dijo.

-Che- lo llamo desde el probador a mi amigo que se acerca -¿tienen el calzoncillo al final?

-Estaba esperando a que salieras para darte las buenas noticias, si, tienen uno, podes creer que tenes tanto culo que tienen uno de gato con la lengua.

-¡Más respeto con mi culo che!

-Dale, termina de una vez así vamos a pagar.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora