Una vez que terminamos nuestros desayunos, fui a lavar para dejar todo limpio y Cole aprovecho para preparar el baño. Sentí sus manos alrededor de mi cintura mientras terminaba de lavar.
-Me encanta que estés acá conmigo, me hace extremadamente feliz tenerte como compañera de casa, emociones, vida y sexo de muy buena calidad debo decir- me susurra apoyando su mentón en mi hombro.
-Me alegra saberlo, sería una decepción si no fuese así- le respondo dándome la vuelta.
-Te amo Isabella Lusino.
-Yo también Cole Waylen.
-Eso era lo que quería oír, ahora vámonos a la ducha que me muero por tocarte.
-Música para mis oídos- le digo mientras caminamos para el baño.
Una vez dentro de la ducha deje que el agua me corra por todo el cuerpo mientras mi novio me tocaba y besaba. Era una sensación esplendida sentir el agua caliente recorriéndome al mismo tiempo que su lengua. Siempre sabía exactamente qué hacer, es como si me leyese el pensamiento o quizás mi cuerpo traicionero le daba todas las pistas que necesitaba para saber qué era lo que yo quería. Naturalmente, una vez que empezamos a besarnos y tocarnos no pudimos separarnos, mi piel hervía del calor que sentía y Cole estaba igual que yo, podía sentir los latidos acelerados de su corazón. Saco del cajón del baño un preservativo y se lo puso, me levanto en el aire por lo cual pegue un grito seguido de risas y me penetro. Dios, como me gustaba esa sensación, de tenerlo dentro mío, de saber que sus gruñidos y jadeos eran producidos por mí. Comenzó a ir cada vez más rápido y mi cuerpo le respondía cada embestida con más pasión, lo incentivaba a que se descontrolase, a que fuese cada vez más duro y eso nos llevo a ambos al clímax.
-Dios, nunca voy a tener suficiente de vos, de nosotros- me dice todavía alterado por nuestra sesión de sexo matutino desenfrenado.
-Yo tampoco, te espere bastante tiempo como para cansarme tan fácil- le contesto.
-Conozco el sentimiento, yo te espere toda una vida- dice y me besa tiernamente.
Una vez que salió de mí y ambos nos relajamos, nos bañamos mutuamente y salimos de la ducha para vestirnos. Yo no tenía mucho para elegir así que me puse la misma ropa de ayer, con lo cual me di cuenta que si o si hoy tendríamos que pasar por la que era mi casa para que me trajese varias mudas de ropa.
-Antes de volver tenemos que pasar por mi casa para que pueda agarrar ropa, odio ponerme ropa sucia.
-Lo sucio te sienta bien- me dice en forma traviesa.
-Por supuesto pero con la ropa es distinto, más que hacerme sentir sexy hace que huela mal y eso no está bien- le contesto y ambos reímos.
-Bueno, antes de volver pasamos por allá y traemos la mayor cantidad de cosas que podamos, quiero ya mismo que estés mudada acá conmigo, no podría resistir no despertarme o irme a dormir sin vos al lado mío- dice mientras me abraza y besa.
-Al final resultaste ser codependiente- bromeo para molestarlo.
-Te das cuenta, que mala influencia que sos.
-Y ¿eso a vos te molesta?- le pregunto revoleando los ojos
-Para nada, todo chico bueno necesita su chica mala- me dice tirándome besitos.
Diez minutos más tarde agarramos nuestros abrigos y yo mi cartera para partir hacia Recoleta. Espero que lleguemos rápido porque tanta actividad me había abierto el apetito.
Me encantaba este barrio, en mi opinión era una mezcla entre lo antiguo y moderno así que siempre estuvo dentro de mis preferidos. Cuando llegamos fuimos directamente hasta un restaurant que se llama TGI Fridays que significa "gracias a dios es viernes". Siempre había querido venir acá pero sé que es caro así que nunca pude darme ese lujo y cuando le mencione esto a Cole se empezó a reír diciéndome que él había pensado en traerme acá. De más esta decir que hablaba de cómo podía leerme la mente lo cual hizo que pusiera mis ojos en blanco más que otra cosa. Al final, después de que termino con su discurso egocéntrico, me confesó que le gustaba cumplir mi sueño de comer acá no importa cuánto saliese. Alegaba que para eso me había buscado un novio con plata, para disfrutar estos lujos a lo cual empecé a reírme sin parar y termine cediendo. Cuando entramos estaba decorado con todas frases o artículos antiguos y me encanto, estaba tan fascinada que le pedimos a la camarera que nos sacar una foto. Estábamos muy lindos, los dos sonrientes y mirándonos a los ojos, se podía ver a través de la foto lo enamorados que estamos. Cuando nos trajeron el menú, no sabía que pedir, todo sonaba riquísimo.
-Vos encargate de elegir el plato que quieras que yo me encargo de pedirte un trago.
-Acordate que después sos vos el que me va a llevar a upa si es necesario.
-Va a ser un placer- dice y me muestra su sonrisa traviesa.
Cinco minutos más tarde aparece la mesera para preguntarnos qué íbamos a tomar y Cole tomo las riendas del pedido.
-Para mi novia una Strawberry Margarita y yo quiero una corona. Gracias.
-Muy bien, en unos minutos vuelvo para ver que quieren almorzar.
Ella se retira y lo miro.
-Definitivamente me vas a llevar a upa- digo y ambos nos empezamos a reír.
La verdad es que no sabía que pedir, todo me llamaba la atención y quería probar, pero después de diez minutos de indecisión decidimos pedir como entrada unas Friday's Calamari que eran rabas y luego como plato principal yo me pedí el Blackened Chicken Alfredo porque amaba la pasta y hacia mucho que no comía y Cole, como buen carnívoro que es, se pidió las Baby Back Ribs que son costillitas de cerdo bañadas en salsa barbacoa con papas fritas.
Casi una hora después cuando terminamos de comer sentía que tenía que desabrocharme el jean para dejar salir a la pancita que estaba llena. No podía comer absolutamente nada más y mi novio quería pedir postre, por supuesto que le dije que si quería que pidiese para él porque si pretendía que me moviera de la silla para irnos yo pasaba. El muy tonto se empezó a reír de mí.
-¿Otra vez tengo que llamar a Paolini por una grúa? La verdad es que salís bastante cara como novia Isabella.
-Y eso que todavía no viniste un día entero conmigo de shopping así que diría que te cuides- lo amenazo con mi mirada fulminante y él solo se ríe.
-Bueno, no hay problema, y es más, estaba pensando que si comemos mientras hacemos las compras alquilo uno de esos autitos que hay para llevar a los nenes y te meto ahí adentro- responde riéndose a carcajadas.
A veces pienso si me meterían presa por asesinarlo, después de todo lo estaría haciendo en defensa propia, peleando por mi orgullo pero no creo que nadie me entendería así que voy a dejar de lado mis tendencias homicidas que hoy están a flor de piel.
-¡Parece que nos levantamos de excelente humor!
-Es lo que me provoca despertarme al lado tuyo- responde acercando su silla a la mía y abrazándome.
-Creo que voy a repensar entonces seriamente esto de mudarnos juntos.
-No podes hacer eso, ya tenes hasta llave y todo, mi departamento se sentiría traicionado por tu ida y se la agarraría conmigo y sufriría mucho.
-¿En serio? ¡Porque no me lo dijiste antes! Hoy mismo vuelvo a mi mono ambiente- bromeo y le saco la lengua.
-Me encanta tu sarcasmo, mucha gente no entiende que es tu modo de ser graciosa y eso fue una de las cosas que más me gusto de vos.
-Soy una incomprendida dentro de esta sociedad.
-Somos dos- dice Cole mientras empieza a besarme.
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Hasta Encontrarte
RomanceEs increíble como dos personas pueden conocerse en un segundo y cambiar sus vidas para siempre... Isabella Lusino es una mujer simple, un poco tímida y extremadamente sarcástica. Cole Waylen es un hombre de mundo, seductor nato y un tanto arrogante...