Capitulo 73

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-Que patético que te quieras hacer ver trayéndolo a él con vos y usando ese vestidito.

-La verdad es que pase una muy linda noche, gracias por los cumplidos madre- le digo con intención de darme vuelta nuevamente y seguir caminando con Cole, pero a veces la vida tiene otros planes.

-Por más que te rías y quieras llamar su atención jamás lo vas a hacer, ¡es mío!- grita.

Cole estaba por decir algo pero lo mire y le hice saber que necesitaba encargarme de esto yo misma, así que solté su mano y camine dos pasos para estar cara a cara con esta mujer.

-Yo jamás quise su atención, ¿es que no lo entendes? ¡Ese hombre al que andas mostrando por ahí con orgullo quiso abusar de tu hija! Vos me hablas acerca de ser patética y ¿qué serias vos? Una mujer que anda exhibiendo a un hombre muchísimo más chico que ella como si fuese un premio que te ganaste en una feria. No tenes un trabajo, no sabes lo que implica ser una persona independiente, fuerte ni amada y ahora que yo si se lo que se siente, ya que la única vez que lo había experimentado fue hace muchos años mientras estaba papa, te puedo asegurar que entiendo porque te comportas como lo haces. Sos una mujer resentida con la vida que, en vez de salir adelante y hacer algo productivo descargas todo tu odio en mi pero después de mucho tiempo me di cuenta que el problema no soy yo, sos vos.

Se quedo helada mirándome. De sus ojos salía una rabia que estaba a punto de explotar, lo sabía porque no era la primera vez que la veía de esa forma. Era plenamente consciente de lo que se me venía pero no pude quedarme callada, al menos si estaba ves me pegaba era por algo y no porque simplemente no tenía nada mejor que hacer.

-Maldita pendeja mal nacida- grito y a continuación espere el golpe.

Cerré los ojos y lo espere porque sabía que iba a venir. En más de una ocasión me había abofeteado por cosas que ni siquiera había hecho o eran mi culpa, pero en este caso nunca llego. Cuando abro los ojos veo que Cole le estaba sosteniendo la mano y mirándola muy serio, jamás había visto esa mirada, esos ojos azules que tanto amaba en verdad daban miedo en este momento.

-Voy a detenerla de hacer algo que va a lamentar y no porque no lo haya hecho nunca, porque me doy cuenta de que lo hizo y en más de una ocasión, sino por el escándalo que planeo hacer y el papelón que la haría pasar, sin mencionar que llevaría a Isabella directamente a la policía para hacerle una denuncia. Así que, en este momento la voy a soltar y no quiero que vuelva a acercarse a ella, ni siquiera a llamarla para hablarle en un tono equivocado porque no está sola, ella me tiene a mi ahora y puedo asegurarle que no voy a permitir que nadie le haga daño, espero que me haya entendido.

Y dicho eso, la suelta. Mi madre nos mira con una mezcla de furia y temor pero se ve que su buen juicio todavía no le falla y se da media vuelta. Una vez que entra Cole gira y me mira. Admito que me siento como una niña avergonzada, nunca le había comentado de los arrebatos de mi madre y que lo descubriera me daba pudor. Él se acerca a mí y me abraza sin dejar que sus ojos azules se aparten de los míos verdes.

-¿Por qué nunca me lo contaste?

-No quería que te enteraras, me da vergüenza. Siempre me alabas por ser una mujer fuerte y valiente pero, como acabas de presencia, no lo soy. No está bien lo que me hizo pero nunca pude devolvérsela, no estaría bien. Por más que sea el monstruo que sea sigue siendo mi madre.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora