Capitulo 70

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Después de estar en su casa mirando la tele y besándonos básicamente, se hizo la hora de partir para mi casa para cambiarnos. Teníamos que estar a las 20 pm en la iglesia para luego ir a la fiesta. Estaba muy nerviosa pero pensaba en que no podían hacerme daño, ni mi madre ni él, y no solo porque Cole estaba al lado mío sino porque yo no iba a permitírselos. Íbamos a ir a disfrutar de una hermosa noche y ellos no tenían ningún poder sobre mí, ya no. Así que, Cole agarro su pantalón, zapatos y colonia y, cuando salimos, cerré la puerta simbólicamente para darme la bienvenida a mi nueva casa a lo que mi novio empezó a gritar y aplaudir provocando que me pusiera roja como un tomate.

Mientras caminamos me gusto que Cole me conociera tanto para darme mi espacio y que fuésemos en silencio porque la verdad es que no tenía ganas de hablar. Nunca entendí que fue lo que hice para que mi madre me odiase de esa forma y eso que se lo pregunte en reiteradas ocasiones pero siempre me esquivo diciéndome que era demasiado dependiente de que me diese un poco de amor. Estando de la mano con Cole entendí que el amor no se pide sino que se da, se demuestra, se siente pero no se ruega porque si uno lo pide entonces ya no tiene el mismo valor. Él me había enseñado muchísimas cosas sobre el amor, la vida y de mi misma.

-Quiero que sepas que no importa que problemas podamos tener sos la única persona junto con mi papa que me amo, fue honesta conmigo y eso significa todo para mí- le digo mientras estábamos esperando que cambiara el semáforo para cruzar.

En ese momento, por un segundo vi cierta tristeza, creo, en sus ojos y luego me beso, tan pasionalmente que no me dio tiempo ni a procesar mi propio pensamiento ni a preguntarle. Nos besamos demostrándole al otro todo el amor que sentíamos, era increíble todo lo que se podía demostrar sin palabras. Lo amaba más allá de toda lógica, lo cual era muy nuevo para mí.

-Sos todo para mi Isabella Lusino, te amo y nunca voy a cansarme de decírtelo. No podría estar sin vos, me enamore perdidamente de quien sos como persona. Esta pulsera- me dice agarrando mi muñeca- es un símbolo de lo que siento por vos, jamás me hubiese dado por vencido hasta encontrarte, viviría todo lo malo que me sucedió solo para que me guie hasta vos.

Eran palabras demasiado lindas y mi corazón galopaba dentro de mi pecho. Yo tampoco me hubiese dado por vencida hasta encontrarlo, de hecho lo espere durante mucho tiempo.

El resto de las cuadras las hicimos abrazados, besándonos y riendo de anécdotas tontas de nuestras vidas.

Cuando llegamos a mi casa respire profundo, bese a mi novio y empecé a prepararme para este bendito casamiento. Mientras me estaba maquillando y peinando él ya había terminado de vestirse así que se sentó al lado mío. Estaba para comérselo literalmente. El conjunto le quedaba a la perfección y resaltaba lo bien formado que estaba. Esos ojos azules me miraban con tanta intensidad que era imposible no sentirme atraída e hipnotizada por ellos así que le pedí que fuese a ver tele para que pudiera terminar de arreglarme. Mi pelo lo recogí en una media cola y me hice bucles en el resto del pelo que me quedo suelto. En cuanto al maquillaje aplique una sombra en crema de color dorado y, por encima de esta, otra color crema en polvo, me deliñe los ojos por dentro y fuera y agregue rímel a mis pestañas. Cuando me mire en el espejo era increíble como me veía, parecían los ojos de un felino, mi color verde resaltaba más que nunca así que estaba súper contenta con el resultado. Después me puse un labial rojo que hacía que mi boca pareciera mucho más carnosa. Por último me puse el vestido con unos stilettos negros que me prestó Ambar. El espejo del baño reflejaba a una mujer que no podía creer que fuera yo, estaba más que hermosa, estaba prácticamente en llamas. Me sentía como si pudiese conquistar al mundo con un solo dedo y mi novio se iba a morir cuando me viera así que salí del baño y me vio. Sus ojos brillaban a causa de la lujuria, lo conocía demasiado bien para no darme cuenta de eso y su sonrisa traviesa apareció.

-Wow, espero que este casamiento no sea muy largo porque te puedo asegurar que ese vestido no lo vas a tener en el cuerpo mucho tiempo, Isabella estas hermosa, sos una diosa- me dice mientras se acerca y me abraza -y sos toda mía.

-Bueno che, ¿me vas a mear encima para marcar territorio también?- le pregunto levantando una ceja.

-Yo iba a trompearme con todos los tipos que se te acercaran o inclusive miraran pero me acabas de dar una idea que sería mucho más efectiva- responde mientras me alza y coloca en su hombro. -Vamos al baño así no enchastramos el piso.

-¡Soltame que se me va a arrugar el vestido y me voy a despeinar!

Me pone en el suelo rápidamente y lo miro con una sonrisa en los labios.

-Vos estas muy guapo también, voy a tener que estar espantando a todas las mujeres que se te acerquen.

-No hace falta porque solo tengo ojos para una- sonríe y aparece su hoyuelo.

Mientras agarramos los abrigos y salimos de mi casa para ir a tomar un taxi le digo.

-¿Alguna vez te dije lo sexy que me parece tu hoyuelo cuando te reis?

-La verdad que nunca pero si eso te gusta mi modelito lo voy a empezar a hacer más seguido- bromea y pone cara de enojado.

Siempre nos estamos provocando el uno al otro y creo que ese tipo de relación es increíblemente sana, donde uno puede jugar con su pareja.

Antes de salir medite acerca de que cartera debía llevar. Lo más apropiado era una chiquita negra para llevar plata, celular, billetera, las llaves y el maquillaje. Las mujeres siempre tenemos que pensar hasta en los más mínimos detalles, y de esto me había dado cuenta hace poco, para ser más exacta cuando decidí empezar a vestirme mejor, y no, no tenía nada que ver con que justo en esa época conocí a Cole, era simplemente casualidad, ¿verdad? Si, obviamente... o al menos eso quería creer.

En cuanto bajamos encontramos un taxi, Cole me abrió la puerta como caballero que es y una vez dentro le dijo la dirección de la iglesia para que nos lleve hasta allá. Mientras tomo la mano de mi novio pienso que en este momento está empezando uno de los viajes más difíciles que íbamos a tener en nuestras vidas.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora